Estamos llegando al nivel del aburrimiento con el desempeño de la oposición en México y esto incluye a sus medios mercenarios, sus comentócratas maiceados y sus replicantes patéticos en redes sociales.
Durante más de 4 años no han podido hacer algo que realmente nos sorprenda, como presentar una propuesta o argumentar seriamente una crítica constructiva. Todas sus acciones han transcurrido en torno a la especulación vacía, la crítica sin fundamentos, la mentira descarada, el insulto barato y hasta la denuncia formal con fines de propaganda.
Se han llegado a pelear entre ellos para obtener ventajas que los llevan siempre a la derrota y a la exhibición de sus carencias. Han jurado que nunca más se juntarían porque los otros son unos traidores y tres doritos después aparecen juntos en los foros anunciando su nueva alianza indestructible.
Han jurado que ahora sí ahí viene la debacle del país y terminan haciendo un ridículo cada vez más grande que el anterior, pero con una habilidad casi circence, pasan rápidamente a otro tema en el que vuelven a hacer lo mismo sin un ápice de vergüenza, por lo visto son inmunes a ella.
La semana pasada por enésima ocasión, anunciaron su alianza indestructible hacia los procesos electorales de 2023 y 2024, aunque en esta ocasión sí nos sorprendieron poniendo algo de orden en el manejo de las prioridades. Quedó muy claro que los candidatos para los procesos de 2023 los definirá el PRI, que los del proceso de 2024 que incluye la elección presidencial lo definirá el PAN y que el PRD no tiene ninguna relevancia en esa alianza.
Tiene mucho sentido que el PRI sea quien defina los candidatos en los procesos de Coahuila y del Estado de México, entidades donde el PAN prácticamente no existe y del PRD ni hablemos. Sin embargo, va a ser muy interesante ver cómo van a resolver la definición de su candidato común para competir por la presidencia o por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, porque no se espera ver a los aspirantes del PRI agacharse y quedarse calladitos como perros regañados, mientras el PAN escoge al candidato entre una bola de impresentables que nunca han ganado nada, pero que protestan mucho.
Hoy más que el tema de sus candidatos, los ocupan los temas de moda con base en los cuales pueden seguir haciendo sus escándalos de propaganda barata que ya nadie les compra; acaban de pasar el atentado contra Gomez Leyva y el plagio de la tesis de la ministra Espinoza, pero hoy ya son temas agotados. El primero se está resolviendo ya con la detención de los autores materiales y muy pronto sabremos de quién fue la brillante idea. En el segundo ya se definió presidente de la Corte, se dictaminó la existencia del plagio y el presidente, así como el secretario de gobernación, dijeron que es responsabilidad de la UNAM resolver la situación de la ministra.
Siguiendo con los temas importantes de la oposición, después del aterrizaje de Biden en el AIFA y de que el presidente no habla inglés, ahora la moda es el Metro, donde las causas de los incidentes parecen ir indicando que sí existen actos de sabotaje, que serán dictaminados por las investigaciones que realiza la Fiscalía, aunque la oposición grita desde ahora que es falta de mantenimiento, al tiempo que envía a sus grupitos de facinerosas enmascarados a destrozar equipos y mobiliario en las instalaciones del sistema de transporte.
Con todo lo que hemos tenido que soportarles durante los últimos 4 años, ya no nos indigna ni nos divierte su estupidez crónica profunda, sino que su redundancia de contenidos patéticos no hace más que aburrirnos.
Como dijo el escritor estadounidense Paul Fadiman: “Aburrirse en el momento adecuado es signo de inteligencia”.