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CON AMLO, MÉXICO NO ES TIERRA DE CONQUISTA
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CON AMLO, MÉXICO NO ES TIERRA DE CONQUISTA

Los señores de la “luz”, barbados y llegados de un país al otro lado del océano, arribaron a tierras mexicanas cargados de máquinas desconocidas para los gobernantes neoliberales de nuestro país.

Asombraron a los tecnócratas nativos con enormes páneles y hélices parecidas a molinos de viento, capaces de almacenar la energía emitida por Huitzilopochtli en su advocación solar y la que produce Ehécatl cuando mueve el viento .

Españoles se hacían llamar y venían por el oro mexicano, en idéntica forma a como lo hicieron sus ancestros, cuando destruyeron civilizaciones, culturas y pueblos nativos en lo que después nombraron Nueva España y es hoy México.

Así puede iniciar este episodio de reconquista económica, intentado por las avanzadas predadoras de Iberdrola.

Los gobiernos neoliberales, tan propensos a privatizar y poner en manos extranjeras el patrimonio nacional, recibieron servilmente a quienes repartieron entre ellos “baratijas” económicas, a cambio de conseguir contratos ventajosos y fuera de la Ley, que les permitía apropiarse de buena parte del sector energético en el país.

Las ganancias de Iberdrola en México eran fabulosas y su compromiso con los naturales de este país, mínimos.

México ya había pasado por episodios similares en el sector financiero. Bancos venidos de España, se adueñaron del mercado nacional, donde se enriquecen con tasas de interés insultantes, un pésimo servicio y nulo impulso al desarrollo nacional, al negarse a otorgar créditos relevantes a la pequeña y mediana industria.

Los empresarios españoles llegan a nuestro país, con la misma ambición desbordada de los antiguos conquistadores.

Acostumbran tratar sus “negocios” en unidad con los “traficantes de influencias” nativos, que nunca faltan en todo país. Asociados a ellos, consiguen contratos, concesiones y permisos que se mueven al borde de lo legal. Saquean la riqueza de cada nación que tocan, sin haber dejado a cambio, las condiciones de progreso que prometieron.

Son predadores económicos, disfrazados de empresarios responsables.
En México, como hemos dicho, Iberdrola vivía feliz. A los ojos de los gobiernos oligárquicos, los nuevos conquistadores económicos aparecían como la reencarnación de Pedro de Alvarado. El “Tonatiuh” sanguinario combatido por los aztecas.

Todo lo que pedía Iberdrola le era concedido.

Hasta que arriba al gobierno de México, el actual presidente López Obrador.
Los tambores de guerra resuenan en todo México.

Los oligarcas del pasado pierden el poder y sus aliados nacionales y extranjeros, ven apesadumbrados que la riqueza del país se defiende y que día con día las fuerzas de la Cuarta Transformación crecen.

Los negocios basados en la corrupción terminan y ni amparos, juicios o demandas, consiguen revertir la visión nacionalista y honesta que impulsa el actual gobierno.
Los conquistadores españoles son acorralados poco a poco en territorios cada día más pequeños, hasta que no tienen otra salida viable, que entregar las fuentes de riqueza que tienen en su poder, a cambio de un precio justo por el capital invertido en nuestro país.

Iberdrola vende al gobierno de México, trece plantas generadoras de energía. Doce de ciclo combinado y una eólica.

El pueblo de México recupera soberanía energética y la Comisión Federal de Electricidad, producirá en adelante, el 55% de la energía eléctrica que requiere el país.

Ese porcentaje aumentará al 70% al finalizar el sexenio del presidente López Obrador, pues existen trabajos de renovación de turbinas en hidroeléctricas, remodelación de plantas generadoras de electricidad, así como la instalación de parques de energía eólica y solar.

Los conquistadores españoles de Iberdrola salen derrotados en este encuentro. Alcanzan en buenos términos una paz que no querían aceptar en primera instancia, pero que al final, fue la única salida decorosa que encontraron.

“Las negociaciones con la directiva de Iberdrola, fue ríspida. Muy fuerte”, dijo el día de hoy el presidente López Obrador en su conferencia mañanera.

Sin embargo, para los mexicanos, el resultado del acuerdo tiene el significado de una conquista histórica, que devuelve al país la rectoría en el sector energético.

Las empresas privadas se quedarán al finalizar 2024, con un 30% del mercado eléctrico. Tendrán que apegarse a los lineamientos y disposiciones que establezca el actual gobierno y que con seguridad respaldará la administración de izquierda, que releve al gobierno del presidente López Obrador.

Iberdrola y su territorio en México, pasaron de ser botín de conquistadores, a tierra de conquista. Y perdieron.

Hoy sus aliados en nuestro país, se muestran inconsolables. Panistas priistas y destacados traficantes de influencias, como Claudio X González, despotrican en contra del gobierno del presidente López Obrador, rechazando cualquier beneficio que se desprenda de una operación que fortalece a la Comisión Federal de Electricidad.

Hablan de que el gobierno compró “fierros viejos” a Iberdrola, siendo que hasta hace unos días, defendían la calidad del servicio de esa empresa y lo inmejorable de una tecnología que utiliza los equipos más avanzados, para generar energías limpias.
Esta vez los españoles deben regresar ante su rey, con las manos vacías. No habrán envíos de oro mexicano en adelante.

El gobierno de la Cuarta Transformación cerró la llave del saqueo, brindando al mismo tiempo a Iberdrola, el paso abierto para salir del mercado nacional dignamente.
¿Qué va a hacer la oposición mexicana durante los pocos meses que la separan de la elección presidencial?

Sus banderas están rotas y en el suelo.

Acaba de perder el control en el INE, al que defendía y ahora ataca por haber logrado su independencia del poder reaccionario.

Hoy pierde una batalla importante, al ver que los empresarios que envió a México el rey de España, se retiran de la línea de fuego, al no haber condiciones para mantener privilegios nacidos de la corrupción.

La oposición ataca hoy a la nueva presidencia en el INE y ataca también a las plantas generadoras de energía que compró el gobierno.

Hace unos días defendía esas banderas y hoy reniega de ellas.

¿Con que nuevo estandarte va a lograr que la gente salga a marchar a las calles?
Edmundo Jacobo y Lorenzo Córdova traicionaron la causa conservadora.

Hicieron salir a la gente a defender los privilegios que imperan en el INE y cuando Edmundo es reinstalado en su puesto, les renuncia con el visto bueno de Lorenzo.
¿Cómo van a engañar de nueva cuenta a la gente?

¿Cómo recuperar la confianza que han perdido?

Al parecer no hay forma alguna y la derrota que le espera al conservadurismo en 2024, es de pronóstico reservado.

Falta poco para ver cómo los aliados de los conquistadores españoles, pierden hasta la camisa en la próxima elección federal.

Malthus Gamba

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