Las benditas redes sociales, como les dice AMLO han llegado para quedarse para democratizar la información.
Por primera vez y paradójicamente casi al final del sexenio, me parece encontrar un error de apreciación, de parte del presidente López Obrador. Un punto de vista totalmente distinto al que defendió desde antes del inicio de su mandato y que tiene que ver con la dimensión exacta y el papel que han jugado dentro del proceso de transformación, lo que el mismo bautizó como “las benditas redes sociales”.
En varias de las últimas conferencias mañaneras, hemos escuchado al presidente decir que el peso social y político que se alcanza en redes, es limitado. Que no llega la información por esa vía, al núcleo mayoritario de la sociedad. Que la televisión sigue siendo, aunque en menor medida, la fuente informativa más importante en el país.
Que la comunicación oral transmitida de boca en boca, resulta más efectiva. Y que el uso de herramientas tradicionales, como la impresión de diarios similares al histórico Regeneración, que cumplió una tarea básica en el pasado, superan en mucho el alcance que tienen las redes sociales en este momento.
TE PUEDE INTERSAR:
Morena impugna senadurías de Ricardo Anaya y Lilly Téllez; estas son las razones
Afirma también que estas redes han sido tomadas por el conservadurismo más radical, el cual hace presencia permanente en la carretera informativa, difundiendo noticias falsas que intentan manipular la opinión ciudadana.
El presidente ve a diario como los ataques en su contra hacen presencia en redes, de día y de noche. Que hay una evidente avalancha desinformativa, fluyendo en redes, en forma ininterrumpida. Y que del lado de la izquierda, la participación es menor y hay tiempos en que desaparece por entero.
El diagnóstico que hace el presidente es correcto, parcialmente. Pero en su conjunto, tiene lagunas. Lo cual impide ver el todo como algo fuertemente entrelazado, que brinda impulso al trabajo informativo en favor del pueblo.
Esta es mi opinión sobre el asunto.
Las redes sociales, con participación masiva de parte del pueblo de México, explotan en la elección del 2017 en el estado de México. Anteriormente, fueron territorio de pequeños segmentos conservadores, que utilizaban a distintas plataformas para apalancar las noticias y opiniones que en realidad se movían con mayor amplitud y libertad, en radio, prensa y televisión.
En 2017, al iniciar la campaña de la maestra Delfina Gómez, un sector social de izquierda, bastante combativo y que apenas se conjuntaba en Twitter, Facebook y Youtube, decide organizarse para dar la batalla frontal, a los medios de manipulación y periodistas de la derecha, que cuentas con recursos en abundancia, una credibilidad aceptable y las tablas que da la práctica permanente del periodismo.
La gubernatura en ese estado, es ganada por Alfredo del Mazo, vía fraude, pero la oposición queda muy dañada en su credibilidad, por el trabajo conjunto que se realiza a nivel partido, ciudadanos en territorio y en redes sociales. Y aquí surge la primera discrepancia con la opinión del presidente. El trabajo ha sido conjunto, siempre. Cada pieza se mueve con autonomía, pero con conciencia y conocimiento de lo que trata este nuevo proyecto de nación.
Para el 2018, ya se encuentran consolidados grupos de respaldo al Movimiento y al hoy presidente, que saben que los medios de comunicación no son invencibles y que se les puede parar en seco. En redes sociales, se da una batalla seria y permanente en favor del cambio. El viejo periodismo no estaba preparado para esta confrontación en redes y mucho menos para contrarrestar a los nos nuevos espacios informativos que escapan a su control. Las mentiras que antes se tomaban como verdades incuestionables, quedan desenmascaradas y el viejo periodismo, acelera el paso hacia una decadencia ya anunciada.
La victoria del 2018 es fruto también del trabajo conjunto de partido, ciudadanos que realizan su actividad en territorio y redes sociales. Una consolidación del Movimiento, a nivel nacional.
De ahí en adelante se incorporará un elemento más al Movimiento. El gobierno.
Ya somos gobierno y ahora hay que defenderlo y respaldar toda actividad impulsada por el presidente.
Pero la ahora oposición no se queda atada de manos. Intenta fortalecerse y uno de los puntos de ataque que recibe atención especial, es el de las redes sociales. Contrata haters, granjas de bots, expertos en mercadotecnia, sociólogos, consultores especializados y cientos de desinformadores a los que vuelve periodistas calificados de la noche a la mañana, para enfrentar a la avalancha ciudadana que se expresa en las redes sociales.
El campo en redes, que era dominado por la izquierda hasta ya avanzado el 2019, comienza a dividirse al entrar en acción los nuevos elementos insertados por Claudio X González y su gente.
El viejo periodismo publica a diario, notas, mentiras y calumnias, en contra del gobierno y sus granjas de bots amplifican esa desinformación. Hay mucha más presencia en redes sociales, de medios y manipuladores de derecha, que informadores de izquierda. Se tiene la sensación de que la batalla la va ganando el conservadurismo en lo que antes se calificaba como “benditas redes sociales”.
Pero no es así.
Las elecciones del 2024 dejan en claro que la participación del conservadurismo en redes sociales, se reduce a basura. Publican mucho, pero poco de lo que dicen, opina y publican, se consume.
La gran mayoría, va al bote de la basura. No trasciende. No impacta. No es creíble. Y eso lo pone de manifiesto la votación masiva en favor de Morena y aliados en la pasada elección.
El descrédito de la oposición es muy claro en lo que corresponde a la vieja guardia del periodismo y a la difusión de noticias falsas en redes sociales. La conferencia mañanera por una parte, el trabajo del partido en su ámbito de competencia, la actividad social en territorio y lo que siguen haciendo los ciudadanos en redes sociales, dio un triunfo espectacular al Movimiento.
Concluyo diciendo que he participado en dos importantes grupos de respaldo en redes, al Movimiento de Cambio.
Muy combativos, preparados, comprometidos y honestos. He visto surgir canales, espacios, blogs y cuentas que respaldan con todo a la lucha por el cambio. Unos monetizan y otros no. Unos ven en esto una forma profesional de desarrollo y otros respaldamos un proyecto que nos toca personalmente, pero sin tener algo que ver con nuestra vida particular o profesional. Y en todos los casos, el respaldo es el mismo, aunque la excepción nunca falte.
Creo que el presidente se equivoca, si solo ve lo que fueron las redes sociales en el pasado reciente, donde la izquierda dominaba casi por completo en esa plataformas y lo que sucede hoy, cuando el espacio es compartido.
Hay mucha desinformación en redes. Pero tenemos capacidad contestaría para frenar de inmediato mentiras, calumnias y manipulación. Las redes sociales están (como todo en la vida) dentro de un proceso evolutivo. Se mueven de prisa y hay que ajustar permanentemente.
Y para quienes creemos en el Movimiento y su proyecto de país, lo único importante es mantener a la gente de la derecha, fuera de los límites en que puede perjudicar el curso de la transformación. Mantenerlos arrinconados, gritando, pataleando, mintiendo, rabiando e incluso llorando, por cada derrota que sufren a manos del gobierno, el partido, los ciudadanos y las benditas redes sociales.
Porque a final de cuentas, todos esos participantes forman parte del Movimiento Social más importante en América y quizá en el mundo, en estos momentos.
Malthus Gamba
No olvides seguirnos en FACEBOOK, X, INSTAGRAM, YOUTUBE y TIKTOK
