Con la muy desafortunada participación del INE y del Tribunal Electoral en la cancelación de las candidaturas de Morena para gobernadores en los Estados de Michoacán y Guerrero, el ambiente político electoral se calentó las últimas dos semanas en México.
Hay que recordar que el INE tomó la decisión de cancelar estas candidaturas, basándose en la omisión de los candidatos a presentar un reporte de gastos de precampaña, la cual por cierto no tuvo lugar porque los candidatos se eligieron por medio de encuestas y no de precampañas, que sumaban 12 mil pesos en un caso y 19 mil en el otro.
El Tribunal recibió la queja de los candidatos, dictaminó que la decisión de INE había sido excesiva y devolvió el asunto al INE para que la corrigiera. El INE no sólo no la corrigió, sino que la ratificó. Una semana después de haber dictaminado que la decisión había sido excesiva, el asunto regresó al Tribunal, éste cambió sorpresivamente de opinión y dictaminó que esta vez la decisión era correcta y también ratificó la cancelación de las candidaturas.
Las actuaciones facciosas y excesivas de estos 2 órganos electorales, en medio de un proceso completamente incongruente con la lógica, por decir lo menos, detonó una reacción contraria a la que ellos y la oposición moralmente derrotada esperaban o pretendían con estas maniobras.
En ambos Estados la preferencia electoral a favor del partido Morena se disparó, superando el 50%. Al nombrarse nuevos candidatos por este partido a esas gubernaturas como ya se hizo, los candidatos ya se encuentran muy por encima de sus contrincantes en intención de voto a su favor, incluso sin haber siquiera comenzado a hacer campaña.
Solamente en las encuestas presentadas el sábado para elegir candidata a gobernador de Guerrero, Evelyn Salgado, hija del candidato despojado por los órganos electorales, obtuvo una intención de voto de 62% a su favor. Difícilmente esto era antes así de que el INE y el Tribunal electoral hicieran sus porquerías para perjudicar la elección.
Estos datos nos revelan una realidad política que ni la oposición moralmente derrotada, ni los órganos electorales que trabajan para favorecerla, ni los oligarcas que en el pasado los pusieron en el poder, pueden percibir, porque siempre estuvieron convencidos de que los cargos públicos de elección popular se conseguían con influencias, con dinero o con fraudes y no con el voto de los ciudadanos.
Ellos siguen viviendo en esa lógica que ya no refleja la realidad y que ha sido rebasada por la consciencia colectiva de la población. No pueden entender que la gente está harta de que no le permitan expresar su voluntad política libremente, de que le impongan candidatos, decisiones y funcionarios corruptos. Que además está consciente de que el voto sí vale y dispuesta a utilizarlo para dejar de vivir en un país controlado por los saqueadores y sus cómplices.
Como no perciben la nueva realidad vigente, siguen actuando como si esta no existiera y sus acciones les dan resultados contrarios a los que persiguen con ellas. En la realidad actual, sin quererlo, el INE y el Tribunal trabajaron a favor de Morena y de cualquiera de los candidatos que se decida nombrar para sustituir los 40 a quienes les han cancelado las candidaturas por decisión cupular.
Paradójicamente para la lógica de todos estos corruptos, los órganos electorales están reforzando sustancialmente la preferencia electoral a favor de Morena, donde en algunos Estados, hoy no necesitan hacer grandes esfuerzos para ganar las gubernaturas y los congresos. Su confusión los ha colocado en el peor de los escenarios para sus intereses. Están programados para autodestruirse.
Como dijo el escritor checo Franz Kafka: “De tal manera nos desviamos, que la confusión nos impide saber qué nos estamos desviando”.