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Educación y ‘nueva normalidad’
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Educación y ‘nueva normalidad’

Por: @bejerano_adrian
A las Maestras y Maestros
La comunidad escolar es uno de los sectores más grandes del país, 237 mil escuelas ha informado el Secretario de Educación Pública. En la Ciudad de México, una de las entidades con mayor número de contagios y fallecimientos, la Educación Básica representa más 8500 escuelas y la movilidad de un millón seiscientos mil alumnos, 8600 directivos, 82 mil docentes y 85 mil personal de apoyo (Fuente: Base de datos del Sistema para la Estadística F911 de la AEFCM Inicio de Cursos 2019-2020).

Por ello ningún docente, directivo, madre o padre de familia de Educación Básica podría oponerse sensatamente a que retorno a las aulas sea hasta que el Semáforo de reapertura este en verde. También estarán de acuerdo que el retorno a las aulas incluya las intervenciones sanitarias que ha delineado la SEP con los Comités Participativos de Salud Escolar, con la sanitización, filtros y medidas de higiene, entre otras, ya que el espacio escolar es garantía de contagio.

En un debate que debía extenderse podemos enfatizar que si bien el gobierno elimino la parte punitiva de la mal llamada Reforma Educativa, la educación en México no se modificó sustancialmente, la dinámica escolar y la vida en las aulas siguió siendo la misma. Una reforma educativa integral es uno de los grandes pendientes de la 4T.

Durante la emergencia sanitaria la SEP diseño un programa de Educación a Distancia, Aprende en Casa. Un programa de aprendizaje de contenidos mediante carpetas de experiencias y agendas de actividades, transmitido por internet primero y por tv después. En que los alumnos generarían evidencias, productos escritos o imágenes, para ser revisados y evaluados cuando se normalicen las actividades en la escuela.

Si consideramos que en educación básica la educación virtual no sustituye la vida en las aulas, no se enriquece con la retroalimentación del colectivo que conforman docente y alumnos y que vivimos una circunstancia inédita por la pandemia, la SEP no ha considerado factores estructurales y emocionales. Una herencia de la educación neoliberal del prianismo fue la estandarización, dictada por organismos internacionales como la OCDE. Aprende en Casa reproduce este modelo, baste decir que no todos los alumnos cuentan con internet, computadora, televisión o hasta electricidad. Uno de los casos extremos es que dicho programa no considera la población de Educación Especial. Además, la incertidumbre, tal vez la experiencia del covid en el núcleo familiar o comunidad, la ansiedad, los temores del confinamiento y quizá los agobios económicos son parte de la vida cotidiana de docentes, alumnos y sus padres, más aún si consideramos la sobrecarga de trabajo que ha representado el programa.

La SEP ha anunciado también la evaluación de los alumnos, con un sistema de compensaciones. No queda claro que se va a evaluar, ¿los conocimientos?, ¿el aprendizaje de contenidos?, ¿la entrega de productos?. Aprende en Casa, más dudas que certezas.

Lo que se anunció como adelanto del periodo vacacional, fue un receso escolar que terminara cuando termine la pandemia. Debemos aceptar que el ciclo escolar concluyó y que el prolongado receso debe aprovecharse para una profunda revisión del Sistema Educativo para ponerlo a la altura de la transformación que la nación necesita, considerando que la educación igual que la Salud es un Derecho inalienable.
Abrir el debate sobre la Educación debe ser parte de la Nueva Normalidad, que el retorno a las aulas, no sea el retorno a la vieja normalidad educativa.

ADRIAN BEJERANO

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