21 Dic 2024

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Persecución, disfraz de impunidad
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Persecución, disfraz de impunidad

Postigo
Por José García Sánchez
@Josangasa3

Para que haya persecución política en algún país, el implicado debe estar libre de toda duda sobre su participación en un delito. De otra manera, no hay persecución política sino penal. Quienes ahora se autodenominan perseguidos políticos tienen cuentas pendientes con la justicia; el hecho de que sean militantes de partidos de oposición o líderes opositores no les resta responsabilidad penal.

Esta idea permea tanto en la oposición, que quienes tienen delitos descubiertos y por descubrir, se protegen de ser señalados por el dedo de la justicia que les produce una verborrea incontrolable contra el gobierno, de tal manera que ante la cercana orden de averiguación y la latente averiguación previa, puedan argumentar persecución política. Este tipo de declaraciones caracteriza a personajes como Vicente Fox, Felipe Calderón, Francisco García Cabeza de Vaca, Jorge Romero, entre muchos otros.

Hasta el momento a ningún político, periodista, diputado, senador o líder de partido, se le ha acusado injustamente en el ámbito penal sin ser, por lo menos, sospechoso. Al contrario, se muestra en la aplicación de la justicia lentitud y en su administración descuido y tolerancia.

Desde Ricardo Anaya hasta Lorenzo Córdova, los delitos brotan como hongos en su trayectoria pública, pero su discurso es el mismo desde hace varios años. Bajo la sombra del árbol de la impunidad se cobijan muchos que temen ser descubiertos y por eso intensifican sus críticas, porque tratan de detener el paso de la justicia, de por sí lento, pero que los exhibe de cuerpo entero en los medios.

La postura del expresidente consejero del INE, Lorenzo Córdova Vianello, no difiere de otras. Antepone a la persecución política la aclaración, defensa o explicación de su conducta delictiva. Intenta sustituir los delitos por la victimización, sin más prueba que los testimonios de sus amigos, pero con la anuencia de su inocencia de personajes que se dedican a bendecir la impunidad y legitimar el delito político, como si fueran actos legales, como es el caso de Luis Almagro, secretario general de la OEA.

De otra manera, el guion de los impunes carecería de evidencias de inocencia,
como si la unción de los sacerdotes del conservadurismo internacional fueran un blindaje a los delitos políticos perpetrados contra los gobiernos populares, contra la democracia y contra el pueblo.

Así, con diferente forma pero con el mismo fondo y probablemente de la pluma del mismo autor frases como ésta dicen lo mismo que los argumentos de Ricardo Anaya y sus cómplices: “Son tiempos en los que el Estado persigue a quienes piensan distinto o no se subordinan al poder; también hay vocación autoritaria, y con frecuencia su referente es la resistencia al llamado Plan B”.

Para los que disfrazan de persecución política sus delitos, deben adoptar la convicción de poseer la verdad. No hace mucho Santiago Creel intentó asesorar al gobierno federal en materia de seguridad. Es decir, se creen sus mentiras, a grado tal que se dicen expertos en un tema por el simple hecho de haber trabajado en una oficina de gobierno, donde no hicieron nada.

A pesar de la desvergüenza que significan declaraciones de victimización de personajes como Córdova Vianello, y de la evidente manipulación que hizo de decenas de personas que caminaron por las calles en defensa de ese INE que supuraba podredumbre, las declaraciones serán lo último que desparecerán porque son su tabla de salvación.
Así, se despide con frases como ésta:

“Yo me voy muy tranquilo, aunque consciente de que son tiempos en los que desde el Estado se persigue a ciudadanas y ciudadanos por el solo hecho de pensar distinto, o bien por no subordinarse a los designios del poder. Pero afortunadamente seguimos teniendo Estado de derecho, un Poder Judicial independiente de los otros poderes”.

Por si esto no fuera suficiente, se contagió de algo que comienza a ser síntoma de una pandemia de mitómanos, al considerar Lorenzo que podía aconsejar a los próximos consejeros electorales, con algunas sugerencias basadas en una experiencia llena de delitos y protagonismos inútiles.

En este contagio de la pandemia de la impunidad están todos los miembros implicados en el cártel inmobiliarios, caso en el que todavía no aparecen públicamente los nombres de todos los panistas implicados en este asesinato planeado con alevosía y ventaja de personas que murieron a causa de la ambición de ganarse unos millones de pesos ilícitamente.

Claro, todos ellos no sólo argumentan persecución política, -porque se autodenominan un peligro para el actual gobierno-, sino que aumentan adjetivos y responsabilidades de represión al actual gobierno. No falta, desde luego, quienes les creen.

La persecución política, históricamente tiene raíces muy nobles, características muy dignas, personalidades encomiables y razones heroicas. Nada que ver con delincuentes comunes que se amparan en este esquema para alcanzar la impunidad.

👉🏻Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de quién las emite y no necesariamente representan el punto de vista de SinLíneaMx.

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