Durante una declaración pública, en la celebración del Día del Trabajo y sobre los avances en la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, el presidente López Obrador habló con claridad sobre la sucesión presidencial del 2024.
Este hecho es significativo y pone de manifiesto que el gobierno de la Cuarta Transformación, tiene un proyecto serio que no mira como límite la conclusión del actual sexenio.
A diferencia de los grupos opositores coordinados (o más bien descoordinados) por Claudio X González, donde no hay Plan Nacional, ni personajes que estén construyendo una candidatura sólida y atractiva para el votante, en las filas del partido político Morena, comienzan a moverse con fuerza los perfiles que tienen interés en la candidatura presidencial del Partido.
López Obrador señaló que Morena tiene: “hablando en términos beisboleros, 5 pitchers abridores que trabajan la velocidad, con pura recta rápida. Además se cuenta con otros 10 pitchers de calidad, expertos en cierres de partido. Nosotros (Morena), no solamente vamos a ganar en 2024 la elección presidencial. Se va a ganar por PALIZA”.
López Obrador no había sido tan claro en una declaración a medios de comunicación, sobre su visión respecto a la contienda presidencial del 2024. Es la primera vez que da un discurso de esta naturaleza.
Y la razón es clara.
La gente de Claudio X González, pasa por uno de sus peores momentos políticos. La pérdida de credibilidad en el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, es enorme. Perdieron todo, en su apuesta al voto en contra de la Reforma Eléctrica.
De “Traidores a la Patria” no los baja el ciudadano común.
En esa Reforma estaba contemplado que el 46% del mercado de energía eléctrica, quedaría en manos de empresas privadas. Nacionales y extranjeras.
Al haber votado en contra de la misma, dejaron esa rebanada del pastel en manos de la Comisión Federal de Electricidad, pues la Ley de la Industria Eléctrica que ya es constitucional y que regula esta actividad, no habla en su texto de esa garantía para las empresas privadas.
La Reforma a la Ley Minera, nacionaliza la industria del Litio. No puede entrar capital privado en la explotación y comercialización del metal.
Nada ganó la oposición en la batalla que se dio hace poco. Votaron en contra de cambios que a final de cuentas, se dieron en la práctica, por vías diferentes a la Reforma Eléctrica.
Las consecuencias de ese error histórico, las comenzarán a pagar las fuerzas opositoras, a partir del 5 de junio próximo. Van a perder todas, o casi todas las gubernaturas en disputa. Igual sucederá el año entrante, cuando se den las elecciones en Coahuila y Estado de México.
Este momento en “caída libre” de la oposición, tiene como respuesta por parte del gobierno y de Morena, el inicio de las precampañas “no oficiales” de los personajes que tienen fuertes posibilidades para suceder al presidente López Obrador, en el siguiente gobierno.
Los perfiles de Morena ya habían sido anticipados por el mismo presidente López Obrador, en una conferencia matutina de la semana pasada.
Están ahí Marcelo Ebrard, quien anunció ayer mismo que sí va por la candidatura. Claudia Sheinbaum, que en el pasado señaló que llegado el momento, hablaría sobre el tema, pero que sí hay interés de su parte para alcanzar la presidencia del país. También figura Adán Augusto López, que se mantiene un poco a la expectativa y sin definir abiertamente su intención.
Ellos estarían en la lista de los primeros cinco “abridores” a los que se refiere el presidente. Hay figuras que no han expresado su interés para competir por la candidatura, pero de las que se habla mucho en redes sociales. Rocío Nahle y Tatiana Clouthier serían dos de ellas.
Además, está el coordinador de la fracción de Morena en la Cámara de Senadores, Ricardo Monreal, al que debe considerarse, pese a que él diga lo contrario, como integrante del grupo de los 10 que pueden “cerrar” con fuerza. El senador goza de un rechazo evidente dentro y fuera del partido, por su posición ambivalente respecto a las políticas de gobierno del presidente López Obrador.
Hay un grupo que quisiera ver aparecer como candidato en la lista, a Gerardo Fernández Noroña, diputado del Partido del Trabajo. Y ahí la pregunta sería: ¿a quién va a impulsar el PT rumbo al 2024? ¿A un candidato propio, o se solidarizará, como ha hecho en el pasado, con la figura que represente a Morena?
Porque se ve sumamente difícil que Morena acepte como candidato, a un externo, aunque sea de la misma coalición de partidos. Más si se cuenta con varios perfiles que empatan, e incluso superan, el currículum que presenta Fernández Noroña, que es sin duda alguna, un excelente diputado.
Hay un quiebre político en este momento, en la visión del gobierno y del Partido en el poder. Todos pensaban que el inicio de hostilidades para la contienda presidencial del 2024, sería encabezada por las fuerzas opositoras de Claudio X González, por medio de una gran campaña publicitaria.
Y no es así. La inician el Partido y el gobierno de México, dando el banderazo de salida para la búsqueda del candidato mejor posicionado, entre varios candidatos que reúnen de sobra, los requisitos requeridos para continuar con el proyecto de la Cuarta Transformación.
El presidente López Obrador seguirá en estos dos años y meses que quedan de su mandato, consolidando el cambio ya iniciado y sólidamente afianzado dentro de la sociedad mexicana.
La base, ha sido el despertar de las conciencias. El cambio de mentalidad al que se ha referido el presidente todo el tiempo.
Pero también a las obras emblemáticas que avanzan día con día. El impulso final a los Programas Sociales. La garantía de seguridad médica para todos. El internet en la totalidad del territorio. El fortalecimiento del sector energético, como área de seguridad nacional. La reestructuración de la educación pública, con libros de textos donde se destierre el pensamiento neoliberal, falto de humanismo.
Ese trabajo de gobierno, se enlaza con la sucesión presidencial.
Debemos ver las ofertas políticas de los precandidatos de Morena. Apoyar al de nuestra preferencia, pero con la idea clara de que, cualquiera que consiga la nominación, debe contar con todo el respaldo de la sociedad que ha defendido durante estos tres años y meses, la transformación impulsada por el presidente López Obrador.
Los candidatos ganadores están dentro de Morena.
La derecha tiene únicamente cartuchos quemados. Alejandro Moreno, que será el presidente del PRI más perdedor en su historia. Quadri impresentable. Colosio bebedor habitual. El TikTokero que gobierna Nuevo León, pero que se la pasa viajando. Claudio X González que es bueno vendiendo papel de baño y nada más.
Hace unos días, Joaquín López Dóriga señaló: “muéstrenme un solo personaje opositor, con el que se pueda construir una candidatura sólida. Uno solo. No pueden, porque no lo hay. No hay figuras que puedan competir contra los de Morena”.
Esa declaración podría servir como epitafio en la tumba del PRIANRDMC, dentro de poco.
Los partidos políticos opositores, están llenos.
Pero de corrupción y de basura.
Y el desperdicio de “renombre o abolengo”, ya no engaña a una sociedad que nace a la democracia real.
Malthus Gamba