LA CUERDA FLOJA
León Fernando Alvarado
@feralva61
Algo no anda en la derecha. Es casi increíble que sus múltiples y diversas estrategias para desacreditar al gobierno y las acciones de la 4T terminen en verdaderos descalabros para sus intenciones, cuando no en espectáculo bufo que sólo provoca lástima.
Una conjetura explicativa sobre sus pifias: la derecha no actúa con sinceridad ni apego a la verdad porque sencillamente no la conoce. De esta manera, ante un escenario inédito para ella, el de la transparencia y la objetividad, sólo responde con desaciertos y se acoge al insulto, la descalificación y la mentira.
Se acomodan muy a gusto en el arreglo bajo cuerda, en lo oscurito para no perder la imagen de gente decente, como lo hicieron con Salinas y sus “concertacesiones” que les beneficiaron con algunas gubernaturas, pero pierden la brújula cuando se les ofrece un diálogo franco pero sin concesiones, como lo hace la 4T.
Utiliza trucos de mago de fiestas infantiles venido a menos cuando publica desplegados con firmas de intelectuales a sus órdenes que, en el mejor de los casos, no alcanzan a interpretar fielmente la realidad. El entendimiento se les nubla cuando les cierran la llave del presupuesto. ¿O de dónde deducen, con qué argumentos válidos, que en el país existe un ambiente de censura próximo a la dictadura cuando todo lo que se terminó fue el fideicomiso con el que engordaban sus sueños? Sueños en los que algunos creyeron incluso que eran cineastas distinguidos.
La derecha falta a la verdad cuando pretende que se le crea que hay un peligro político de tan enorme calibre que hay que abandonar la ideología –si es que la hubiere- para sumar sus menguadas fuerzas y enfrentarse así a la 4T. Detrás de esa asociación contra natura de PAN, PRI y los escasos badulaques que aún medran con las siglas del PRD sólo hay nostalgia por la pérdida de los privilegios que les permitieron darse vida de pachás otomanos gracias a las maletas rebosantes de billetes. Y todavía tienen la impudicia de decir “yo no fui”.
La derecha ahoga el innegable talento de los periodistas a sueldo de Mexicanos a Favor de la Corrupción y la Impunidad (MFCI) -algunos de ellos, Premio Nacional de Periodismo- y no los estimula a desenredar la maraña tejida por la hábil Penélope que responde al nombre de Rosario R., hurtándonos a los lectores investigaciones –como ellos saben hacerlas- sobre las más de veinte universidades implicadas en la “estafa maestra”.
Mentira las raquíticas caravanas de Frenaa y mentira las publicaciones de Reforma y El Universal; mentira las caritas preocupadas de los diputados panistas exigiendo seguro de desempleo cuando antes votaron contra los programas sociales; mentira en las instituciones académicas que presumen de prestigiosas y libres en sus juicios, pero están uncidas al “pensamiento único” y de las que no se conoce “pensamiento crítico” sobre la desbordada corrupción de los sexenios neoliberales. Mentira las arengas democráticas del INE.
Así, cada una de las “luchas” (de algún modo hay que denominar a sus yerros) de la derecha lo único que revelan es mezquindad y ansia de poder para continuar desvalijando el patrimonio público.
Es muy probable que continúen así durante mucho tiempo, porque lo único que conocen es la política en las catacumbas del poder, las extrañas prácticas de los conjurados de El Yunque, gente que enmascara con religión su desvergonzada ambición de dinero. Fascistas que lucen un pin de demócratas en el que no creen. Ecologistas que cobran sueldo por defender al jaguar. Ambientalistas que extrañan los parques eólicos soplando billetes en dirección de sus morrales.
Callar. Ocultar. Mentir. Simular. Disimular. Enmudecer cuando sea conveniente. Aunque en sus clubes deportivos, en sus reuniones sociales, sepan que aquél es “huachicolero”, que éste es agiotista o que el de más allá se cuajó consiguiendo que su préstamo bancario engordara la panza del Fobaproa, ninguno levanta la voz porque de seguro también tiene cola que le pisen. Y, además, perro no come perro.
Acostumbrados los miembros de la derecha a la hipocresía de la comunión dominical en misa de doce al tiempo que explotan a sus trabajadores, a la prédica en público de la decencia mientras en privado se embolsan todo lo que pueden, les va a resultar difícil que tomen conciencia de su situación. Y repetirán sus errores una y otra vez. Llevan inscrita la mentira en su genética. No saben, no pueden ser de otra forma.
León Fernando Alvarado. Docente, narrador y periodista. Tiene publicados una novela y un libro de cuentos, además de narraciones y columnas periodísticas en diversos diarios y revistas. Premio Nacional de Cuento León 1987 (Jurado: José Agustín, Armando Ramírez y Rafael Ramírez Heredia). Premio Estatal de Periodismo Guanajuato 2012, categoría Reportaje.