Por: Rafael redondo
@redondo_rafa
Después de la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), a propósito del cual expertos de verdad en el tema, se opusieron a su construcción desde el principio, como José Luis Luege Tamargo, quien fijó su postura designando a Tizayuca como la mejor opción. El Instituto de Ingeniería de la UNAM, quien dijo, “el aeropuerto de Texcoco, demandaría técnicas particulares para adecuarse a las condiciones del terreno”, y sugirió, que Zapotlán, Hidalgo (zona de Tizayuca), era la mejor opción. La Facultad de Arquitectura de la UNAM, en su conferencia “El aeropuerto a revisión”, advirtió sobre los daños ecológicos y sociodemográficos de la obra, calificándolos de irreparables. Dora Carreón Freyre, del Centro de Geociencias de la UNAM, en 2018, dictaminó que el terreno de esa construcción ya se estaba hundiendo, y dijo, “la naturaleza lacustre del subsuelo no es apta para sostener un proyecto de esa magnitud”.
Aaron Jackzcilevich Diamant, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera y, Christina Siebe y Elizabeth Chávez del Instituto de Geología de la UNAM, determinaron que existían daños en la salud de los habitantes de Texcoco. Recordemos que el Bordo Poniente, se utiliza para reunir en una planta de composta, los desechos orgánicos de la Ciudad de México, y era necesario, localizar zonas de distribución alternas. El ex Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriu, en su libro El Pecado Original de AMLO, ofrece información técnica, financiera y social, muy puntual, y califica la decisión de la cancelación del aeropuerto, como un acierto y un beneficio, pues, ni siquiera se sabía si se iba a terminar algún día, debido a los exorbitantes costos, sobre todo de su mantenimiento.
La oposición, claro, descalificó la obra, con su clasicismo más repudiable, pero ningún argumento inteligible. Como Lilly Téllez que se quiere ir a Canadá, sólo le falta hablar, Inglés y Francés, o Azucena Uresti, a quien le asustan las tlayudas, que no eran tlayudas (platillo tradicional de Oaxaca).
Curiosamente, como tampoco les funcionó el ataque barato al AIFA, aparecen ahora, los “artistas”, a quejarse por el Tren Maya (tal pareciera que, si no es Chana, es Juana).
Y aquí, viene la peor caricatura en la que han participado estos “genios y glorias del arte nacional”. Tan genios, que ni siquiera pudieron esperarse una semanita, para sacar su petición. Mal timing. Hace dudar acerca de, ¿cómo se les ocurrió?, ¿por qué justo después de la inauguración del AIFA, salen a quejarse por el Tren Maya?, ¿habría cheque de por medio puesto que varios, han visto frustrados sus deseos de emular a Salma Hayek?
Con el #Selvamedeltren, y excusándose con el Día Internacional del Agua, personas (no personalidades), como Kate del Castillo, sí, la amiga del Chapo ahora es ecologista. Omar Chaparro, gloria del mejor cine mexicano, Paola Núñez (¿quién es?), Ana Claudia talancón, Ofelia Medina, sí, quien tanto se ha manifestado en favor de los indígenas; aunque, pareciera que ella prefiere que esos indígenas sigan manteniéndose como, los hermanos con capacidades diferentes, plantas de ornato, atractivo turístico y artículo “chistosito” del folklore mexicano, en lugar de asumir que son culturas vivas, personas que necesitan una inyección de capital a sus regiones del sureste, para que los indígenas puedan desarrollarse dentro de comunidades autosustentables (oportunidad que el Tren Maya, sí les está ofreciendo); pero, sobre todo, para que las comunidades indígenas, no necesiten de actores, quienes fingiendo defenderlos, busquen solamente, su propio protagonismo.
Dice Natalia Lafourcade, que se han talado miles de árboles y podrían ser millones. Por fin, ¿cómo pasamos de miles a millones?
Arturo Islas, que no tengo la menor idea de quién es, junto con Barbara Mori, afirman, que se va a destruir el sistema de ríos subterráneos (claro, sin una sola evidencia técnica. Como recomendación, en lugar de videos melodramáticos, tipo telenovela de los años 60, les vendría bien un poco de creatividad para mostrar al menos una imagen o un documento, avalado por alguna institución con credibilidad, como la UNAM, por ejemplo). ¿Qué pasó con esa creatividad?, ¿no que muy artistas?
Dicen, le estamos quitando su casa a miles (otra vez miles, pero no dicen cuáles) de especies nativas. Mi querida Natalia Lafourcade, no se llaman nativas, se llaman endémicas.
Dicen, que ellos necesitan de sus cenotes. Gente como Eugenio Derbez y su parentela, que ni viven en México, ahora se les ocurrió defender a “sus” cenotes.
Rubén Albarrán, de Café Tacuba, invita al Presidente a visitar la zona; ¿en serio creen que el Presidente no conoce la zona, si él conoce el país mejor que cualquiera de nosotros? Dice, que escuchemos a los expertos, pero no dicen cuáles, quiénes, dónde están. ¿Ellos, los de los videos, son los expertos?
Dicen, querer frenar el daño a la Península de Yucatán; pero, se les olvida que muchos personajes de su gremio, (no del arte, porque artistas, los wixáricas, artistas, Sor Juana Inés de la Cruz y Rulfo, artistas, son todos aquellos que defienden su obra sin esperar que el Estado los financie. Ustedes, son personas de la televisión), se han dedicado a hacer dinero, construyendo hoteles en Tulum y toda la Riviera Maya; de eso, tampoco se han dado cuenta.
El timing de la aparición de este vídeo, generó en mí, y en muchos, una buena dosis de suspicacia: ¿justo después de la inauguración del aeropuerto?, ¿hasta 2022 se enteraron del plan de construcción del Tren Maya, cuando la ficha técnica es pública desde septiembre de 2019?, ¿en 2020 y en 2021, no hubo Día Internacional del Agua?
El gremio de estos personajes, debe tener claros cuatro puntos importantes, antes de hacer este tipo de shows: es vital primero, encontrar un buen timing. Segundo, ser creativo y, sobre todo, tres, mostrar evidencia técnica, avalada por instituciones con credibilidad y estatura en los temas; pero, lo más importante, cuatro, olvidarse del tono melodramático y caras de flan, (temblorosos y húmedos), que resultan muy ridículas.