Regresan los ‘abajofirmantes’… ahora convertidos en ‘pseudoambientalistas’
Son las “estrellas” que brillan a nivel internacional. Los nombres que han hecho historia en el “mundo de la farándula”. Los que dejaron el país, para vivir experiencias personales más allá de nuestras fronteras.
Personajes que de alguna forma lograron alcanzar un relativo éxito a nivel nacional y dieron el salto al mercado norteamericano, donde actores, intérpretes, compositores y cómicos, son mejor pagados que en nuestro país.
Dentro de sus profesiones, son de una competencia pasadera, considerando que no es el talento, sino las relaciones personales, el “carisma”, belleza y juventud, lo que se exige a cualquier persona que desea incursionar en ese medio.
Los “Abajo Firmantes” que aparecen el día de ayer en un video patrocinado por la corriente conservadora en nuestro país, pertenecen a ese pequeño grupo de profesionales de la actuación y el canto, que tienen como misión frenar con una posición “ambientalista”, un proyecto nacional respaldado por millones de mexicanos.
Como la mayor parte de los integrantes del medio artístico, este grupo demuestra que su cultura política es nula. Carecen de una formación sólida y responden únicamente a intereses de orden personal, o a las directrices que señala el “productor” que liquida su pago.
En ese video que corre en redes sociales desde el día de ayer, así como en algunos medios de comunicación bajo el control de los grupos opositores, aparece el grupo de profesionales del medio artístico, pidiendo al presidente López Obrador, detener la construcción del Tren Maya, porque según ellos, se está matando la selva en el sur del país y al mismo tiempo, “se deja sin hogar a un gran número de especies” propias de la región.
Es un video que pretende despertar la conciencia colectiva, pues se invita a la ciudadanía a respaldar esa “cruzada”.
Las “estrellas” conocidas por sus presentaciones en público; por estar en las portadas de las revistas especializadas en el “chisme” asociado a la gente “bonita” del medio del espectáculo, se dirige a “su público”, para solicitarle solidaridad.
Matar selva y animalitos, no puede justificarse de modo alguno.
Gente como los “abajo firmantes”, aparecen periódicamente en tiempos que convienen a la causa conservadora.
Se trata de los “influencers” a sueldo, que elección tras elección, brindan su respaldo a determinados candidatos a puestos de elección popular, impulsados por el partido político que paga la campaña publicitaria.
Son parte de los “rostros conocidos” que promueven eventos masivos, como el “Teletón”, El “Juguetón” y demás causas “sociales”, que en realidad son negocios jugosos para quienes son dueños de los medios de comunicación que convocan, así como para las empresas patrocinadoras que respaldan esos proyectos.
Apenas inaugurado el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la gente que se mueve alrededor de Claudio X González, intenta ganar la siguiente batalla, en respuesta a la derrota sufrida a manos del presidente López Obrador y el gobierno de la Cuarta transformación.
No pudieron detener la construcción del aeropuerto.
La refinería de Dos Bocas está muy avanzada y es casi imposible para ellos, conseguir su cancelación.
Pero con el proyecto del Tren Maya, ven una mejor oportunidad. Ahí tienen la esperanza de conseguir una acción coordinada, que obligue al gobierno a frenar la obra, o sí se puede, a dar marcha atrás y cancelarla.
Por eso recurren a las “caras bonitas” y a los “actores consagrados” en este momento.
No van a conseguir algo positivo, si el reclamo social no crece. Se necesita presión fuerte hacia el gobierno, para lograr llegar a la meta.
¿Qué hace creer a la gente de Claudio X González que estos cómicos, histriones y cantantes, van a convencer al pueblo mexicano, de que resulta indispensable y muy sensato, detener la construcción del Tren Maya?
La creencia nace de experiencias pasadas, donde la voz de periodistas, comunicadores, actores y demás “artistas” conocidos, era escuchada con atención, por una sociedad receptiva y crédula, que jamás cuestionaba lo que aparecía en pantalla, o en espectáculos públicos.
Si lo decían la radio, la televisión y la prensa, debía ser cierto.
La gente, las audiencias, no tenían opinión personal. Adoptaban como suyas, las opiniones de otros.
Para la clase conservadora, nada ha cambiado en el país. Es cierto que perdieron el poder en la elección del 2018. Es cierto que esa derrota implicó la llegada de López Obrador al poder y que hay una transformación política en el país.
Eso les afecta de manera personal y como grupo social privilegiado.
Pero fuera de ello, la sociedad es la misma. Es cuestión de conseguir encausarla de nueva cuenta hacia el redil conservador. Porque ahora hay mucho “desbalagado” que pretende ir a contracorriente.
Y para alcanzar ese fin, que mejor que recurrir a los “ídolos” de la pantalla, la telenovela y la canción.
Gente bonita y conocida que mediante la tarifa respectiva, respalda cualquier campaña publicitaria que se ponga a tiro.
Los “abajo firmantes” de hoy, en buena mayoría, no viven en este país. Son migrantes con documentos en regla, que tienen residencia en la Unión Americana.
Por lo mismo, no son parte del momento histórico que está viviendo nuestra nación. No son como los migrantes indocumentados que apoyan un proyecto nacional y un esfuerzo del gobierno en turno, para lograr beneficios para los mexicanos que radican dentro y fuera de México.
Carecen de información confiable y solo repiten las mismas consignas que ha manejado desde el inicio la clase reaccionaria.
No se está matando la selva en el sur del país. Al contrario. Se están sembrando millones de árboles en esa zona.
Hay estudios de impacto ambiental muy profesionales, que garantizan la debida salvaguarda de los sistemas ecológicos en la ruta del Tren Maya.
Esto no lo reconocen los grupos reaccionarios, como tampoco lo dirán estos voceros a sueldo.
México fue destruido sistemáticamente por un neoliberalismo rapaz, que gobernó al país por espacio de 36 años.
Se otorgaron concesiones mineras a cielo abierto. Se quería construir un aeropuerto a mitad de un lago. Se deforestaron zonas madereras en forma brutal.
¿Y qué dijeron sobre esa masacre ambiental los “abajo firmantes”?
Nada. Absolutamente nada.
Y no hablaron entonces porque no había pago de por medio. Porque la consigna era guardar silencio sobre todos los crímenes ambientales.
Hoy quienes se beneficiaron con la devastación y el saqueo indiscriminado de nuestros recursos, pagan a los “abajo firmantes” para que acusen al presidente López Obrador y a su gobierno, de daño ambiental.
Esas “estrellas” del espectáculo. Carecen de credibilidad.
El pueblo no los atiende, porque México ha cambiado.
Ese cambio de mentalidad en el país es una realidad y solo los conservadores dicen no darse cuenta, o se niegan a aceptar el hecho.
La sociedad mexicana piensa por cuenta propia. No necesita intermediarios que le den cuenta de lo que pasa en su país.
El Tren Maya es un proyecto de beneficio para el sur de México. Lo mismo que la refinería de Dos Bocas y el Corredor Transístmico.
Y no serán Claudio X González y sus cómicos de la legua, quienes paren un proyecto respaldado por millones de mexicanos.
México cambió, entiéndanlo.
La realidad no es una telenovela, película o letra de canción.
Es historia, y en ella, estamos construyendo un futuro saludable para el país, millones de mexicanos pensantes y no manipulables.
Malthus Gamba