Llegó la hora de García Luna
Para cualquiera que piense que los momentos dorados de García Luna se dieron en los sexenios de Fox y Calderón, cuando pasó de dirigir la Agencia de Investigación Criminal con el primero, a encabezar la Secretaría de Seguridad Pública con el segundo, está en un error.
El verdadero momento estelar de este sujeto comienza ahora, después de estar 3 años encerrado en una prisión estadounidense, en espera de que se le abra un juicio por narcotráfico y otros delitos, para el que la Fiscalía de Nueva York ha presentado más de un millón de documentos de prueba, cuyo contenido ratificarán una serie de testigos que fueron miembros del crimen organizado en México durante el reinado de este oscuro personaje, además de haber sido sus socios en el negocio del tráfico de estupefacientes hacia aquel país.
De acuerdo con algunos de los documentos de la fiscalía neoyorkina, existen pruebas de que García Luna traficó o ayudó a los cárteles a traficar hacia los Estados Unidos 52 toneladas de cocaína, 5 mientras fue director de la Agencia de Investigación Criminal y otros 47 cuando trabajó con Calderón como socios del cártel de Sinaloa, desde la posición de Secretario de Seguridad Nacional.
Sin embargo el juicio que se le va a seguir en Nueva York solamente es por 2 delitos, 4 cargos por tráfico de cocaína y uno por mentirle a la autoridad estadounidense, es decir, solo por una muy pequeña proporción de los innumerables delitos que cometió este criminal mientras fue parte del gobierno mexicano y que junto con sus sicarios llamaban los 7 jinetes del apocalipsis, trabajando todos finalmente para el líder supremo de la delincuencia organizada, Felipe Calderón.
La absoluta esquizofrenia en la que vive Calderón le aconseja decir que él no sabía nada de lo que pasaba con su secretario de seguridad y los sicarios que lo acompañaban, pero gusta de hacer responsable al presidente López Obrador de todo lo que pasó entonces y de lo que sucede hoy, como si ahora el presidente sí tuviera que estar al tanto de todo, mientras él parece haberse mantenido flotando en un coma etílico constante durante su sexenio.
Por eso entre otras cosas, el juicio de García Luna en Estados Unidos es el momento estelar de este delincuente, donde seguramente saldrá a la luz la complicidad de Calderón en sus acciones, porque resulta inconcebible que el subnormal de Borolas no se haya enterado de nada, después de haber sido advertido por uno de los altos mandos policiacos y por el general Ángeles Dahuahare, a quienes encarceló por haber acusado a García Luna, manteniendo así su pacto criminal con este delincuente.
Esta semana comenzó la selección de los jurados que participarán en el juicio y terminará el 17 de enero, cuando ya todos hayan sido escogidos y se pueda abrir el proceso. García Luna tiene 2 opciones: Una es declararse culpable de los delitos por los que se le acusa, deteniendo así la celebración del juicio, pudiéndose acoger a un programa de testigo colaborador para entregar a otros participantes de la orgía criminal que coordinó Calderón; otra es declararse inocente y llevar el juicio completo para terminar en una condena que puede fluctuar entre 20 años y cadena perpetua, o resultar efectivamente inocente de los cargos.
En esta última posibilidad la justicia mexicana ya lo espera para enjuiciarlo por otros cargos aún más graves, como delincuencia organizada, tráfico de armas en beneficio del cártel de Sinaloa durante el programa Rápido y Furioso, así como otros delitos dignos de cualquier novela dedicada a la mafia, en una de sus expresiones más impactantes por la cantidad y calidad de ilícitos que cometieron, pero principalmente porque lo hicieron desde la cúpula del poder del estado mexicano. De una forma u otra con este tipo se va a hacer justicia de verdad, esperemos que esto también suceda con el capo di tuti capi que ocupó por la fuerza la presidencia de nuestro país, por increíble que esto parezca.
Como dijo el filósofo griego Platón: “La peor forma de injusticia es la justicia simulada”.