¿EL ADULTO MAYOR POBRE, ES GÜEY?
Cuando uno piensa que la incapacidad, la incompetencia, el desconocimiento político que atestiguamos a diario en la campaña de Xóchitl Gálvez ya tocó fondo, aparece un nuevo episodio que demuestra que la única capacidad que le hemos descubierto a la candidata opositora, es la de hacer el ridículo de manera permanente.
Olvidemos el pasado reciente, donde todos recordamos a una Xóchitl Gálvez disfrazada de dinosaurio, o encadenada a una curul en el viejo edificio del Senado. Pasemos por alto las escenas donde Xóchitl aparece en el piso, al lado de Gustavo Madero a mitad de la calle, o en compañía del mismo Madero y del senador extremista Álvarez Icaza, acostada en el salón principal de la Cámara de Senadores, en medio de estos dos personajes.
Si nos concretamos a su campaña, podemos decir que la misma, tiene como base el engaño y la mentira. A Xóchitl la desmiente la misma gente que ha estado cerca de ella y conoce por tanto su historia personal.
Jamás vendió gelatinas para ayudar en su casa. No sabemos si en verdad su señor padre fue un ejemplo para ella, como ha dicho muchas veces, o un alcohólico golpeador al que la familia le tenía miedo. Ambas historias las cuenta Xóchitl de manera alterna, según siente que le puede servir una u otra, ante determinado auditorio.
Xóchitl tiene carrera trunca, según ella misma ha confesado. Fue mentira lo de su titulación en la carrera de ingeniería. Se dice candidata independiente, mientras recibe el respaldo político y económico del PRIANRD.
Unas veces es socia en las empresas familiares y en otras ocasiones, cuando conviene ocultar esa participación empresarial, nos dice que las empresas pertenecen a su esposo.
Asegura no tener contratos con el INAI y a los pocos días es el mismo INAI quien da a conocer los documentos que comprueban que los contratos existen y son millonarios. Dice no beber alcohol y la vemos convivir con amigos y familiares, con cervezas a su lado y otras a medio consumir. Son imágenes que comparte ella misma.
Lo más lamentable en la campaña de Xóchitl y lo que más daño le hace en este momento, es querer presentar a la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, como una persona que miente.
Claudia tiene una trayectoria de años, al lado del presidente López Obrador. Dentro del Movimiento de Cambio, es conocida y respetada por todos. No tiene puntos vulnerables en su vida personal y política. Por lo mismo, resulta difícil acusarla de algo turbio, porque su vida pública y privada, carece de las manchas que se aprecian en la persona de Xóchitl Gálvez.
Los dardos que lanzó Xóchitl en el reciente debate entre candidatos a la presidencia, atinaron al blanco, pero no hicieron daño alguno en la campaña de Claudia. Nadie se tragó las mentiras de las cuentas bancarias de Claudia en “paraísos fiscales”, ni tampoco la de que su familia esté involucrada en acciones de lavado de dinero, tal y como afirma Xóchitl. Por esa razón Claudia gana el debate y Xóchitl pierde la última oportunidad seria, para subir unos escalones en las siguientes encuestas.
El debate fue un rotundo fracaso para la candidata opositora. Habló de “preguntar su opinión a los muertos”. Puso la bandera nacional de cabeza. Mostró una cara de disgusto durante buena parte del debate. Se perdió entre tanto papel inútil que llevaba.
Después del debate, hasta el periodismo vendido que la apoya, tuvo que reconocer a Claudia Sheinbaum, como la ganadora indiscutible del encuentro.
León Krauze, Loret de Mola, Jesús Silva Herzog, Denise Dresser, Leopoldo Gómez, Carlos Alazraki y otros más, dieron como ganadora a Claudia y señalaron cada falla cometida por Xóchitl Gálvez.
¿Qué hace Xóchitl hoy, para intentar detener su caída vertiginosa en las encuestas y el predecible golpe final a su campaña?
Mentir. Mentir a diario y haciéndolo de la peor manera posible.
Xóchitl quiere enganchar a Claudia Sheinbaum, en el asunto de los Panamá Papers, por una cuenta que tuvo en el extranjero su fallecida abuela, hace muchos años.
El importe de la misma ya fue repartido entre sus herederos y ninguno es millonario a la fecha. Se trataba de un ahorro pequeño. Pero la apuesta de Xóchitl es convertir este viejo incidente, en escándalo de actualidad.
Y como no ha conseguido alcanzar su meta, hoy exhibe la falta de riqueza de Claudia Sheinbaum, al no tener una casa propia, como sí la tiene Xóchitl, vía Cártel Inmobiliario.
Nada más que comete un error sumamente grave en ese ataque y hunde con eso aún más su desastrosa campaña.
En un video, Xóchitl dice a un público reunido para apoyarla, que “UNA PERSONA QUE A LOS SESENTA AÑOS NO HA LOGRADO HACERSE DE UN PATRIMONIO, ES EN REALIDAD MUY GÜEY”
Quiere atacar a Claudia Sheinbaum, que tiene más de 60 años y vive en un departamento rentado, porque no le interesa hacerse de propiedades. Pero al mismo tiempo, insulta a toda la gente mayor que no tiene casa propia y vive al día.
La respuesta en redes sociales, ha sido bastante dura.
Por una parte y diga lo que diga en sentido contrario, Xóchitl Gálvez sí quiere quitar los Programas Sociales. Incluido entre ellos el de la Pensión a Personas de la Tercera Edad. Y por otro lado, insulta a la mayor parte de los adultos mayores que viven en el país, porque no tienen una propiedad a su nombre, a pesar de haber trabajado toda su vida en forma intensa.
La tumba política de Xóchitl Gálvez, alcanza una profundidad escandalosa en el momento actual. Y aún faltan poco más de cincuenta días para la fecha de la elección.
Xóchitl no representa peligro alguno para Claudia Sheinbaum. En realidad, es un peligro para ella misma. Cada que abre la boca o asiste a un evento, dice lo menos recomendable para un político en campaña, o deja un chicle pegado en alguna parte.
No hay duda. La peor candidata o candidato conservador visto hasta el día de hoy, se llama Xóchitl Gálvez.
Y eso beneficia al Movimiento de Transformación, que con seguridad logrará la presidencia y la mayoría calificada en el Congreso de la Unión.
Gracias por ser como eres, Xóchitl.
Malthus Gamba