Postigo
@Josangasa3
Desde el inicio del actual sexenio la oposición se dedicó a cazar mariposas, cualquier situación que surgirá en el país se convertía en una causa para su lucha, sobre todo si ese conflicto afectaba al gobierno. Sin ideología propia ni propuestas, agarraba al vuelo los problemas del país para basar en ellos las consignas y los breves proyectos limitados a su poca capacidad y la inmediatez de la respuesta del gobierno.
Así, la pandemia les vino como anillo al dedo. Sabemos de sobra que de haber estado el PRI o el PAN en el gobierno mínimo se hubiera duplicado el número de víctimas mortales, ante la vocación que tienen por adueñarse de lo ajeno y la capacidad para hacer negocios personales de la desgracia ajena. Y así como la pandemia llegó y todavía no acaba de irse, llegaron las obras públicas que se convirtieron en el centro el debate de una oposición que improvisaba su política.
La dimensión de las obras públicas era para la oposición un factor adicional para tener insumos de su discurso en los medios, las cámaras y las entrevistas con los medios afines. La mayor creatividad de la oposición la mostraron a la hora de ampararse porque combatían de manera directa al gobierno paralizando sus tareas, al mismo tiempo que podían responsabilizarlo no sólo de detener las obras y entregarlas meses después de los previsto a causa de los amparos, sino elevando el costo inicial por los tiempos perdidos.
Así, la palabra empeñada de entregar una obra en una fecha prevista no se cumplía como tampoco su costo que se elevaba considerablemente por estar detenida el tiempo que el amparo se resolvía. Más allá de esto la creatividad e imaginación de la política opositora se termina. El resto de sus actividades fue golpear, desconocer, exigir renuncias, criticar, maldecir y hasta violentar discursos.
La oposición olvidó crear cuadros, porque pensaba que cuando estuvieran formados los abandonarían para irse al gobierno, siempre le tuvieron miedo a las desbandadas que no han dejado de ocurrir principalmente en una oposición vacía de ideas. Así, en medio de la búsqueda desesperada por encontrar banderas que justificaran su existencia, se quedaron no solo vacíos sino solos.
La defensa de los fideicomisos del poder Judicial es sólo una de las banderas adoptadas a última hora por la oposición de derecha, la defensa de los trabajadores es tan falsa como si historial de agresiones contra los derechos laborales de los mexicanos.
Los tres panistas disfrazados de morenistas que rechazaron en tribuna la desaparición de los fideicomisos del Poder Judicial, los defendieron mejor que la oposición oficial. El chihuahuense advenedizo Rafael Espino, Olga Sánchez y el paranoico Alejandro Rojas, les dieron una lección a panistas y priistas de cómo hacerlo al mismo tiempo que hacían gala de su falta de congruencia.
La improvisación de la derecha en la oposición impidió ver los verdaderos defectos del gobierno. Su sistemática crítica impedía precisar dónde estaba equivocado el gobierno y dónde era acertado. El próximo gobierno deberá aprender de los errores del actual, no sólo deberá profundizar los esbozos de progreso sino que deberá hacerlos efectivos y a gran escala.
Desde luego que la oposición tiene mucho trabajo que hacer, será tanto su rescate de sí misma que no podrá resarcir su trabajo político en seis años. El extravío de su trabajo en estos años le garantiza a la 4T otro sexenio en el poder, es decir, a partir de 2030, mientras la derecha se sacude un letargo de que ahora ni siquiera es consciente. A menos que suceda un golpe o un milagro que para los conservadores es cuestión de inversión.
La oposición contribuyó de manera importante a darle brillo a la actual administración por su torpeza, si aprende de sus errores tanto el gobierno dela 4T como la oposición, seguramente el país mejorará considerablemente.
