El capitalismo está devastado la tierra de América Latina

Textos y Contextos

Por Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera

Este 22 de abril, se conmemora el Día Internacional de la Madre Tierra, el cual fue adoptado por las Naciones Unidas en 2009, cuando la emergencia climática aún era un problema que se miraba lejano y con el cual, los líderes mundiales pensaban, se podría lidiar de alguna u otra forma; sin embargo, el futuro ya nos alcanzó.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “el cambio climático , los cambios en la naturaleza provocados por el hombre y los delitos que alteran la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso de la tierra, la intensificación de la producción agrícola y ganadera o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar la velocidad de destrucción del planeta”.

Asimismo, la instancia internacional asegura que “la Madre Tierra claramente está instando a hacer un llamado a la acción: la necesidad de cambiar hacia una economía más sustentable que funcione tanto para las personas como para el planeta. Proteger el planeta es responsabilidad de todos”.

Charlé con Mauricio Alejandro Amaya Hernández, geógrafo, que ha sido académico de la UNAM, para conocer su posición sobre algunos temas del medio ambiente en América Latina, aunque uno de sus balances más contundentes fue que “el capitalismo está devastando las tierras” del continente.
Según el especialista en temas ambientales, los gobiernos radicales, como en su momento el de Jair Bolsonaro, en Brasil, y ahora el de Javier Milei, en Argentina, “miran en la naturaleza un obstáculo para sus negocios. En la Amazonia, por ejemplo, la deforestación alcanzó niveles altísimos con el ultraderechista, quien no entiende que es una zona clave para el desarrollo del planeta”.

Y es que, en efecto, en mayo de 2020, durante el gobierno Bolsonaro, la Amazonia perdió 649 kilómetros cuadrados de selva nativa, según el Sistema de Alerta de Deforestación del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon).

En tanto, sobre Argentina, el especialista afirmó que “en el nuevo orden mundial, está en la agenda internacional qué va a suceder con todas esas regiones donde estamos perdiendo los hielos perpetuos, ya sea el polo norte o el polo sur. Milei quiere explotar la minería en zonas cercanas a glaciares, y esas regiones tienen potencialmente el agua para el futuro; si ya se comprometieron los recursos acuíferos del presente, deberíamos garantizar los del futuro. Permitir que la minería es tentador, pero se va a contaminar mucha agua en un presente en el cual no parece valiosa, en el futuro la vamos a necesitar”.

Y no sólo el agua, los bosques también se van terminando en diversos países de América Latina, los que resta, asegura Amara Hernández, en algunos casos es porque aún no existe el acceso para su explotación, por lo que afirma “si no se han comprometido sitios de Chile, Argentina, Brasil, valdría la pena reflexionar si vale la pena construir la infraestructura para llegar a los bosques y deforestarlos”.

En adición, Amaya Hernández señaló cómo el crecimiento demográfico y la transformación de los paisajes por la industria inmobiliaria destrozan las relaciones del ser humano con la naturaleza. Como ejemplo, explicó la situación de los capibara en el Nordelta, Argentina, donde la gente “los ve como invasores, cuando en realidad el proceso fue el contrario, al ser humano le parece apetecible vivir cerca de una laguna, pero luego vienen los problemas: ‘A mí me gusta ver a un capibara desde la ventana, pero no me gusta que destruya mis rosales o se meta en mi dinámica de vida’. Tenemos que ver a la naturaleza como un concepto integral y generar con ella una relación cordial”.

Ese es un balance de éste Día de la Madre Tierra, que cada vez será más importante porque ya lo presentimos en el día a día: acusamos el calor extremo en zonas donde no lo había, nos falta el agua y extrañamos el frío en épocas en las que siempre nos preparábamos para estar abrigados. Mauricio Amaya lo expresó claro: “Como el Día de las Madres, el Día de la Tierra debería ser todos los días”.