Obradorismo para Dummies
Por: Rafael Redondo
@redondo_rafa
Existe una serie de publicaciones, en las que se explica, de forma sencilla, una variedad infinita de temas: Marxismo para Dummies, Teoría Musical para Dummies, Español, Inglés o Francés para Dummies, etcétera. Y hoy, voy a atreverme a escribir, un artículo para Dummies: Obradorismo para Dummies.
¿Qué significa Dummies?
Dummies, puede traducirse del inglés como, inexpertos, o aquellos quienes, poseen entendimiento disperso.
¿A quiénes me refiero cuando hablo de Dummies?
No, no es al público en general. Mi target para este texto, son todos aquellos personajes que, durante años, en algunos casos, décadas, se nos han vendido como, la gente más calificada, ilustrada, los poseedores de flamantes grados académicos, que dan cátedras y/ o conferencias, no sólo al público en general, sino que, tienen la osadía, de plantarse, con toda seguridad e incluso cinismo, frente a grupos especializados y centros académicos tan influyentes como por ejemplo, El Colegio de México.
Esos personajes que, aparecen publicando artículos, luego, van a la radio, después a la televisión y, pocos llegan a plataformas como YouTube, pues, supongo, consideran a estas herramientas de comunicación tan populares actualmente, como poca cosa, para su tan destacado nivel intelectual. Estos mismos personajes, pasan de un medio a otro, o sea, los mismos personajes, van a decir lo mismo, en diferentes medios para ofrecernos, a nosotros, los pobres mortales, su tan exquisita iluminación, digna sólo de los elegidos quienes, conecten con su tan intrincada capacidad racional: los analistas políticos.
Los analistas del entorno político, social y económico, esto, incluye a los internacionalistas, se han encargado de monopolizar los espacios de análisis en los medios de comunicación, como si solamente un puñado de 20 o 30 cerebros, sentados detrás de un escritorio de la Colonia Del Valle, Condesa o Polanco, absolutamente ajenos a la realidad concreta del país, escupiendo con tinta o voz, lo que para ellos, es la verdad revelada, fueran los únicos dignos de un entendimiento calificado.
Nombres: desde la indiscutible literatura frívola y fútil de Guadalupe Loaeza, carente de la más mínima aportación a nuestra lengua. Macario Schetino, sí, el que sigue postergando la fecha del Armageddon económico de México, gracias claro, a López Obrador. Denise Dresser, Sergio Aguayo o María Amparo Casar, quienes, siguen esperando, sentados, el advenimiento de la dictadura militar mexicana. Curzio, Zuckermann, y tantos otros.
Textos, lanzados en X, sin el más mínimo pudor, como el de José Antonio Crespo, y cito: “Si llegara a perder Morena (en 2024) pese a la elección de Estado en marcha Amlo (sic) huirá a un exilio dorado en Cuba con su amigo el dictador. Y no dudo que se llevará también a sus hijos para protegerlos de la justicia mexicana. Guarden este tuit (sic)”.
¿Ya no hay un dejo de pudor, entre estos personajes totalmente presos de un delirio?
Un Dummie más, Sergio Sarmiento. Sí, otra vez Sarmiento. Y cito: “No sabemos qué reforma tratará de hacer AMLO al sistema de pensiones, pero al parecer quiere quedarse con el dinero de las cuentas individuales y dejarles los problemas a los gobiernos futuros”.
Un profesional de nivel mediano, digamos, un médico recién egresado, tiene en sus manos, la salud de una persona. Cualquier traspié, error o mala acción, originada por sus pasiones, por estar inmerso en algún tipo de trastorno que altere sus emociones, seguramente, afectará, o por lo menos, pondrá en riesgo la salud de una persona. Ese profesional, no tendrá cabida en ningún rincón del sector salud; y no sólo por la justicia de sus directivos, sino porque, ningún paciente, querrá atenderse con alguien, cuya profesión entra en cuestionamientos o es evidente que su labor, responde a ningún código de ética. Sin embargo, estos “analistas”, a quienes ya no les pediría rigor metodológico. Es exigir demasiado. Un lujo. Simplemente, pudieran asumir la responsabilidad de tener frente a ellos, una columna, o un micrófono. Tan sencillo como asumir un mínimo de responsabilidad. Acerca de su honorabilidad personal y profesional, ellos sabrán cómo deciden rescatarla.
Estos Dummies, simplemente han capitalizado el beneficio de haber sido seleccionados por algunos medios de comunicación, para posteriormente, nos sean vendidos a una audiencia, igual que se nos venden muchos productos chatarra. Publicistas (malos, porque, nos damos cuenta de su intensión persuasiva), disfrazados de intelectuales, quienes, ni siquiera, poseen las herramientas para ser oposición. Resulta evidente que, ni son los más versados en los temas, el interés que los mueve es, la obtención de dinero producto de sus apariciones en medios y lo que menos les importa, es el compromiso con su audiencia.
Todo opositor, debería poseer dos características:
1) Salir a la calle, para,
2) beber de la realidad.
No se construye oposición con rumores, chismes u hongos alucinógenos, consumidos desde la comodidad de un escritorio.
