DIPUTADOS DE 18 AÑOS
La Reforma a dos artículos constitucionales (55 y 91) que permite a una persona ocupar un escaño en la Cámara de Diputados, si cumple entre otros requisitos, con la edad de 18 años y permite a quien sea propuesto por el presidente, ser parte de su gabinete si tiene una edad de 25 años, ha iniciado un debate público sobre la conveniencia de ambos ajustes.
Hay sectores sociales que ven con buenos ojos estas modificaciones a la Ley y grupos que consideran que ambas medidas no son apropiadas.
La polémica gira en torno a la edad y madurez de quienes pasan a formar parte del servicio público, en cualquiera de sus espacios.
Para algunos, reducir la edad a los 18 años para poder ser diputado, implica que jóvenes sin experiencia lleguen al Congreso a tomar decisiones importantes.
Igual sucedería con un secretario de estado, demasiado joven.
Sobre este tema trata la presente nota.
Lo favorable que tiene una decisión de esta naturaleza y los problemas que pudieran darse a consecuencia de la misma.
Madurez individual y tiempo de vida (o edad), son dos conceptos totalmente diferentes.
Una persona puede mostrar madurez en sus actos, ideas y convicciones, desde muy temprana edad. Ser responsable de sí misma y del entorno que lo rodea.
Por el contrario, hay gente de edad avanzada que jamás alcanzó el nivel de madurez requerido para ser independiente, feliz y propositivo. Personas dependientes de los demás, que llegan al extremo de mostrar rencor y envidia hacia quienes son capaces de construir y ser empáticos con sus semejantes.
Personas que destruyen, a falta de capacidad para construir.
Decir que todo joven es inmaduro, es un equívoco basado en escalas inventadas, que no corresponden con la realidad de cada caso.
Arturd Rimbaud, poeta francés, padre de la escuela simbolista que es precursora del surrealismo y del movimiento beat norteamericano, había escrito toda su producción antes de haber cumplido 20 años.
Alejandro de Macedonia había acrecentado el imperio heredado de su padre Filipo El Grande, antes de cumplir los 30 años.
Bobby Fischer fue campeón de ajedrez en Estados Unidos, a los 14 años de edad y el jugador que ganó la partida más bella y memorable del siglo pasado, a la edad de 13 años, en contra del gran maestro Byrne. Fisher abandonará los estudios a los 16 años, para dedicarse de lleno al ajedrez.
Ejemplos de jóvenes talentosos y con aptitudes suficientes para a la actividad que eligen en la vida, hay muchos. Muchos.
Robert Johnson, Jim Morrison y Kurt Cobain, habían revolucionado la música antes de haber cumplido los 27 años de edad.
Tenemos por costumbre aplaudir y reconocer el talento de deportistas de alto rendimiento, que llevan un régimen estricto para alcanzar la meta que se han fijado dentro de la disciplina que practican.
Y hay más.
Los jóvenes han sido motores en cambios importantes que ha vivido el mundo a lo largo de la historia.
En las barricadas de París, en tiempos de la Comuna, fueron muchos los estudiantes que murieron defendiendo la libertad y los ideales socialistas del pueblo francés.
En 1968, movimientos estudiantiles se dieron en varias partes del mundo y todos ellos significaron una sacudida social, en contra de los regímenes autoritarios y despóticos que gobernaban en favor de los intereses económicos y financieros de las clases privilegiadas.
Si los jóvenes han demostrado a lo largo de la historia, ser capaces de tomar decisiones importantes y llevarlas a la práctica sin importar el precio que deba pagarse por alcanzar la meta ¿por qué no podrían participar en política desde temprana edad, defendiendo las banderas que interesan a muchos?
Decir que a los 18 años, esos jóvenes deben estar en la escuela, preparándose para obtener un título y no en el Congreso, es una postura de corte clasista.
Gran parte de la población joven en el mundo, no pisará una universidad en su vida. Y ese hecho no tiene porque limitar su derecho a ser votado como representante popular.
Hablar de que les falta experiencia política y técnica, es otro absurdo basado en la nada.
Recientemente hemos visto a un Carlos Urzúa, con más de 63 años de edad, hacer malabares para no aplicar la política económica ordenada por el presidente López Obrador. Tuvo que salir de Hacienda, por su “exceso” de conocimiento tecnócrata.
A Germán Martínez le pasó lo mismo en el IMSS. Amplia trayectoria en la política y en el servicio público, para terminar como opositor a todo cambio democrático.
En este asunto, creo que hay que considerar dos premisas que son básicas en la política de cambio que impulsa el presidente López Obrador.
La primera es que debe haber libertad total.
Si un joven a los 18 años adquiere derechos y obligaciones para ejercer su voto, no es entendible que se limite su derecho para ser votado. Esa limitación cae en el absurdo.
La segunda premisa tiene que ver con el concepto real de que el Pueblo no es tonto. Es mayor de edad y no necesita tutela para tomar sus decisiones.
Nadie está diciendo que un joven que compite por una diputación, en automático va a ganar la elección.
Es el Pueblo quien decide si el mejor es él, u otro de mayor edad. La gente sabe lo que le conviene y ese saber se refleja en la intención del voto.
Si a mí me ponen en una boleta a algunos como Fox, Calderón o Creel, acompañados de un joven que comienza su carrera, sin pensarlo voto por el joven.
Al Congreso deben llegar los mejores perfiles, independientemente de la edad. Lo mismo al gabinete presidencial.
¿Cuál sería entonces el peligro que encerraría una reducción en la edad establecida para ocupar un escaño en la Cámara de Diputados?
Que los viejos políticos quieran colocar a sus “delfines” en esos sitios, desde temprana edad.
Que la Cámara Baja se llene de herederos de apellidos añejos.
La receta contra ese mal es simple.
Que se acaben las diputaciones plurinominales y que todo aspirante a diputado, se someta al escrutinio y voto ciudadano.
Eso es lo que ha propuesto el presidente López Obrador.
El Pueblo es el filtro. El Pueblo sabe.
Conoce a los corruptos y si los sacó del gobierno en 2018, no va a dejar que sus herederos regresen con las mismas ideas, atropellando a la verdadera democracia.
La iniciativa que presentó la diputada de Morena, Andrea Chávez Treviño y que fue respaldada ampliamente en la Cámara de Diputados, me parece sana y en línea con la transformación que vive México.
Libertad plena para todos.
Y que el Pueblo decida.
Malthus Gamba