Derrotados y sin credibilidad; la oposición le apuesta al Covid-19 para vencer a AMLO
Si hay una palabra que en particular interesa en este momento a la clase conservadora mexicana, ésta es sin duda “catástrofe”.
Tienen mucho interés en que el significado de esta palabra, anide en la mente de un buen número de mexicanos, antes de verificarse las elecciones intermedias del 2021.
Los medios de comunicación afines al proyecto neoliberal que defiende la derecha mexicana, abruman a diario a sus audiencias con anuncios de catástrofes de todo tipo, siempre relacionadas con el gobierno de López Obrador.
Es inevitable una catástrofe económica, por no hacer caso a las indicaciones que nos mandan del exterior, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
No tarda en presentarse una catástrofe sanitaria, a consecuencia del pésimo manejo que el gobierno de México ha dado a la epidemia de Covid-19.
López Obrador, al no contratar más deuda pública y al negarse a otorgar un trato especial a los grandes empresarios del país, bajando y condonando impuestos al pequeño núcleo de privilegiados, nos conduce a escenarios de catástrofe, donde cerrarán multitud de fuentes de empleo en el corto plazo.
Todo lo que no suena a política neoliberal, conduce inevitablemente a la catástrofe. Cualquier política pública que no vea por los intereses económicos de “los que más tienen”, conduce también a esa catástrofe anunciada.
Mucho se ha hablado de la falta de capacidad de los políticos conservadores. No pueden construir un proyecto nacional novedoso, que pueda ser atrayente a los ojos de la clase media mexicana. Un proyecto ajeno a los vicios del pasado. Una alternativa distinta que ofrezca oportunidades a quienes desean acceder a una vida de comodidad y confort.
No cuentan con intelectuales de calidad. No hay gente con el talento suficiente para crear nuevas plataformas políticas. Y como carecen de una novedosa oferta social, lo único que pueden hacer en este momento, es impulsar nuevamente el viejo proyecto neoliberal que ha fracasado en todas partes.
La intención de los grupos conservadores, es presentar al gobierno de la Cuarta Transformación, como una opción “peor” a la neoliberal.
No pueden ocultar que el neoliberalismo es malo, como sistema de gobierno. Y se empeñan entonces en hacernos creer que un cambio como el que intenta en este momento López Obrador, tiene como consecuencia inevitable, la catástrofe nacional.
El neoliberalismo daña, que le vamos a hacer. Pero un cambio tipo Cuarta Transformación, no solo daña. Conduce a la catástrofe nacional.
El pueblo de México no se traga esos cuentos. Sabe que la prensa en nuestro país, ha sido cómplice de las conductas corruptas conservadoras. Salvo honrosas excepciones.
Las campañas desinformativas que buscan desacreditar al gobierno del cambio, son financiadas con el dinero de la clase empresarial hoy en desgracia.
No hay periodismo independiente en el país. Al menos, los periodistas que no comprometen su integridad profesional por un pago en efectivo, no militan (salvo honrosas excepciones, nuevamente), en los medios de comunicación convencionales.
En la conferencia mañanera de este día, López Obrador habla precisamente de este tipo de periodismo que se disgusta porque las cosas dentro del gobierno, se manejan en forma diferente a como los habían acostumbrado las anteriores administraciones neoliberales.
Ya no se compra tanta publicidad en medios, ni se paga a determinados periodistas por hablar bien del presidente y los políticos que lo acompañan.
Y como hoy estos periodistas trabajan de la mano con una clase reaccionaria, pequeña si se quiere, pero con los recursos suficientes para afrontar cualquier pago, hacen el trabajo sucio necesario para presentar al presidente y a su gabinete, como un grupo de improvisados, que no tienen la menor idea de lo que significa gobernar.
Concluyen sus notas y comentarios diarios con la palabra “catástrofe”, como anuncio de lo que se nos vendrá encima en un futuro próximo.
El anuncio que hace el presidente López Obrador este día, es de capital importancia para los mexicanos. En el Diario Oficial de La Federación se publicará un Decreto, con el que se hace frente a la complicada situación económica que ocasionan la epidemia de Covid-19 en el país y la caída en el precio del barril de petróleo.
En este Decreto, no se contemplan las recetas que tanto defienden los conservadores. No habrá contratación de nueva deuda. No hay trato preferente a los grandes empresarios. No se recorta presupuesto a programas sociales, ni tampoco se afecta el gasto programado para la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina.
El gobierno se ajusta más el cinturón. Rebaja salarios a altos mandos. Suprime varias subdirecciones. No contrata nuevo personal, pero al mismo tiempo anuncia que no se despedirá a empleado alguno. Se reduce al máximo el gasto público, en partidas relativas a servicios generales, materiales y suministros.
Desde que entró en funciones este gobierno, el presidente López Obrador anunció que el peso de todo ajuste presupuestal sería absorbido por el gobierno y no por el pueblo. Al contrario de lo que fue costumbre durante el periodo neoliberal.
La catástrofe tan anunciada por la prensa reaccionaria, no llega.
Pasa el tiempo, se complica la situación mundial en lo que respecta a aspectos económicos y de salud y somos testigos de cómo el gobierno de la Cuarta Transformación, aplicando medidas de austeridad y anticorrupción, sale adelante de todas estas pruebas.
La catástrofe, como se dijo, es anunciada a diario. La amenaza está a la vuelta de la esquina, dicen. Pero por más vueltas que da el país para corregir el rumbo que nos aleje del neoliberalismo, no aparece la esquina donde perdemos el nuevo rumbo.
Los catastrofistas conservadores ven como se acercan las elecciones intermedias, sin que sus anuncios sobre la caída del actual gobierno se cumplan.
El mundo atraviesa por un momento muy difícil. No es México el único país que va por una ruta complicada.
El desastre económico que vivimos es mundial y el único culpable es el sistema neoliberal. No hay otro. Ese sistema fracasó en todo el planeta.
Un consejo sano sería el de no dar crédito a estos anuncios del final de los tiempos. La catástrofe anunciada no va a llegar.
Los conservadores, como dijimos, carecen de un plan nacional.
La Cuarta Transformación tiene uno bien estructurado y no abandona el camino por mucho que intenten presionarlo.
De esta crisis mundial saldrá México adelante, porque como lo ha dicho el presidente en varias ocasiones: “solo el pueblo, puede salvar al pueblo”.
Y aquí, somos millones los mexicanos que trabajamos a diario por la misma causa.
Malthus Gamba