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#PandoraPapers No sólo en México se cuecen habas…
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#PandoraPapers No sólo en México se cuecen habas…

No sólo en México se cuecen habas. Y aunque mal de muchos, remedio de tarugos, como decía mi abuela, hoy, sólo es la friolera del mundo la que está entre azorada y asqueada con toda la información que ha sido publicada por este colectivo de 600 periodistas en 117 países, denominado Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) que revisaron los archivos de 14 fuentes distintas y después de varios meses, dieron a conocer una lista casi infinita de personajes de todos los ámbitos y, al parecer, de casi todos los países. Imagínense, son 12 millones de documentos, entre archivos de video, imágenes, mails, hojas de cálculo, documentos en sí mismos, audios y presentaciones, entre otros.

Resulta que miles de millones de dólares, euros y otras divisas llegaron a los denominados paraísos fiscales, por medio de instrumentos financieros bien esquematizados y que no necesariamente se idearon en las leyes para evadir impuestos, como mañosamente lo han logrado. Las empresas offshore que hoy es el término que todos debemos entender, no son por antonomasia, empresas cuyo único objetivo es evadir impuestos, pero sí que se han pervertido al grado en que no podemos imaginar un esquema mejor adaptado para estas actividades fuera de la ley. Primero, vamos a empezar por saber qué son las offshore.

Las empresas offshore son entidades que, en realidad pueden operar sin empleados ni activos pero que administran bienes de quienes las alquilan con este propósito. Las sociedades offshore, por otra parte, son un conglomerado de empresas que se registran en países donde no existe actividad económica y podemos imaginar que, por ello, es que se les llama “paraísos fiscales”, porque son destinos que únicamente reciben dinero y el pago por la tenencia y manejo en sus bancos. Son negocitos de ganar-ganar. Para que estas actividades funcionen, requieren de operadores, que son quienes manejan las cuentas en las empresas offshore, brokers, que les llaman; también hay grupos de sociedades que se administran a nombre de los propietarios, por medio de directores nominee, a sugerencia de las propias offshore. Por último, se denomina paraíso fiscal a los países cuyo sistema fiscal-financiero es muy flexible; que no maneja altas tasas de impuestos o que pueden no existir por completo, y que, además, le abren el espacio a los ciudadanos de cualquier país, para que “inviertan” su dinero, sin que sea parte de los requisitos, demostrar el origen lícito de esas fortunas.

Aquí es donde la cosa se pone sabrosa. Hubo un tiempo en que México se parecía bastante a un paraíso fiscal porque venía cualquiera con billetes, creaba empresas, guardaba su dinero en nuestro sistema bancario y el propio gobierno le permitía evadir, perdón, exentar sus impuestos de manera totalmente legal, y así, las trasnacionales, sacaban dinerito limpio a sus países de origen. Pero para nuestro bien, esto ya no es así y quienes amenazaron con sacar su lana de nuestro país porque ya no se les permitiría evadir el pago de impuestos ni se les permitiría presentar facturas falsas y mucho menos se les regresarían impuestos por las supuestas donaciones de caridad u otros trucos legaloides, se quedaron con sus amenazas de abandono, porque a fin de cuentas, y con todo y que las reglas fiscales hoy se hacen cumplir, México sigue siendo un país con un nivel de gravamen relativamente bajo y benéfico para los empresarios o inversionistas.

Y resulta que estos “papers” que a lo largo de los últimos años se han ido publicando, han permitido darnos cuenta de que las élites mundiales han aprovechado todos los instrumentos legales o fiscales existentes, para darles la vuelta y operarlos a su entero favor, pero con dinero del pueblo: ¿cómo está la cosa? Desde que wiki leaks saltó a la opinión pública, estos trabajos han sido cada vez más exhaustivos y frecuentes, pero en cada uno se da cuenta de que hace décadas que los tramposos le ven la cara de what al fisco de sus patrias.

