22 Dic 2024

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ANTE LA LEY (Según Kafka)
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ANTE LA LEY (Según Kafka)

El término “kafkiano” es conocido por muchos lectores. Tiene mucho que ver con la vida real, dentro de una sociedad que sigue las reglas del “Libre Mercado”, de la “Competencia” deshumanizada y de la violencia que genera un sistema que pone las reglas del mercado, por encima de cualquier consideración de tipo humanista.

Lo “kafkiano” es lo absurdo en extremo. Lo establecido y obedecido a pesar de ir en contra de todo razonamiento lógico y pasar por encima de los derechos naturales del individuo.
Kafkiano es que Genaro García Luna, haya sido Secretario de Seguridad Pública, durante los dos sexenios panistas, sin que los presidentes Fox y Calderón reconozcan su complicidad y participación en el “contrato” firmado por García Luna con la delincuencia organizada, para caminar juntos y distribuir el fruto de las millonarias ganancias obtenidas por los criminales, bajo el cobijo y ante los ojos protectores del aparato de seguridad del Estado.

Kafkiano es ver hoy en día a Claudio X González, representando a los traficantes de influencias que impulsaron e impusieron el sistema de corrupción neoliberal, aliados a lo más podrido de la clase política, calificándose como defensores de la democracia e intachables patriotas, que intentan sacar del gobierno al Movimiento de Transformación que trabaja diariamente por sanear al país de la corrupción, violencia e impunidad heredadas.

En este terreno mucho se ha avanzado y lo podrido ha sido extirpado de raíz, cuando esto ha sido posible, y paulatinamente, cuando la infección se encuentra profundamente diseminada.

Sin embargo, hay espacios de poder donde no ha sido posible realizar el trabajo de saneamiento necesario, por tratarse de esferas donde la palabra “autonomía”, se convierte en muro o dique que impide cualquier intento de cambio saludable.

El Poder Judicial y el Instituto Nacional Electoral, han sido ejemplos claros de las formas corruptas que se siguen para defender privilegios de grupo, otorgando a cambio de esos beneficios económicos, fallos, dictámenes, sentencias y triunfos ilegítimos.

La autonomía de estos organismos, los coloca fuera del alcance de toda Ley. La Constitución queda por debajo de ellos, comenzando por el hecho de que violan el contenido de la Carta Magna, al disfrutar de salarios superiores al que alcanza el presidente de la república. Estos consejeros electorales, jueces, magistrados y ministros son autónomos en extremo kafkiano.

Pero hay más.

Hay un cuento corto de Kafka, de título “Ante la Ley”. Trata sobre la intención de un campesino pobre, que llega ante las puertas del Palacio de la Ley, con objeto de presentarse ante ella, solicitando justicia. En la puerta, un guardia le impide el paso y le dice que no puede dejarlo pasar en ese momento. Los intentos del campesino por ingresar se repiten días, meses y años y siempre recibe la misma respuesta. Entrega todas sus pertenencias al guardia intentando franquear la entrada, pero nada consigue. Se hace viejo en el intento, sin poder acceder a la Ley. Antes de morir, reuniendo las pocas fuerzas que le quedan, pregunta al guardián, por qué durante tantos años nadie más se ha presentado a pedir audiencia con la Ley, siendo muchos los que requieren de justicia. El guardia le grita al oído, sin saber si aún lo escuchará o no: “Porque esta puerta estaba abierta solo para ti y ahora que mueres, voy a cerrarla”.

La Ley en México es idéntica a la que Kafka describe en su cuento. Hay puertas diferentes para dar o negar acceso a quienes se acercan a requerir justicia.

Un campesino puede quedarse esperando años, antes de que la Ley se ocupe de su caso. Si está en prisión y a la espera de sentencia, nada puede hacer, aún siendo inocente. La Ley, tan lejana a él, tan deshumanizada y actualmente tan corrupta, dejará olvidado su asunto en la inmensidad de pendientes que tiene acumulados. Y como se trata de un Poder “autónomo”, nadie por encima de jueces, magistrados y ministros, puede atender ese llamado de justicia.

Pero si se trata de un asunto que interesa a los poderosos traficantes de influencias y a los políticos que ellos pagan y controlan, las cosas cambian. El aparato de la Ley avanza a marchas forzadas, para sacar de inmediato un amparo, revertir una Ley o Reforma aprobadas por el Poder Ejecutivo o por el Legislativo. Nada impide a la kafkiana “autonomía” del Poder Judicial, el ser parcial en favor de los intereses económicos y políticos corruptos. La Constitución se arrastra miserablemente por el piso de la Suprema Corte, con fallos y sentencias que escapan a toda interpretación lógica y recta de la legalidad.

El guardián de esas puertas, es obsequioso con empresarios corruptos y políticos fascistas. Sabe que el Palacio que cuida, es en realidad la Casa de la Corrupción, donde la justicia se remata, o pone en venta al mejor postor.

Por eso ya no extraña que la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, tenga dentro de su equipo de trabajo, a gente relacionada con Isabel Miranda de Wallace, o a dos personas que fueron parte del equipo de trabajo de Genaro García Luna.

“Ante la Ley” deja de ser un cuento donde el absurdo alcanza dimensiones especiales al ser narrado como acto posible, para convertirse en realidad aberrante en nuestro país.
¿Qué hacer al respecto?

Cada uno de nosotros tiene disponible su puerta de acceso a la Ley. Hay que tocar a ella no para pedir. Tocar para exigir que se dé verdadera Justicia a todos. Para exigir el termino de privilegios y componendas a modo, en favor de los poderosos. Tocar fuerte. Tocar a diario.

Y en 2024, votar masivamente por Morena, para tener mayoría calificada en el Congreso y poder realizar cambios constitucionales que eliminen todos los excesos al interior del Poder Judicial.

Nadie puede ni debe estar por encima de la voluntad del Pueblo.

Los jueces, consejeros, magistrados y ministros, no pueden interpretar a conveniencia el texto constitucional.

Y si el Palacio de la Ley es en realidad el Castillo de la Injusticia, que caigan el Palacio y sus inquilinos, por la vía democrática.
No más justicia kafkiana en nuestro país.

No más Normas Piña, Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, José Ramón Cossío y demás corruptos en el Poder Judicial y en el INE.

Malthus Gamba

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