ADIÓS “DON PORFIRITO” EDMUNDO JACOBO
Decían que el “El INE no se tocaba” y ya está tocado de muerte.
Las salidas inminentes de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, por haber cumplido su ciclo oficial dentro del instituto, crean una ola de reacciones que no prometen mantener por mucho tiempo, el reinado de corrupción y privilegios, que se dieron durante la oscura etapa que está por concluir, en un organismo que jamás fue democrático, ni austero.
Y hay otro aspecto a considerar. Los perfiles de quienes compiten para el nombramiento de consejero presidente del INE, nada tienen que ver con la incondicionalidad, el servilismo y la falta de ética profesional de Lorenzo Córdova y Murayama.
Pero vamos por partes.
Mucho fue el esfuerzo de Claudio X González y el resto de los empresarios que dan financiamiento al reducido movimiento conservador, para mantener en su puesto a Edmundo Jacobo.
Cantidades fabulosas de dinero se gastaron en una campaña mediática, que defendía la permanencia de este personaje, dentro de la estructura de gobierno del INE.
Ganaron esa batalla en la forma acostumbrada. El Poder Judicial otorgó un amparo a “Don Porfirito” (como bien lo rebautizó el presidente López Obrador), para que pudiera regresar al puesto de privilegio desde donde se maneja la operación y los recursos financieros en el INE.
La oposición aplaudió a rabiar esa pequeña batalla ganada. Pero Claudio X y quienes manejan la política conservadora, sabían que hacía falta “cerrar la pinza” con otro triunfo mayor, en una acción importante que estaba por definirse.
Al generarse espacios en el Instituto Nacional Electoral, por la salida de cuatro consejeros electorales que finalizan su periodo en activo, era indispensable que la oposición trabajara intensamente para conseguir que al menos, el nuevo consejero presidente en el INE, fuera alguien a quien pudieran manejar o corromper en el corto plazo.
Para eso, resultaba indispensable que en la “quinteta” donde aparecerían los candidatos a dicho puesto, figuraran aspirantes con inclinación neoliberal, o al menos, con un perfil aparentemente “independiente”, “apartidista”, o de pertenencia a la “sociedad civil”.
Pero eso no estaba en sus manos.
La Ley establece que para designar a los integrantes del Comité Técnico de Evaluación que elige a los finalistas y posteriormente a los nuevos titulares de la plazas, debe ser compuesto por siete integrantes.
La Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados” (JUCOPO) elegirá a tres de los siete perfiles necesarios y el partido político que tenga mayoría en esa junta, tendrá facultad suficiente para impulsar a sus candidatos.
Dos más los propone la Comisión Nacional de Derechos Humando, que dejó de ser un organismo al servicio de la causa conservadora.
Las últimas dos propuestas las hace el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), que es la única opción que juega en favor del poder económico. La única dependencia servil y corrupta que puede manejar el conservadurismo.
Ese Comité Técnico de Evaluación, aceptó que en la quinteta para ocupar el cargo de consejero presiente en el INE, aparecieran únicamente perfiles femeninos.
La próxima titular en el INE, será una mujer.
Y ahí es donde pierden los conservadores esa batalla decisiva para mantener el control de las autoridades en el INE, tal y como lo hicieron sin mayor problema con Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Edmundo Jacobo.
Las aspirantes al puesto de consejero presidente, son personas honestas, con trayectoria limpia y sin ligas políticas y económicas con los políticos y empresarios conservadores.
No van a poder corromper, ni manipular al nuevo titular en el INE.
Una mujer va a llegar a poner orden en el Instituto.
¿Qué pasa entonces con “Don Porfirito”?
Pues que queda totalmente desamparado, sin poder operar arbitrariamente en favor de los intereses reaccionarios.
La batalla grande que necesitaba ganar la oposición para mantener a Edmundo Jacobo dentro del INE, con la misma fortaleza política y financiera que le vimos por más de 14 años, se perdió al no aparecer en la quinteta para consejero presidente, ningún perfil parecido a Lorenzo y Murayama.
Quien llegue a ese puesto, no permitirá que se siga atacando a la democracia mexicana, desde el interior de la institución que debería velar porque el voto y el derecho ciudadano se respetaran.
Este golpe seco a la corrupción, trae como consecuencia la renuncia que presenta el día de hoy Edmundo Jacobo.
“Don Porfirito” se da cuenta de que su regreso es en realidad un retroceso a territorio minado, donde no hay espacio ni futuro para él.
El manto que lo protegió en el pasado, no existe más. En unos días Córdova Vianello y Murayama, abandonarán el INE.
Dentro de poco, llegarán cuatro consejeros electorales., para cubrir las vacantes que se generan. Sangre nueva que no obedece instrucciones de alguna fuerza política, o del poder empresarial.
La pequeña batalla ganada gracias al amparo concedido por el también corrupto Poder Judicial, de nada sirvió. La pinza no se cerró y Edmundo queda en una posición vulnerable, donde peligra el importe de su retiro, que sería menor al actual más adelante, si los privilegios en el INE se van perdiendo de a poco.
Además, tendría que responder por todo lo sucio que fuera apareciendo en los ámbitos operativo y administrativo en ese Organismo, ya sin contar con la protección de sus jefes inmediatos.
“Don Porfirito” hoy anuncia su renuncia al cargo de Secretario Ejecutivo en el INE y podrá argumentar muchas razones.
La realidad es que la oposición no consiguió doblar al gobierno federal, al Congreso de la Unión y al Comité Técnico de Evaluación, para que se abrieran posibilidades a los perfiles reaccionario en la quinteta de donde saldrá la nueva consejera presidenta del Instituto.
Los que se dicen “defensores de la legalidad”, lloran en redes sociales y en los medios de comunicación que controlan, porque el Movimiento de Transformación haciendo uso de lo que marca la Ley, propuso perfiles honestos y no corruptos incondicionales, o servidores públicos manipulables.
“El INE sí se toca”.
La elección en el Estado de México, que en toda encuesta tiene perdida la oposición por amplio margen, no podrá ser ganada en el escritorio, gracias al fraude electoral preparado desde la Secretaría Ejecutiva del INE.
Y eso no es lo peor para la oposición.
Las pocas esperanzas de triunfo que tenía Claudio X González para la elección presidencial del 2024, se cierran de golpe en el rostro de una oposición minoritaria, perdedora y decadente, que nomás no da una.
Malthus Gamba