Cisjordania, otro territorio palestino bajo asedio
Textos y Contextos
Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera
Desde que el 7 de octubre pasado escaló el conflicto entre Hamás y el Estado de Israel, mucha información ha surgido sobre los ataques en la Franja de Gaza en contra del pueblo palestino. Según los últimos informes, al menos 9 mil 488 personas han muerto, de las cuales 3 mil 900 son niños.
Sin embrago, pese a que el asedio no cesa en contra de Gaza, hay otro territorio palestino llamado Cisjordania, en donde también ha crecido el acoso en contra de la población por parte de las fuerzas de ocupación israelíes y los colonos en esa zona, pues, aunque Israel le ha quitado a palestina aproximadamente un 90 por ciento de su espacio desde 1948, no conforme también toma comunidades para enviar más de su población para establecerse cerca de donde los palestinos tratan de sobrevivir.
Tuve la oportunidad de charlar con Estefania Vega, una artista mexicana, directora del proyecto Nakba, que fue sorprendida por la escalada del conflicto mientras se encontraba en el campo de refugiados de Yenin para realizar algunos proyectos culturales con colectivos locales. Sin embargo, debió huir porque esa zona es blanco de las fuerzas militares israelíes por ser una de las poblaciones de mayor resistencia ante la ocupación.
Entre muchas cosas, me contó que a uno de los pobladores con los que ha tenido cercanía las milicias lo golpearon simplemente porque se asomó por su ventana. En Masafer Yatta, la comunidad en la que Estefania vive, ha sido testigo de inhumanidades atroces contra la sociedad palestina.
Duele escuchar su narración entre sollozos, porque cuenta que los niños deben ir a la escuela acompañados por activistas internacionales para que los colonos no les arrojen piedras; es muy triste escuchar a una testigo del genocidio que está sufriendo el pueblo palestino.
Un texto que nos compartió Estefania, escrito por Ryah Aqel, explica que “a sólo 40 millas de Gaza, en la zona de Masafer Yatta en Cisjordania, se pueden oír y ver aviones de guerra volando para bombardear a nuestro pueblo. Pero con todos los ojos puestos en Gaza, los colonos israelíes en Masafer Yatta y otras partes de Cisjordania están aprovechando este momento para intensificar sus ataques violentos contra las comunidades palestinas”.
Asimismo, añade que “el año pasado fue el más mortífero para los palestinos en Cisjordania desde 2005. Hasta ahora, desde el 7 de octubre, al menos 144 palestinos en Cisjordania han sido asesinados, entre ellos decenas de niños. Otras 2 mil 200 personas han resultado heridas y unas mil han sido desplazadas por la fuerza”.
Estefania cuenta que no quiere regresar a México hasta que su visa se lo permita, porque la presencia internacional le sirve mucho a las personas que están en Palestina; de alguna manera, las fuerzas de ocupación se contienen en contra del extranjero, pese a que la propia Estefania ha sufrido abusos de autoridad, desde que llegó al aeropuerto israelí de Ben Gurion, hasta en los trayectos para trasladarse dentro de Cisjordania y donde la milicia le ha quitado su teléfono o amenazado de forma directa.
Sin embargo, ella apoya llevando comida a algunas familias que no pueden salir de su casa para buscar alimentos o acompañando a los niños, como lo muestra en su cuenta de Instagram. Asimismo graba todo lo que puede, difunde información y presta su voz y su cuerpo para dar eco a los palestinos.
Estefania cuenta cómo fue testigo del asesinato de un joven palestino mientras se trasladaba de Yenin a Masafer Yatta. Mientras leía Casandra, de Christa Wolf, el transporte se detuvo y miró como un soldado israelí se hincó para disparar contra su objetivo. Ella sólo apretó los puños y quedó en shok: “Lo que veía a través de videos en mi celular, ahora lo estaba viendo de frente”.
“Iba leyendo justo cuando Casandra va caminando por los pasillos de Troya, ya cuando han pasado varios años que han estado en guerra, y dice: ‘Tal vez todo sería distinto, si no hubiéramos mentido, todo sería distinto si esto tuviera un poco de verdad’, cuando yo leo eso pienso: ‘Estoy viviendo dos guerras al mismo tiempo’, la guerra de lo que estaba leyendo, esa que una vive internamente como mujer, y la guerra que está sucediendo acá”.
En las últimas décadas, explica Ryah Aqel, “el proyecto de colonos solo ha crecido exponencialmente en cifras (en 2017 se informó que más de 330 mil colonos se habían mudado a Cisjordania en los 30 años anteriores ) y la zona se ha vuelto cada vez más violenta y peligrosa para los palestinos, impulsada por organizaciones de colonos como Regavim, que operan bajo la apariencia de organizaciones caritativas”.