4T – Relevo generacional
La directora de Conacyt reveló que durante el neoliberalismo se fugaron un millón 400 mil cerebros de México, muchos de los cuales habían sido preparados por esa institución a través de becas pagadas con los impuestos de todos. Este es un ejemplo del desastre neoliberal que nunca creo oportunidades de trabajo en México para gente que se preparó especialmente, ni tampoco para el resto de la población.
Sin embargo, el peor daño no fue la fuga de cerebros formados durante ese período, sino que se quedaran en México más de 30 millones con cerebros deformados, completamente atrofiados a raíz del adoctrinamiento recibido durante esos 40 años, que los volvieron como zombis bajo la influencia del fentanilo, a muchos de los cuales recientemente vimos en el Zócalo gritando la consigna de “el INE no se toca”.
Y como estos zombis son muy ruidosos, dan la impresión de ser más numerosos de lo que realmente son, pretendiendo confundir con su propaganda estridente, que publican en los medios que compran o dirigen. Sin embargo, un análisis sencillo sobre la aprobación de los ciudadanos en relación con el presidente y la 4ª transformación nos revela la verdad.
En la última encuesta realizada de casa en casa sobre este tema por la encuestadora Enkoll, la simpatía hacia el presidente y como consecuencia también con las acciones que éste lleva a cabo como parte de la 4T, encontraron que el 69% de los habitantes lo aprueba, el 27% lo desaprueba y el 4% no sabe.
Este dato sería suficiente para darnos cuenta de que son poco más de 30 millones de personas quienes desaprueban al gobierno federal y no necesariamente todas tienen el cerebro tostado; algunos de ellos lo que tienen son intereses y deseos de seguir explotando y saqueado a los demás. Estos pocos sí saben lo que están haciendo, los demás probablemente no.
Sin embargo, al analizar los resultados de esta encuesta por segmentos de edad de los entrevistados, nos enteramos que la mayor aprobación que tiene el Presidente es entre personas de 65 años o más, que son alrededor de 11 millones de mexicanos, de los cuales 94% lo aprueban y sólo 6% lo desaprueban, sin que se registre alguien que no tenga clara su opinión.
Conforme disminuye la edad de los encuestados aumenta el número de personas que desaprueban al gobierno hasta llegar al segmento de 25 a 34 años, a partir del cual vuelve a subir la aprobación.
Así entre 55 y 64 años lo aprueban el 74%, lo desaprueban el 18% y 8% no saben. En el rango de 45 a 54 años lo aprueban el 66%, lo desaprueban el 32% y 2% no saben. De las personas de entre 35 y 44 años lo aprueban el 59% y lo desaprueban el 41% sin que haya indecisos, siendo el rango de edades donde el gobierno tiene mayor proporción de personas que lo desaprueban. La buena noticia para la 4T es que a partir de ahí, en los rangos de personas más jóvenes su aprobación aumenta.
Entre la población de entre 25 y 34 años la aprobación es del 61%, lo desaprueban el 33% y 6% están indecisos. La mayor aprobación del gobierno en ciudadanos menores de 65 años, la recibe entre el sector más jóven. El 76% de las personas de 18 a 24 años de edad aprueban al gobierno, el 18% lo desaprueban y un 6% no saben. Esto demuestra que la mayoría de los jóvenes está conscientes que los cambios operados en la 4T los benefician, por lo que apoyan el trabajo del Presidente.
Es en este sector donde está el verdadero relevo generacional para la 4T, en jóvenes que tenían 14 años cuando cayó el neoliberalismo y hoy se sienten bien con lo que está sucediendo. Entre los ciudadanos de 35 y 54 años hay más mexicanos que fueron afectados por el fentanilo neoliberal y que no entienden lo que está pasando, siendo presas fáciles y carne de cañón para los saqueadores que quieren regresar por sus privilegios perdidos, a costa del bienestar de todos los demás. Bienvenida la juventud consciente a este relevo generacional.
Como dijo el escritor inglés William Shakespeare: “La sangre joven no obedece un viejo mandato”.