México aprendiendo democracia
En forma inédita ha comenzado el proceso de sucesión presidencial en México para definir formalmente quien será el candidato a competir por parte de la alianza integrada por Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde, quien según todos los pronósticos ganaría la elección presidencial en cualquier escenario electoral de competencia con las demás fuerzas políticas que ya son minoritarias en el país.
Hoy Morena y sus aliados gobiernan en 23 de los 32 estados del país, donde viven el 85% de los habitantes y probablemente el año que viene pueda arrebatarle algunos más, a una oposición que simplemente no entiende la nueva realidad en la que vivimos actualmente.
El domingo pasado se reunió el Consejo Nacional de Morena para aprobar la convocatoria y lineamientos de selección de su precandidato, en el que participan por ese partido, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores; Adán Augusto López, titular de Gobernación, y el senador Ricardo Monreal.
Pero no será el consejo quien decidirá al candidato, sino una o más encuestas y los aspirantes tendrán derecho a presentar un sondeo espejo. Por primera vez, el partido en el poder incluirá en el sondeo a un aspirante por cada uno de sus aliados: el senador Manuel Velasco del Partido Verde y el diputado Gerardo Fernández Noroña del Partido del Trabajo, quienes asistieron como invitados en la sesión del consejo de Morena.
En esta reunión se definieron las reglas que ya se han venido perfilando desde la cena que tuvieron con el Presidente López Obrador el lunes pasado, donde se había adelantado a los gobernadores la obligación de no expresar apoyos, pero éstos aprovecharon el resquicio de la falta de reglas formales para manifestarse en favor de Claudia Sheinbaum, sin entender que es el pueblo y no los gobernadores quienes van a elegir al candidato ganador.
Así prefirieron borrar sus mensajes de apoyo después del llamado de atención público que expresó el mismo presidente en su gira del fin de semana. Pero todo esto es parte de un escenario inédito, en el que las viejas prácticas tendrán que ir desapareciendo para dar paso a una democracia madura, donde ningún actor político medio desorientado crea que recibiendo apoyo de las cúpulas ganará elecciones. Esto ya no es así.
A más tardar el 16 de septiembre Morena habrá designado a su coordinador nacional de los comités de defensa, como lo ha hecho en procesos anteriores y como se le llama hoy a los precandidatos. En pocas palabras, será el día de la Independencia cuando se dé a conocer a quién favoreció la votación popular en las encuestas y se defina así al virtual sucesor del Presidente López Obrador.
Definidas las reglas, los aspirantes firmaron una carta en la cual se comprometen a respetar los resultados, así como a renunciar de manera definitiva a sus cargos esta misma semana. El 15 de junio será el registro ante los órganos partidarios.
La noche en que se reunieron a cenar con el mandatario, quedó claro que los contendientes independientemente de los resultados, tendrán garantía de un lugar en el próximo gobierno, incluso el penúltimo y último lugares. Al segundo y tercero de la encuesta se le ofrecería ser coordinador de la campaña, coordinador de la bancada en alguna de las dos cámaras o sumarse al próximo gabinete presidencial.
Así desde el lunes, con reglas claras de juego, arrancó formalmente el proceso de sucesión presidencial que está orientado a evitar lo que ha venido pasando desde hace meses, donde algunos aspirantes se han lanzado por todas partes haciendo promoción personal como Dios les dio a entender, usando fondos de quién sabe dónde, llenando las calles con bardas pintadas, las redes con amenazas de sus fans y a los gobernadores organizándoles eventos. Esperemos que esto sirva también para que los ciudadanos que tienen preferencia por alguno de ellos puedan discutir proyectos, en lugar de mantenerse aventándose lodo a la cara.
Como dijo la actriz estadounidense Bess Flowers: “No echo a un lado mi ética y mis principios sólo para obtener un trabajo”.