UN LÓPEZ OBRADOR MUY FUERTE
Hoy por la mañana, el presidente de México sacó a colación un tema de corte internacional, que lo afecta de manera personal en su carácter de titular del Poder Poder Ejetutivo en nuestro país.
Y lo hizo por una sencilla razón. Informar al pueblo de México sobre el alcance que puede tener una decisión tomada dentro del Congreso de Perú, de amplia mayoría fascista, en relación a las relaciones que México y ese país, tienen establecidas en este momento.
Hace unas semanas, el gobierno golpista de Dina Boluarte, expulsó de Perú al embajador mexicano, declarándolo persona “non grata”. La justificación para esta conducta poco amistosa, fue la relación de cercanía existente entre nuestro embajador y el depuesto presidente de Perú, Pedro Castillo.
Después han venido una serie de desencuentros mediáticos entre el presidente López Obrador y la mandataria Boluarte.
Andrés Manuel es uno de los pocos presidentes en el mundo, que se ha atrevido a llamar por su nombre, a la forma en que Dina Boluarte llega al poder en ese país sudamericano. Un Golpe de Estado.
El mandatario mexicano, conjuntamente con los presidentes de otras naciones que forman parte de la Alianza del Pacífico, se niega a entregar la presidencia rotativa de ese organismo, a una presidenta que llega al poder, utilizando mecanismos antidemocráticos, además de exigirle la liberación inmediata del expresidente Castillo.
Dina Boluarte pretendía subir sus bajísimos niveles de respaldo nacional e internacional, ocupando la presidencia de la Alianza. López Obrador le ha entorpecido la jugada y eso ha molestado bastante a la mandataria y a los congresistas que respaldaron el Golpe de Estado para llevarla al poder.
Por eso es que el día hoy, dentro de los asuntos contemplados en el orden del día, figura la discusión y votación para considerar al presidente mexicano, como persona “non grata” en territorio peruano.
¿Por qué se toca este tema en la conferencia mañanera mexicana?
Seguramente porque la oposición ya preparaba el golpe mediático en plataformas y medios de comunicación bajo su control, para desatar el acostumbrado “nado sincronizado”, que intente presentar al presidente de México, como el “dictador” rechazado políticamente por presidentes de otras naciones.
No importa si esos mandatarios están tan manchados, como lo están todos los presidentes neoliberales de nuestro país.
Tampoco importaría que el Congreso de Perú que hiciera esta declaración, cargara con una pesada losa, al haber sido parte importante en el Golpe de Estado que rompe con el orden democrático y el Estado de Derecho.
Nuestra oposición está tan manchada, como los integrantes del neoliberalismo usurpador peruano. Allá reciben instrucciones y apoyo financiero de parte de la oligarquía peruana. Aquí, se repartían “moches” para sacar adelante reformas que convenían al poder económico mexicano, sin importar que las mismas afectaran derechos básicos del resto de nuestro pueblo.
Hay algo relevante en esta información que da a conocer el presidente López Obrador. Algo que expresó de esta manera:
“Me informan que en este momento, el Congreso de Perú está discutiendo si procede o no, el declararme persona non grata en ese país. Le voy a ayudar a la presidenta Dina Boluarte en eso. Para mí, sería un timbre de orgullo que un gobierno que se mantiene en el poder, después de haber aplicado un Golpe de Estado al gobierno legítimo de Pedro Castillo, me aplique una resolución de esa naturaleza. No es así como se van a arreglar los problemas graves que vive Perú, a cuyo pueblo admiramos, queremos y reconocemos. Lo que debería hacer ese grupo en el poder, es liberar en forma inmediata al depuesto presidente Pedro Castillo y convocar a elecciones para que el pueblo decida su presente y su futuro. Ese grupo es quien ha atentando en contra de la democracia en Perú”.
López Obrador se anticipa a un desplante político, que tiene la intención de legitimar a un gobierno espurio, fruto de un atentado a la democracia y presentar en México a nuestro presidente, como un mandatario descalificado a nivel internacional.
El truco no va a funcionar. La lectura de ese episodio hecha por nuestro mandatario, echa por tierra desde ahora, una pobre estrategia planeada por las oligarquías peruana y mexicana.
La gente ya fue informada al respecto y la sorpresa del golpe mediático se pierde.
Si a López Obrador lo descalificaran mandatarios demócratas de otras naciones, habría preocupación a nivel nacional e internacional.
Pero un señalamiento en contra, salido de un congreso golpista que respalda a una mandataria espuria, ¿qué valor puede tener?
Dina Boluarte tiene un máximo de 20% de respaldo social. El actual Congreso peruano, anda rondando el 10% de aceptación popular. En realidad se trata de un supuesto gobierno que no representa en nada los intereses del grueso de la población peruana.
Es claro que el presidente López Obrador tiene estatura moral para descalificar cualquier señalamiento venido de un gobierno usurpador y antidemocrático.
Estatura moral que está ausente en el Congreso peruano y que de ninguna manera puede presumir Dina Boluarte.
La debilidad política de los grupos oligárquicos en América, es evidente. En varios países están recuperando el poder, mediante el tradicional golpe de Estado. En otros, se intenta el golpe blando, donde los medios de comunicación y el aparato de justicia del país, juegan a favor de las oligarquías.
Pero los triunfos que consiguen a muy alto costo, son pasajeros.
En realidad, los grupos de poder económico representados por partidos políticos que son títeres del verdadero poder, están impedidos para resolver los problemas de pobreza, seguridad y bienestar que requiere el grueso de la población de cada nación. Si la oligarquía trabajara en verdad para beneficio de la gente ¿a quién explotaría entonces?
¿A costa de quiénes podría acumular tanta riqueza?
Por eso el poder político les es arrebatado nuevamente en la siguiente elección. “La gente se cansa de tanta pinche transa”.
En México ha sucedido así y no hay esperanza para que la oposición vuelva a gobernar corruptamente a los mexicanos.
Y esa conquista histórica se la debemos a un presidente que al final de su sexenio, se mira fuerte al interior y al exterior de nuestro país.
Un presidente a quien los golpes de la oligarquía nacional e internacional, le hacen lo que el viento a Juárez.
Malthus Gamba