“El cártel no funcionaría sin ayuda del Gobierno”: revela testigo en Juicio de García Luna
Ayer ocurrieron dos cosas importantes. La primera: el testigo protegido Israel Ávila reveló en la Corte de Distrito Este de Nueva York que había confesado desde 2016 sobre los sobornos que el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva le entregaban a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública mexicano. La segunda: Harold Mauricio Póveda Ortega, un capo colombiano mejor conocido como “El Conejo”, subió al estrado como el sexto cooperante de las autoridades estadounidenses.
Lo que se esperaba que fuera un cuestionamiento complicado para Israel Ávila por parte de la defensa de Genaro García Luna, en realidad se convirtió en un campo de batalla entre los abogados defensores y los fiscales sobre qué preguntar y qué no, provocando algunas decisiones en privado con el Juez Brian Cogan.
Sin embargo, la asistente del Fiscal Erin Reid guió con sus preguntas a Ávila para revelar que en 2016 había confesado a las autoridades de Estados Unidos sobre los sobornos que el Cártel de Sinaloa pagaba al exsecretario de Seguridad Pública del Gobierno de Felipe Calderón.
Aunque la defensa grito: “¡Objeción!”, la Fiscal Reid había logrado su objetivo y cambió de tema, pero en los registros con que el jurado evaluará la evidencia quedó asentado que no fue en 2020 cuando Ávila habló por primera vez de los pagos millonarios a García Luna, como la defensa pretendió exponer.
Previamente, el abogado defensor Florian Miedel tuvo dificultades para obtener las respuestas directas de Ávila, a quien el Juez Cogan tuvo que señalarle que debía apegarse a las instrucciones de responder con un “sí” o con un “no” y, en caso necesario, señalar cuando no pudiera responder de esa forma.
Ávila iba en esta ocasión vestido con un traje completo de recluso color amarillo para el interrogatorio de la defensa. Este testigo protegido fue contador de los hermanos Mario Pineda Villa, alias “El MP” o “El Gordo Malo”, y Alberto Pineda Villa, alias “El Equis” o “Borrado”, además de haber servido a Arturo Beltrán Leyva.
El abogado Miedel buscó descalificar a Ávila exponiendo los asesinatos y traiciones a gente que había dicho apreciar, incluido Mario Pineda Villa, a quien “puso” para que fuera torturado por Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, quien finalmente pidió a Ávila matarlo.
“Le dieron un arma”, le recordó el abogado. “Sí”, respondió Ávila. El defensor Miedel asestó: “¡Usted le disparó!”.
Miedel buscó que Ávila hablara sobre el secuestro o “levantón” a García Luna, pero el testigo señaló que eso se lo contó su compadre Francisco Camacho, el responsable de coordinar ese secuestro.
“Entendí que habían levantado a su gente, incluyéndolo a él [a García Luna]”, expuso ante la insistencia del defensor.
El defensor también cuestionó a Ávila que decidiera quedarse en Estados Unidos si pudo aceptar una transferencia a México y salir en libertad condicional, pero los fiscales atajaron con objeciones cuando Miedel insistió en el tema.
“¿Por qué está declarando aquí?”, preguntó la fiscal Reid.
“Quería hacer saber sobre la ayuda que el señor [García Luna] le daba al cártel”, dijo Ávila. “El cártel no funcionaría sin la ayuda del Gobierno”.