Antes fueron los Panama papers, luego los Paradise papers, hoy, son los de Pandora. ¿qué son? Es el grupo de investigaciones, como decíamos al inicio, en que se publica la forma en que miles de “inversionistas” tienen una lanita en otros países. En este caso, son 117 países en donde se permitió que llegaran todo tipo de inversiones, por ejemplo:

  • De los Legionarios de Cristo, tan solo en 2010, se invirtieron 25mil millones de euros, en 2010, triangulados en empresas de Nueva Zelanda, la banca suiza. Las máscaras con que se movía el dinero eran las escuelas de los legionarios; fundaciones, donaciones, trusts (o fideicomisos), las universidades Anáhuac y el Instituto Cumbres, entre otras.
  • El rey emérito Juan Carlos I de España y su amiga cariñosa Corinna Larsen, con un fideicomiso llamado Peregrine que beneficiaría con el 30 por ciento del fondo hispano-saudí, en que ella dispuso que el rey obtuviera, al menos, una parte del mucho dinero que tenía de manera poco -o nada- clara. El fideicomiso también tenía operación en Nueva Zelanda
  • El dueño del mayor canal de televisión rusa, Konstantin Ernst, quien invirtió en las Islas Vírgenes Británicas, una enorme cantidad de euros bajo el rubro de organización de las ceremonias de apertura y cierre de los juegos olímpicos de Sochi, aunque él señala, aunque nunca malversaría un centavo porque así no lo educaron sus papás (ajá, muy modoso, pero con chorros de dinero que no se destinaron a lo que estaba destinado).
  • Hay expresidentes, como el de Paraguay, Horacio Cartes quien creó tres empresas de papel en Panamá y que es blanco de investigaciones por presunto lavado de dinero; Mauricio Macri, por intermedio de su consejero Durán Barba, y de mano del inversor de éste, Santiago Nieto Montoya, con quienes hicieron negocios en las ya infames Islas Vírgenes y Suiza, relacionados con la minería de cobre en Las Vegas; de Colombia, César Gaviria y Andrés Pastrana, los panameños Ricardo Martinelli, Juan Carlos Varela y Ernesto Pérez Balladares, el peruano Pedro Pablo Kuczynski, el hondureño Porfirio Lobo, los salvadoreños Alfredo Cristiani y Francisco Flores, el exprimer ministro haitiano Laurent Salvador Lamothe, además del chileno Sebastián Piñera Echenique, el ecuatoriano Guillermo Lasso Mendoza y el dominicano Luis Abinader Corona y Paulo Guedes de Brasil.
  • De personajes europeos, están Tony Blair y su esposa; Dominique Strauss- Kahn, exministro francés y exdirector del Fondo Monetario Internacional, Andrej Babis, primer ministro de la República Checa, Wopke Hoekstra, ministro de finanzas de Holanda; Volodimir Zelenski, actual presidente de Ucrania. De Asia, Abdala II de Cisjordania, Jho Low de Malasia.
  • Y sin querer hacer emulación a los programas de chismes de los artistas, tenemos también representantes del espectáculo, como Shakira, Ringo Starr, Elton John, Julio Iglesias, Miguel Bosé, Claudia Schiffer, Mario Vargas Llosa, Luis Miguel, Chayanne, Alejandra Guzmán o el escritor Nóbel de Literatura: mario Vargas Llosa
  • Del mundo deportivo hay muchos futbolistas: Pep Guardiola, Ángel Di María, Carlo Ancelotti, Javier Mascheranno.