¿AMLO nos divide?
México, ha cargado durante siglos, el lastre de una sociedad de castas: el “güerito” es, rico, bello y listo. Estratos sociales, definidos por un elemento intrascendente, como la etnia, nos introducen en una dinámica del acomplejado: los europeos, los blancos, todo lo hacen bien. Los mexicanos no, porque, somos morenos. Me detengo un poco en este punto. El hecho de que desde presidencia se ponga la mirada en el sureste mexicano, centra la atención en la riqueza descomunal y aún desconocida, de las civilizaciones prehispánicas. Si alguno de estos “eruditos” realmente respondiera a un interés medianamente inteligente, desde hace años, antes de AMLO, habrían colocado la mirada en la potencia cultural que significa que, México y los mexicanos, seamos herederos de civilizaciones tan refinadas y sofisticadas, para, de esa manera, combatir esta absurda creencia de la inferioridad del nativo americano, de las civilizaciones originales. Cargar con un complejo debido a un absurdo, sí es un tema trascendental para asumir con orgullo, nuestra nacionalidad.
Pero no. Para los “intelectuales”, el universo empieza y termina en: aZi No AnLo.
Ese ejercicio de introspección, de darnos cuenta de que, los blancos que van a universidades privadas, no son necesariamente los más brillantes (y si no lo creen, escuchen los testimonios y palabras sobre la realidad mexicana, que dan los “güeritos” de Polanco, en sus marchas rosas, donde el personaje principal, es el analfabetismo más puro, y la barbarie de la carencia de pudor, el resultado: todos nos reímos de sus conclusiones y el supuesto Comunismo, categoría que ni siquiera, pueden definir).
Ni los narcos, son los peores delincuentes, porque, ya hemos conocido muchos delincuentes de cuello blanco, que hasta aparecían en revistas de sociales, rodeados de los periodistas más afamados, y todos querían ser sus amigos. García Luna, por ejemplo.
Estamos en el proceso de un cambio de mentalidad, rompiendo con creencias, fuente de todo complejo. La inteligencia no se fortalece detrás de un escritorio, sino, en la vida cotidiana; es decir, correr para alcanzar el metro a tiempo, hacer rendir la quincena, mantener dos hijos, siendo madre soltera; pelear por el derecho laboral, defender los derechos siendo mujer, defender los derechos como homosexual, lidiar con charros sindicales, sacar a un hijo de las adicciones, convivir con un familiar alcohólico. Ahí, es donde realmente, se teje la sabiduría genuina, ahí, en la vida, en el campo, es donde estos mal llamados intelectuales, deberían construir sus reflexiones, y no gastando horas nalga, mirando la realidad, desde las ventanas del Anatol en Polanco.
AMLO, no dividió.
Para lograr un cambio estructural, en una mentalidad novohispana. Sí, novohispana, en pleno 2018-2024, es necesario separar el cochambre, para limpiar la estufa. Poniendo a funcionar dos neuronas perezosas, podemos darnos cuenta de que, Las Leyes de Reforma, tan benéficas para el fortalecimiento del país, separaron a dos visiones de la realidad: aquella que buscaba que la vida pública fuera guiada por la iglesia católica, y los que proponían un modelo diferente. Los fanáticos católicos de esa época no estaban nada contentos; sin embargo, era necesario separar el mundo de la fe de los intrincados recovecos del mundo terrenal. Un cambio estructural. Separar, no es dividir.
Estos cambios, difícilmente se logran por la vía pacífica. AMLO, tiene un punto a favor: lo hizo por la vía pacífica.
¿AMLO es comunista?
Hablar de Comunismo para definir la visión obradorista, a 5 años de un sexenio, ya parece surreal. Resulta tan burdo como un pésimo capítulo, de un pésimo programa cómico del canal 2. Es ridículo. AMLO, es un buen político, porque es pragmático.
Para entenderlo un poco más, es indispensable entender qué es Neoliberalismo.
Neoliberalismo: tesis que plantea que, fortalecer la economía de la gente con dinero, haciendo a un lado la intervención del Estado, derramará la riqueza a la base de la pirámide.
El talón de Aquiles del Neoliberalismo, es la avaricia sin límite, característica de la naturaleza humana. Si a esta variable, le agregamos la ausencia del mediador, del Estado, esto se convierte en la tormenta perfecta.
El Estado, es un tema complejo; pero, estamos en la atmósfera de un texto dirigido a Dummies. Así que, simplifiquemos: Al Estado, cada uno de nosotros, le hemos cedido una parte de nuestra voluntad, para que él, sea el mediador, quien regule, equilibre, las relaciones entre los ciudadanos. Todos los ciudadanos, somos iguales frente al Estado. El Estado, tiene la obligación de defender los intereses de ricos y de pobres, de cubrir las necesidades elementales de todos los ciudadanos: salud, educación, seguridad, justicia, energía, sectores prioritarios para la ciudadanía y, por tanto, labores prioritarias para el Estado. Los países escandinavos, viven bajo Estados muy fuertes, y están muy lejos de vivir bajo el yugo, del mito que se nos ha vendido como Comunismo.
