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DE MILLÁN-ASTRAY A CLAUDIO X GONZÁLEZ
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DE MILLÁN-ASTRAY A CLAUDIO X GONZÁLEZ

Pocas frases en la historia resumen tan fielmente el espíritu de un momento histórico relevante, como la que se dice lanzó el general franquista Millán-Astray, a la cara del filósofo y maestro español, Miguel de Unamuno. “¡Muera la Inteligencia, Viva la Muerte!”. El general fue el creador de la Legión española, grupo militar que respaldó desde su origen, la ambición política del después dictador Francisco Franco.

Esa frase contundente, sintetiza lo que el fascismo español puso en práctica, mientras el país estuvo gobernado por Franco. Llegó al poder en base a un Golpe de Estado, en contra del presidente demócrata Manuel Azaña y luego de tres años de guerra civil, se convirtió en dictador vitalicio. Su gobierno fascista se sostuvo por 40 años y solo la muerte lo apartó del poder.

Los fascistas españoles unieron sus fuerzas a las de la Alemania de Hitler y a las de la Italia de Mussolini, aunque en una proporción bastante inferior. Pero el pensamiento fascista permeó en la España de entonces y dio vida generaciones de ciudadanos que aceptaron el destino que les tocó en suerte, por temor al castigo y violencia que significaba oponerse al dictador. Se accedió al poder por la fuerza y se mantuvo el control del país, utilizando todo método violento disponible.

Antes de morir, Franco nombra sucesor y el elegido es un representante de la Casa Real española. Juan Carlos I. La intención era poner en manos del poderoso grupo aristócrata corrupto, la conducción de un país acostumbrado a la mano dura militar. Así lo planeó Franco. Pero la exigencia de mayor libertad de los españoles, obligó al rey a pasar el control del gobierno, a un parlamento de corte democrático. El franquismo murió políticamente, pero la aristocracia española y los dueños de fuertes capitales en el país, siguen haciendo presencia a nivel político y social. La violencia es su marca. Son clasistas, racistas y xenófobos en extremo. La visión de gobierno impulsada por Franco, no está muerta, e intenta regresar con nueva vestimenta, elección tras elección.

La violencia es propia de golpistas. Sobre todo, cuando va dirigida en contra de un pueblo desarmado y de un gobierno democrático que no tiene necesidad de recurrir a la represión de Estado, para hacerse valer. El fascismo toma muchas formas. Es como el mítico Proteo griego, quien tenía el don de cambiar de forma a voluntad.
Pero lo denuncia siempre su clara inclinación por la violencia.

En México, hemos padecido gobernantes represores, desde que la nación se constituyó en país soberano. La corrupción y la ambición desmedida, son los padres de sectores sociales que van acumulando poder y riqueza, a costa de la miseria de millones de mexicanos.

En fechas recientes, el PRIAN ha sido el instrumento político para dar forma y poder desmedido, a un pequeño sector de fascistas de clóset, que terminaron dando vida a un Narco-Estado, desde tiempos de Vicente Fox y hasta la conclusión del mandato de Enrique Peña Nieto. La violencia creció monstruosamente durante estos sexenios y solo con la llegada al poder de un Movimiento realmente ciudadano, encabezado por el hoy presidente López Obrador, inicio la marcha en reversa, para recuperar la paz y la tranquilidad en el país.
Actualmente, vemos hechos violentos protagonizados por la delincuencia organizada y también por la de “cuello blanco”, en aquellos estados gobernados por la oposición. El resto de las entidades federativas, bajan sus niveles delincuenciales en todos los rubros, aunque esa tarea no pueda resolverse enteramente en el corto plazo, por lo lastimado que quedó el tejido social, después de 36 años de neoliberalismo.

¿Qué hace en este momento la oposición mexicana, en su intento por regresar al poder en la presidencia y en el Congreso?
Intentar imponer en la voluntad social, a una figura decorativa, sin historial político de peso. Una Xóchitl Gálvez que mueve a risa en el grueso de la sociedad mexicana, por ser parte de la corrupción neoliberal, y por tratar de mostrarse ya al final de su carrera, como una luchadora de izquierda, perteneciente a una comunidad indígena, que poco la conoce y que habla muy mal de ella, como persona y como política.

Xóchitl, tal y como afirma el presidente López Obrador, es un “globo” que no despega. Y ante esto, el grupo opositor representado por Claudio X González, recurre a los clásicos métodos violentos del pasado conservador, para mantener su vela y esperanza encendidas, en espera de un milagro en las elecciones del 2024.

“Los recientes sucesos que hemos visto en Chilpancingo, Gro., en Toluca, Méx., y en Chiapas, responden a una estrategia desestabilizadora, impulsada por el conservadurismo corrupto. Ya vieron que Xóchitl no está funcionando como ellos esperaban y se juegan por tanto la carta de la violencia generada artificialmente, para intentar que este gobierno responsa con represión, sangre y muerte. Y eso de ninguna manera lo vamos a hacer”.

El fascismo enmascarado de “demócrata” se evidencia siempre, por el uso de la fuerza, ya sea de manera “legítima”, como llaman ellos a las incursiones de fuerzas militares y del orden, en contra de quienes participan en protestas ciudadanas, o contra grupos delincuenciales, donde tomar prisioneros está prohibido.
El Movimiento de la Cuarta Transformación se mueve y construye del lado de la Inteligencia.

Los corruptos neoliberales opositores, quieren recuperar el poder, haciendo uso de la violencia de corte fascista.

El “Muera la Inteligencia y Viva la Muerte”, es un grito que está vivo, aunque afortunadamente aún latente en la escena política nacional.

De nosotros los ciudadanos, depende que este llamado a la violencia quede en eso. En algo que se evita antes de que provoque muerte alguna.

Los llamados al uso de la fuerza en los medios de manipulación, no tardan en hacerse presentes. Quieren que el gobierno del presidente López Obrador, se manche abiertamente con sangre del Pueblo. Para ello, lanzan a sus provocadores, que ponen como escudos humanos a civiles desarmados.

No atendamos a quienes intentan recuperar el poder de esta manera. No entremos de nuevo en la espiral de violencia de la que vamos saliendo.
Tengamos presente siempre esto:

Somos más los buenos. Y los fascistas ya no engañan a un Pueblo despierto, que hoy exige paz y diálogo para la solución de cualquier conflicto.

Malthus Gamba

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