Periodismo al servicio de García Luna
Hace 12 años, el 24 de marzo de 2011, se llevó a cabo el acuerdo entre 700 medios de información y el gobierno de la mafia calderonista, al que cínicamente llamaron “Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia”, que en realidad como todo lo que sucedía en la era neoliberal, fue un eufemismo para simular lo contrario de lo que hacían.
Lo que hicieron fue sellar un pacto de silencio para no difundir los crímenes del gobierno en contra de la población, mientras Calderón y García Luna se asociaban con un cartel del narcotráfico, utilizando los espacios informativos solamente para publicar lo que la mafia les solicitara.
En esa fecha los medios convencionales se sumaron formalmente al aparato del crimen organizado desde el poder para prestarse como sus voceros. Entraron de lleno, pública y descaradamente al juego sucio de favores a cambio de dinero, sin importar que los billetes estuvieran manchados de sangre.
En el juicio de García Luna acabamos de ver una pequeña muestra de lo que esto significó. El diario El Universal recibió dinero del cártel de los Beltrán Leyva para cubrir la detención del Rey Zambada, a fin de que la policía corrupta no pudiera cambiar al detenido por otro que no fuera él.
Este diario intentó defenderse diciendo que no había pruebas y que ellos habían recibido un premio nacional de periodismo cubriendo las trapacerías de García Luna, el cual por cierto es conferido por un club que les ha rentado sus instalaciones a los abogados de los hijos del Chapo Guzmán para dar conferencias de prensa, recibiendo dinero de las mismas fuentes. Un aval muy cuestionable.
Durante 7 años los medios convencionales, la mayoría de sus columnistas y de sus intelectuales asintomáticos, no solamente se acostumbraron a recibir dinero sucio a cambio de publicar noticias a modo o de guardar silencio cómplice, sino que el esquema les funcionó tan bien, que pusieron al siguiente presidente en el poder coludidos con el INE, otra pieza fundamental del crimen organizado.
A partir de esa fecha fluyeron sin cortapisas las concesiones más insospechadas para los dueños de estos medios, convirtiéndose en constructores de reclusorios y pistas de aterrizaje, con sobreprecios ridículos en contratos amañados que les otorgaba el gobierno, además de los miles de millones de pesos que les pagaban en publicidad gubernamental y en chayotes ocultos.
El mismo propietario de El Universal tenía 80 guardaespaldas que le proporcionaba el gobierno para cuidarlo, mientras todos pagábamos estos excesos con nuestros impuestos. Pero si se prestaba a este tipo de juegos con los narcos ¿Cómo no iba a andar nervioso? Ahora se entiende por qué necesitaba tanta seguridad.
Sin embargo con la llegada de la 4ª transformación se les acabó la fiesta. Se recortó el dinero de la publicidad oficial, se acabaron los chayotes, los contratos millonarios, los guaruras y sin la protección que recibían, son exhibidos en el juego de simulación y mentiras que todos ellos han jugado por décadas, recibiendo dinero sucio del crimen organizado desde la oligarquía, que les paga para hablar mal del gobierno aunque sean mentiras .
A partir del 2019 ha quedado claro que la información estaba en manos de un grupito de malhechores sin escrúpulos, que cada día pierde audiencia en favor de los medios independientes y alternativos, dedicados a informar lo que sucede, no lo que pretendemos que suceda.
Hoy en el juicio de García Luna los medios estamos presentes, unos somos acreditados para informar, otros mencionados como cómplices en los testimonios de los narcos.
Como dicen los franceses: ¡Viva la pequeña diferencia!