Regalo de los Reyes a la oposición
Cuando no te importa la vida de los demás resulta irrelevante cuántos se tengan que morir para que cumplas con tus planes, por aberrante que esto parezca. Así actuó siempre la oposición cuando fue gobierno, en especial durante las últimas 4 décadas en las que ni siquiera respetaban la vida de sus propios miembros.
Por ese condicionamiento mental, enfermo y disfuncional, la derecha nunca alcanzó a entender las razones por las que el presidente dio la orden de soltar a Ovidio en octubre de 2019, cuando se le capturó en forma precipitada, poniendo en peligro la vida de cientos de civiles en Culiacán, como resultado de la reacción inmediata del Cártel de Sinaloa ante una acción mal planeada.
Entonces el presidente dijo “No puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas”, pero para ellos esto no tiene importancia. Haber evitado una masacre innecesaria para la oposición fue más bien una fiesta, la oportunidad para acusar al gobierno de complicidad con ese cártel, como sucedió en el sexenio de Calderón, cuando esa organización delictiva y el gobierno federal, se asociaron en una alianza comercial para traficar con armas ilegales, así como con drogas que vendían en Estados Unidos.
Ese hecho les sirvió de excusa a los delincuentes de la oposición para imputarle al gobierno una supuesta complicidad con el narcotráfico, como la que en realidad tuvieron ellos durante años. Para estos, una decisión basada en el humanismo es tan inexplicable como la honestidad; así estuvieron 3 años dándose gusto con el tema, que frecuentemente ocupaba las tendencias en las redes sociales, señalando el acontecimiento como indefendible. Nunca se imaginaron que mientras estaban muy entretenidos con el tema de la tesis plagiada y los rieles oxidados del Tren Maya, los Reyes Magos decidieron traerles de regalo su culiacanzo.
En un operativo impecable las fuerzas armadas capturaron a Ovidio la madrugada del 5 de enero, resguardando la logística y previendo la reacción violenta que se iba a desencadenar de nuevo, asegurándose de proteger la vida de las personas.
Sin escándalos, aspavientos o lujo de violencia, lo capturaron, lo trasladaron a la capital y antes de que terminara el día, lo depositaron en el penal de Almoloya para ponerlo a disposición de un juez. A pesar de la furia desatada dentro del cártel de Sinaloa, que armó 19 bloqueos con quema de vehículos y actos desesperados de balaceras improductivas, no hubo secuestro de soldados, liberación de presos, ni captura de rehenes como sucedió en 2019. Los disturbios en Sinaloa duraron el día 5 comenzando a retomar la normalidad a partir del viernes 6.
No sólo el cártel de Sinaloa fue sorprendido por un operativo eficaz que tenía 6 meses planeándose, sin que hubiera filtraciones de información de ningún tipo, algo que no se puede lograr cuando un gobierno es corrupto, sino que la oposición perdió de golpe su juguete favorito, su argumento principal para demostrar la debilidad o la ineficiencia de las fuerzas del orden.
Por su parte el gobierno demostró eficacia con prudencia y humanismo. También puso en evidencia que los únicos cómplices del crimen organizado han sido los gobiernos neoliberales, que por fortuna ya se fueron y que ninguna organización delictiva es competencia para jugar a las vencidas con el estado mexicano.
Quedó muy claro que el funcionamiento de las fuerzas de seguridad no es el mismo que se tenían hace 3 años, que se está consolidando una estructura de seguridad interior, con la solidez que se requiere para hacer cumplir la ley como parte de un proceso de construcción de la paz y no desde una óptica criminal como la que puso de moda en su sexenio el Carnicero de Morelia. ¡Feliz día de reyes a la oposición, disfruten su regalo!
Como dijo el escritor español Carlos Ruiz Zafón: “Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe”.