La estrategia económica de AMLO, dada la realidad neoliberal específicamente de México que, ya vivía inmerso en el más fino anarcocapitalismo, fue sacar de las manos de unos cuantos oligarcas, las funciones y responsabilidades del Estado, enfocándose en fortalecer a la base de la pirámide: las pensiones que convierten dinero público en circulante, fortaleciendo el consumo, obra pública para construir infraestructura, con la colaboración de capital privado y, así, generar movimiento de la economía y empleos. Como resultado 2023, México asciende al número 12, en el ranking de las economías más fuertes del mundo. México, obtuvo el tercer lugar en el mundo, como la economía con mayor crecimiento durante este año; también, tiene la moneda más fuerte del mundo, no hay adquisición de deuda y caminamos hacia la autosuficiencia energética. Fortalecer la base de la pirámide, involucrando en el proceso, a los grandes capitales, resultó una fórmula eficaz. Por cierto, los datos sobre economía vienen de los grandes opositores al presidente, como el FMI y las calificadoras.
¿No hay medicamentos?
El recurso favorito del Neoliberalismo es, la privatización. Durante el Neoliberalismo mexicano, se privatizó la educación, la salud y ya iban por la energía. El sistema de salud llegó a manos de López Obrador, con un retraso de décadas. Los beneficiados, fueron los hospitales privados, los laboratorios, los acaparadores de medicamentos y, los distribuidores de medicamentos. Pasamos por una pandemia, y el sector salud mexicano, ya en terapia intensiva, sorprendentemente, no colapsó. Saquen sus conclusiones. Hoy, existe un mega centro de acopio de medicamentos, a disposición del sector salud. Esto significó, lidiar contra un sector muy poderoso: el del negocio de las medicinas, lo que supone un logro, por lo menos, medianamente importante.
¿Qué pasa con la seguridad?
Este rubro, es muy fácil de entender:
uno) Sexenio de Felipe Calderón: aumento de la tasa de homicidios en un 198.85%
dos) Sexenio de Enrique Peña Nieto: aumento de la tasa de homicidios en un 59.06%
tres) Sexenio de Andrés Manuel López Obrador: una disminución del 10.3% en los homicidios.
Es importante señalar que, la guerra iniciada por Calderón, (por cierto, una guerra significa, no sólo dividir a una sociedad, sino enfrentar a los mexicanos, y esto, la oposición, no te lo dice) resultó una dinámica que nos acostumbró a la violencia. Por otro lado, el valor que el neoliberalismo le da al dinero, como el punto máximo del éxito obtenido durante nuestras vidas, (como si no existieran otros objetivos más valiosos que el dinero, como la salud, la armonía familiar, el éxito profesional, tener una pareja, la convivencia con amigos y hasta con mascotas, por ejemplo), valores mal enfocados, crearon toda una cultura de la violencia que, hasta la fecha, seguimos escuchando en la música y observando en la frivolidad de las redes sociales. La violencia se convirtió en una cultura y, por tanto, en el reto más grande para cualquier administración.
Sarmiento insiste en que AMLO robará dinero. Hay gente que, va tras el dinero, para hacer florecer su habilidad nata para los negocios, actividad totalmente honorable. Pero, hay personas que, van tras el dinero, como medio para conseguir poder. AMLO ha sido y es, el presidente más poderoso en décadas. Su gente cercana dice que, realmente, disfruta de la vida “franciscana”. Si, quienes lo odian, porque es odio el que mina su capacidad intelectual, ya hubieran encontrado, algún viso de ladrón en AMLO, o algún interés acaparador en él, esa nota ya estaría en 8 columnas hasta en Nigeria. Además, ¿para qué querría dinero AMLO, si, cada mañana lo vemos gozando de los éxitos de la empresa en que lo colocó la vida? ¿Poder? Tiene y de sobra.
Me declaro abiertamente burlón de esa élite intelectual ficticia, creada por los medios de comunicación, no por capacidades genuinas. Y, lo hago, no por motivos personales. Es solamente que, como audiencia, es un insulto que, pretendan vernos la cara.
En la ejecución del plan obradorista, en la burocracia, estoy seguro, hay muchas fallas. El presidente, no es todopoderoso. Existen muchas áreas dentro de la administración pública, dentro de la sociedad mexicana dignos de ser analizados. Poderes, hay muchos. Estos publicistas mediáticos, están obsesionados con la figura presidencial. ¿No es perfectible el INE, el Poder Judicial? El clasismo y racismo novohispanos, cuya presencia es inútil intentar negar, ¿no son tema para análisis?
Su retahíla es, dictadura, militarización, medicinas, asesinatos, Comunismo. ¿No les beneficiaría un poco, ampliar su léxico? Siempre hay algo para reparar en casa. Nunca es tarde para actualizarse, readaptarse, renovarse.
Señores Dummies, en breve: para adjudicarse el mote de intelectual, les hace falta, campo, calle, montaña, bosque, barrio e inteligencia. Mismos atributos de los que carecen ustedes, para, convertirse en una oposición digna, y necesaria.