#MeTooMúsicos y Armando Vega: Una nueva herida en la sociedad mexicana
En los medios de comunicación (y hoy en las redes sociales), hay dos tipos de noticias; por un lado, están los acontecimientos de la vida diaria. Son esas actividades cotidianas, que, por su naturaleza, son percibidas por la sociedad, como sucesos entendibles, aceptables y con los que se puede o no estar de acuerdo, pero que, a fin de cuentas, se aceptan como parte de la vida normal del país.
Por otro lado, están las noticias que rebasan esa frontera. No son acontecimientos que respondan a una lógica social aceptable. Rompen con los equilibrios emocionales y de juicio conocidos y por lo mismo, resulta difícil entenderlos y clasificarlos correctamente.
En México, todos estamos de acuerdo en que la violencia contra las mujeres debe parar. Eso es algo que apoyan tanto hombres, como mujeres. No podemos seguir viviendo con tranquilidad dentro de una sociedad donde el feminicidio, la desaparición y la muerte, son el pan de cada día y se ven como algo natural y cotidiano. Hemos llegado a un punto, donde la vida de una mujer, carece de valor para ciertos sectores sociales y también para autoridades encargadas de procurar justicia.
Es por esto que todas las luchas emprendidas por hombres y mujeres para recuperar frenar este tipo de violencia, son dignas de respeto y merecen el apoyo total de nuestra sociedad. La denuncia contra quienes han dañado de cualquier forma a alguna mujer, debe ser exhibida públicamente y ratificada ante la autoridad que corresponda.
Sin embargo, este reclamo de justicia, permite que, en algunos casos, se llegue a extremos que no resuelven el problema, sino por el contrario, enconan más la situación difícil que ya se vive.
La lucha de los grupos feministas ha sido constante y han avanzado paso a paso, para visibilizar la violencia de que hemos hablado. Es una lucha auténtica y muy respetable. Las denuncias que han presentado contra agresores comprobados, cuentan con todo el respaldo ciudadano.
Pero hay acciones que, al no estar bien estructuradas, provocan más daño que beneficio. Y eso es lo que está pasando con la acusación a Armando Vega Gil por acoso sexual y el posterior suicidio de este artista.
Independientemente de si verdaderamente existió el acoso a una joven de 13 años, de si se tenían pruebas al respecto y de si el suicidio del artista respondió o no, a un desesperado intento de salir por cualquier puerta, considerando que él, hasta el final, sostuvo ser inocente, queda clara una cosa: este acontecimiento movió con fuerza a la sociedad mexicana y el bloque sólido que se veía en defensa de la mujer, se ve afectado por la manera en que se está debatiendo el problema; al menos en redes sociales.
Para poco sirvieron las acusaciones contra escritores, actores, productores y músicos, por lo que se puede apreciar. Hay una pequeña grieta, donde muchas opiniones, que antes no se daban, argumentan hoy, a consecuencia del suicidio de Armando Vega Gil, que varias de esas acusaciones carecen de sustento y por lo mismo, agreden injustificadamente a posibles inocentes. Lo grave es que esas voces, en la mayoría de los casos, no son de hombres, sino de mujeres (basta entrar a redes sociales y comprobarlo).
Algo se procesó mal en el colectivo #MeTooMúsicos. Se dio un paso en falso que afecta mucho a la legítima lucha de la sociedad (mujeres y hombres) por desterrar la violencia que padecen actualmente las mujeres. Hoy se desató un enfrentamiento abierto entre dos posiciones que buscan en el fondo el mismo resultado, pero con mecanismos y acciones diferentes. Unas dando pasos rápidos, sin fijarse mucho en el camino, para obtener resultados en el corto plazo. Otras, caminando fuerte, pero con cuidado en la exigencia de sus derechos feministas, luchando a diario, pero sin pasar por encima de posibles inocentes.
El suicidio de Armando Vega Gil, puede ser un parteaguas, en lo que respecta al camino que siga la lucha feminista en nuestro país. Es evidente que esa guerra se va a ganar. Las preguntas son: ¿Con qué armas? y ¿Siguiendo qué ruta?
Hoy se vio que el camino se puso un poco más difícil en esta valiente y legítima lucha.
Malthus Gamba
@MalthusGamba