La tragicomedia de Córdova y Murayama
El avance de la democracia en México, ha sucedido a pesar de los órganos electorales que hemos tenido, plagados de corrupción, dirigidos por ladrones, así como por sujetos entrenados en todo tipo de métodos de defraudación, que hacen palidecer a banqueros, traficantes de influencias y cualquier clase de maleantes de cuello blanco.
En 2018 la ciudadanía se manifestó harta de soportar vejaciones, maltratos, masacres, saqueos y demás tropelías perpetradas por casi todos los gobiernos del pasado, con especial énfasis en los de los últimos 40 años, votando masivamente para sacarlos del gobierno federal. A partir de ahí siguió haciéndose presente en los procesos estatales expulsándolos también de 22 estados en sólo 4 años. Esto se logró a pesar del perfil podrido de los individuos que controlaban al Instituto Nacional Electoral, entre otros organismos que tienen funciones similares a nivel estatal.
Parece mentira que hoy estemos festejando un avance más de la democracia, por habernos deshecho de 3 individuos que mantenían secuestrado al INE, que por cierto celebramos a pesar de lo que nos hayan costado sus millonarios finiquitos. Nos sale barato que éstos sujetos se hayan ido justo antes de uno de los procesos electorales estatales más relevantes, que influye para seguir consolidando el proceso democrático del país.
A falta de un poder federal que cotinuara consiguiéndoles negocios a los oligarcas corruptos, estos individuos apoltronados en el INE, lo hacían favoreciendo que los cárteles políticos pudieran colocar gobernadores proclives a facilitar fraudes y saqueos para sus cómplices.
Sabemos que se van del INE dejando un hoyo de 23 mil millones de pesos que no aparecen, además en el último día de su gestión, Lorenzo Córdova exoneró al PRI por fraudes electorales relacionados con Oderbrecht, Peña Nieto, Beltrones y otros criminales que deberían haber sido castigados desde hace casi 10 años. ¡Qué casualidad!
No podemos sabemos a ciencia cierta cómo se van a conducir los nuevos consejeros del INE, pero esperamos que no actúen como matraqueros, promotores y militantes sin registro de los cárteles de la delincuencia organizada que se han disfrazado de partidos como el PRI, el PAN, el PRD y MC, para incrustarse en la vida política de México a fin y así armar toda una estructura extractiva orientada a saquear los presupuestos estatales y las riquezas del país.
Con la salida de estas 3 alimañas parece que las organizaciones del crimen disfrazadas de políticos, todavía contarán con un apoyo fundamental en el poder judicial, encabezado por una de ellos, dispuestos a torcer las leyes hasta donde sea necesario, para mantener a los que más puedan robando desde los gobiernos de la oposición.
Los prianistas deben estar de luto porque perdieron un socio comercial que les reportó enormes beneficios, aunque en estos últimos 4 años los ciudadanos pudimos acotarlos con nuestros votos reduciendo sus abusos a la mínima expresión, se quedaron con 10 estados de los que seguramente van a perder por lo menos uno este año y muy probablemente el próximo año pierdan más, ya sin sus compinches controlando los procesos de elección.
Ahora a los ciudadanos nos queda promover que se investigue dónde quedó el dinero perdido y qué sucedió con otras decenas de atracos, trapacerías y violaciones a la ley, para que en algún momento puedan ser llevados ante la justicia y paguen por sus crímenes. Mientras, ya sin éstos lastres, los ciudadanos podremos seguir construyendo una democracia cada vez más madura.
Quienes tuvieron la desgracia de encontrarse con alguno de éstos delincuentes, deben seguir el consejo del escritor argentino Roberto Fontanarosa: “Si le estrechas la mano a un ladrón, cuéntate los dedos”.