GUSTAVO DE HOYOS, EL “FLORERO” DE CLAUDIO X
Alzó la mano y dijo: “¿Qué tal que tal si la sociedad civil (S. A. de C. V.), se organiza para impulsar una candidatura presidencial independiente, libre de los vicios que acompañan a los partidos políticos? Yo estoy dispuesto a competir por ese cargo”
Gustavo Adolfo de Hoyos Walther, es la sombra del poder económico representado por Claudio X González. Es el escudero servil que aparece en buena parte de las imágenes donde Claudio organiza (o intenta organizar) a los contingentes conservadores.
Fue presidente de la COPARMEX en la gestión pasada y desde ahí intentó ejercer fuerte presión sobre el gobierno del presidente López Obrador, incluso durante el periodo de pandemia, donde la mayor parte de los mexicanos fueron solidarios con aquellos que pasaron momentos difíciles a causa de la enfermedad y de los demás daños que desató el fuerte contagio.
De Hoyos es un un empresario gris. Un político mediocre y un posible candidato a la presidencia, sin oportunidad alguna.
Pero tiene un mérito que lo califica para representar a la clase empresarial, que quiere colocar a un candidato propio rumbo al 2024.
Es el “achichincle” favorito de Claudio X González Guajardo. Un elemento servicial como pocos. Obediente a la voz de quien lo controla.
Un títere, o un “florero” que de llegar al cargo que pretende, no representará peligro alguno para su controlador.
El “destape” de Gustavo de Hoyos Walther se hace con la evidente autorización de Claudio, quien sin lugar a dudas patrocinaría la campaña de su escudero. Pero la intención no es en realidad colocarlo como aspirante independiente a la presidencia.
Claudio X González patrocina a los grupos opositores en el país. El dinero que requiera la causa reaccionaria no es problema para él. Cuenta con el respaldo del resto de los traficantes de influencias del pasado, que no están conformes con tener que pagar impuestos ahora, ni tampoco con la necesidad de hacer negocios limpios, apartados de la práctica de la corrupción, que tan bien conocen.
El problema de Claudio X González, es que no tiene control total sobre los partidos políticos.
Ni PAN, ni PRI obedecen ciegamente a sus deseos, tal y como sí lo hace Gustavo de Hoyos.
Las dirigencias de Acción Nacional y del PRI, ya le dijeron que no van a tomar en cuenta a precandidatos que no pertenezcan a esos partidos políticos. Claudio X no va a nombrar al candidato opositor para la elección del 2024. Eso de ningún modo va a pasar.
Quizá tampoco sean aceptados personajes ligados a Claudio, para ocupar puestos de representación en el Congreso, por la vía plurinominal.
Nominalmente, Claudio X González es la cabeza del movimiento conservador. Pero en la práctica, se está dando un fenómeno donde los políticos neoliberales, al controlar el aparato operativo a nivel territorio, tienen una ventaja que le hace falta a Claudio. Son quienes mantienen cierto control político en municipios y estados, a favor de la causa conservadora. Contra eso, Claudio X está atado de manos.
¿Que pretende conseguir con su candidato de papel?
¿Qué rol juega su “florero” en esto?
La intención es inflar mediáticamente a Gustavo de Hoyos Walther. Darle juego político artificial, mediante una campaña sostenida en medios de comunicación masivos y en redes sociales.
Inflar el globo publicitario, que ponga en el mapa político a Gustavo.
Hacerlo candidato con un respaldo social ficticio. Un apoyo basado en enormes granjas de bots y en notas periodísticas mentirosas.
Cuando Gustavo de Hoyos esté en una posición ventajosa, venderlo al PRIAN como candidato idóneo. O ejercer la presión suficiente para que el bloque opositor obligue a los dirigentes del PRIAN a reconsiderar su postura actual y abrir la oportunidad que está pidiendo Gustavo, para competir por la presidencia del país, representando a los grupos conservadores.
La dificultad en el plan que echa a andar Claudio X González, estriba en el hecho de que Gustavo de Hoyos es un personaje sin atractivo alguno para el elector.
Carente de trayectoria y de una imagen atractiva, es visto como el “carga-portafolios” permanente de Claudio. No se le conoce mayor mérito.
Cualquier campaña publicitaria requiere mínimamente, que el producto que intenta venderse, tenga un atractivo particular, por mínimo que éste sea.
Gustavo de Hoyos Walther nada tiene.
Le faltan gracia, conocimientos, carisma, liderazgo, trayectoria y carácter.
Cuando los medios de comunicación nacionales se dedicaron a construir la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, contaron con los atractivos personales del futuro presidente.
Peña Nieto mostraba la misma mediocridad que hoy vemos en Gustavo de Hoyos, pero tenía juventud, carisma, el haber sido gobernador en el estado de México, una sonrisa “angelical” que provocaba aquello de “Enrique, bombón, te quiero p´al colchón”.
Gustavo de Hoyos es un personaje sin gracia y sin talento alguno.
¿De dónde se pueden agarrar los publicistas para crearle una imagen ganadora?
Pasan tantas cosas incomprensibles dentro del segmento conservador en el país, que uno a veces piensa que lo que están intentando en este momento los políticos y empresarios controlados por Claudio X González, es apretar el botón de “autodestrucción”, para terminar de una buena vez, con la pesadilla que ha significado para ellos la llegada al poder del presidente López Obrador y de un Movimiento Social encabezado por Morena, que cada día se ve más poderoso.
Gustavo de Hoyos Walther no tiene oportunidad alguna para alcanzar las metas que le ha fijado Claudio X González.
No será el candidato presidencial de la Sociedad Civil controlada por los grupos económicos de Claudio X, que cuente con el respaldo de multitudes.
Pero es todo lo que tiene Claudio en esta recta final del sexenio del presidente López Obrador.
Nada mejor está a su alcance.
El “florero”, el títere que pone al frente para competir por la presidencia de la república en 2024, es un perdedor anticipado, que va a la misión que le encomiendan, por disciplina, pero no porque piense que puede salir victorioso al finalizar ese juego político.
Lo único que le queda a Claudio X González, para no salir tan maltratado como dirigente opositor, es convencer, presionar, chantajear, amenazar u obligar de alguna manera a Marko Cortés del PAN y a Alejandro Moreno del PRI, de que deben abrir las puertas de las candidaturas para el 2024, a la gente que él pueda proponer.
Algo que se ve muy difícil, considerando que la oposición no tiene oportunidad alguna para alcanzar la presidencia y que los puestos que logren conseguir en el Congreso, serán muy pocos.
La oposición va rumbo a un desastre histórico y ya nada puede detener su caída en el 2024.
Malthus Gamba