El peligroso negocio del amor digital
Las apps de citas generan en México más de 35 millones de dólares y más de 3 mil millones de dólares a nivel mundial en el 2021, según datos de Statista 2022. Un negocio que se prevé en el mercado global de apps de citas generé hasta los 12 mil millones de dólares para 2030, según Grand View Research.
Seis de cada diez mexicanos en internet han “ligado” en apps y plataformas; Instagram es la favorita para conocer a alguien (50%), según The Competitive Intelligence Unit (CIU). Le siguen WhatsApp con un 47.2% y luego las apps de citas con un 41.3% de las menciones.
Tinder es la app de citas más usada por los mexicanos, 72.6% de los usuarios la utilizan, en segundo lugar se encuentra Bumble (47%), seguido por Happn (11.2), Grinder (9.6%) y Badoo (8.2%), según CIU.
Los usuarios dicen estar conscientes de algunos de los riesgos de las apps. Tres de cada cuatro que usan las apps dicen haberse sentido inseguros al utilizarlas, principalmente por perfiles falsos, robos de identidad y otros actos delictivos.
Por ello es que usuarios han adoptado algunas medidas de seguridad, como siempre tener contacto con perfiles verificados o procurar conversaciones largas antes de tener un encuentro. Si una cita es concretada, las medidas de seguridad más comunes son tener el encuentro en un lugar público, comentarlo con alguien de confianza y enviar ubicación en tiempo real a alguien más.
Una estafa romántica generalmente involucra un caso de identidad fraudulenta o de suplantación de identidad, con el fin de extraer dinero o algo mucho peor. El panorama se vuelve más aterrador especialmente en momentos donde las personas buscan una conexión especial en fechas importantes como San Valentín o el Día del Amor y la Amistad.
Un informe sobre ciberdelincuencia publicado por el FBI en 2021 reveló que las pérdidas por fraudes románticos online se han disparado en los últimos años, alcanzando casi los 956 millones de dólares. Eso lo convierte en el tercer cibercrimen general en términos de pérdidas.
En 2022, el gobierno de México indicó que las denuncias por estos delitos pasaron de 5,675 en 2021 a 9,830. Además, la Fiscalía General de la República (FGR) reportó que Tinder es la aplicación con mayor número de acusaciones por fraude, usurpación de identidad, secuestro express, entre otros.
Según Angélica Arévalo, responsable del área de ventas e ingeniería en Infobip, proveedor de comunicaciones en la nube, la mejor manera de garantizar la tranquilidad de las personas que intentan crear conexiones significativas a través de una aplicación o servicio, es evitar que los estafadores obtengan acceso, de entrada y desde un principio, a este tipo de aplicaciones.
En cualquier app de citas, es posible implementar soluciones tecnológicas para procurar la seguridad de los usuarios. Por ejemplo, se pueden utilizar los datos de los suscriptores de los operadores móviles para verificar y autenticar a los usuarios a través de sus números telefónicos, sin necesidad de que realicen ningún paso adicional.
Por tratarse de un tipo de verificación silenciosa, la Identidad Móvil o Mobile Identity, permite que la aplicación distinga a los usuarios reales de aquellos potencialmente fraudulentos, partiendo de la información arrojada por su número de teléfono móvil, lo que se traduce en una verificación segura que elimina la fricción en el registro y el inicio de sesión del servicio.
Sumado a esto, este particular servicio identifica y previene el fraude ocurrido como producto del intercambio de SIM o SIM swap, evitando que este tipo de circunstancias fraudulentas ocurran. Sin duda, este protocolo representa una revolución en materia de seguridad proporcionando una protección ideal frente a la suplantación de cuentas o perfiles.
Es recomendable que los usuarios verifiquen que en las aplicaciones que se registran, existan ese tipo de filtros para evitar perfiles falsos que vulneren su seguridad, sin olvidarse de mantener cierta distancia y medidas de seguridad como no compartir información importante y confidencial, por ejemplo, datos bancarios o datos oficiales.
Por otro lado…
Un equipo de la Universidad Estatal de Georgia presentó una investigación que expone las tácticas utilizadas por los estafadores para ganarse la confianza de los usuarios y hacerlos vulnerables a la ciberdelincuencia.
Los investigadores recopilaron datos de testimonios en línea en sitios web donde las víctimas comparten historias. Mediante un programa informático de análisis de datos, crearon una base de datos de víctimas de fraudes románticos utilizando los testimonios como base para el análisis.
Los testimonios incluían los de víctimas que habían sido contactadas en redes sociales como Facebook y Twitter, o en sitios de citas como Tinder, Ashley Madison y OkCupid.
Entre la serie de técnicas y formas de engaño que eran las más comunes y de mayor éxito, está el uso de desencadenantes o influencias viscerales y emocionales, la fabricación de una crisis, la explotación de la simpatía y la similitud o la provocación del sentimiento de culpa de la víctima.
También pedir rápidamente a sus víctimas que trasladen la relación fuera de la aplicación a un correo electrónico privado o a un formato de mensajería (como WhatsApp o Google Hangout) para aislarlas. A menudo, los estafadores también presionan a la víctima para que tome decisiones rápidas.
Otras señales de alarma son que los pretendientes en línea se nieguen a mantener conversaciones por teléfono o que no envíen fotografías recientes. Por supuesto, la mayor señal de alarma es que alguien le pida que se desprenda de su dinero.
La investigación también afirma que, dado que los estafadores tienden a utilizar claves lingüísticas muy similares para engañar a las víctimas, los proveedores de servicios en línea podrían desarrollar herramientas de predicción basadas en algoritmos para detectar intentos fraudulentos contra víctimas potenciales que puedan incorporarse a los sitios de citas y redes sociales.
También los sitios de citas y redes sociales pueden aprovechar la información de este tipo de estudios para poner en marcha programas educativos o de concienciación dirigidos a quienes fueron víctimas anteriormente y a quienes pueden ser víctimas potenciales.