México tiene su propio grupo de élite entre los políticos, y prácticamente imaginamos que, desde este momento, lo que salga a relucir de los testimonios de Juan Collado y Emilio Lozoya, sólo cerrará con un lindo moño lo que todos sabemos: han saqueado a México bien y bonito. Tan solo de entre los funcionarios del sexenio de Peña Nieto, están:

  • Juan Armando Hinojosa Cantú (el de la casa blanca y el club de golf de Videgaray y Osorio Chong) y Ricardo Pierdant Grunstein; contratistas vinculados al PRI,
  • Carlos Peralta Quintero, y otros integrantes del Grupo Atlacomulco, como Alfredo del Mazo, actual gobernador del Estado de México, y los hijos del exgobernador Arturo Montiel Rojas.
  • Enrique Martínez y Martínez, titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa)–,
  • el hijo del exprocurador Jesús Murillo Karam,
  • dos hermanos de Alberto Bazbaz Sacal, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen).
  • del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Jesús Sesma Suárez.
  • El propio Juan Ramón Collado Mocelo, quién por medio de esas empresas de papel envió más de 120 millones de dólares a sus cuentas escondidas en la Banca Privada d’Andorra (BPA), por medio de casas de cambio en México ligadas al banquero Carlos Djemal Nehmad, encarcelado en Estados Unidos por fraude. Dineros que, según se sospecha, eran con referencia a los expresidentes Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari.
  • Y qué decir del receptor estrella de los sobornos de Odebrecht: Emilio Lozoya, quien también tiene congelados sus fondos en estos esquemas.

En fin, que las Islas Vírgenes Británicas, por ejemplo, son de estos paraísos, y paradójicamente, por el lugar donde están, y porque por su esquema financiero, “casi no tienen impuestos: no tienen un impuesto sobre la renta que sea efectivo, ni impuestos a las ganancias de capitales, ni impuestos a las herencias, ni impuestos a los regalos, ni a las compras de bienes suntuosos, ni impuestos a las ventas o al valor agregado”. O sea, impuestos de nada o por nada. Y también permiten la creación de empresas de papel, que mantiene a los reales dueños, ocultos del ojo público. Curiosamente, a pesar de ser un grupo de pequeñas islas, con muy poca población, tienen un ingreso anual mayor al de Alemania, Francia o Canadá. Aquí se alojaron varias de las inversiones de Mossak Fonseca, ¿se acuerdan de que fue la empresa estrella de los Panama Papers?, pues ellos y hasta hicieron su aparición en Netflix. Está buena, véanla.

Bueno y a todo esto, ¿qué? Recordemos que una investigación periodística por sí misma, no es ni una denuncia ni pruebas vinculantes para que se ejecute la justicia en contra de quienes hoy están bajo la lupa mundial. En México, de acuerdo con lo señalado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, se realizarán las investigaciones pertinentes para que quienes se denominan personas políticas de interés, sin importar a qué grupo político pertenezcan y cuyas participaciones sean relevantes por tratarse de operaciones con la finalidad de ocultar y transferir dinero por motivos de lavado o evasión fiscal.

¿Qué pasará en otros países? Probablemente, ante estas repetidas exhibiciones de corrupción descarada, estarán pensando que es necesario homologar las leyes bancarias y sobre todo, las fiscales, tal como se ha hecho en muchas otras leyes, para que se atienda a un mínimo de seguridad y que en todos se tenga un paquete de requisitos que exija, como mínimo, la demostración de que las empresas no son de papel; que las transferencias son lícitas y que los impuestos equivalgan a las cargas impositivas a las de los países de origen, como para desincentivar que estos brotes de miles de empresas que, de la noche a la mañana, tienen cero socios y millones de (pongan aquí la divisa) para establecerse en esquemas offshore en paraísos fiscales que lastimen al erario de cada hacienda.

Nadie está peleado con los ricos; no es que envidiemos sus riquezas y deseemos que todos sean pobres. No. Pero lo que es justo es que si a los más pobres, a los que literalmente comen de su sueldo, se les cobra un gran porcentaje de este en impuestos, a los que obtienen millones por el trabajo de sus miles de empleados, se les obligue a pagar en proporción. O sea, dependiendo el sapo, la pedrada.

Hoy volvemos a ver la punta de un nuevo iceberg del que deseamos que haya consecuencias legales y económicas justas, y no solo conformarnos con que hay una nueva lista de documentos con nombres de prominentes evasores y lavadores de dinero que nos llena de indignación y de impotencia.

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