Por:Rafael Redondo
@redondo_rafa
Luego de llevarse a cabo, una más, de las tradicionales marchas rosas, está vez, con gritos y consignas como, “Narcopresidente”, “Queremos democracia”, “Abajo la dictadura”, “No al Comunismo”. Montones, montones de palabras soeces (ojo, viniendo de boca de aquellos que, se creen los más refinados, los más cultos, los inalcanzables, los intelectuales, los rubios, los más cultos de la creación entera, los chicos exaTec, chicos Ibero o ITAMitas y, claro, la presencia de estandartes en inglés, en donde se leía, “Mexican Democracy is Dying. Send election observers”, en un claro llamado a un intervencionismo electoral. Sí, aunque usted no lo crea, los demócratas que ni saben qué significa el vocablo democracia, y tampoco el significado y la trascendencia de soberanía, gritando ayuda, obvio, a Estados Unidos. El Complejo del Conquistado, haciendo su tradicional aparición. Los carteles estaban escritos en un inglés muy básico, quizá, escritos por alguien con el mismo nivel de inglés que Xóchitl Gálvez. Qué extraño que a Lorenzo Córdova no le ofendan quienes hablan un pésimo inglés, y sí le ofenda una persona perteneciente a un grupo original. ¿Ya entendimos el nivel de incongruencia y malinchismo de estos personajes? Quizá también, estuvieron muchos quienes, tienen la manía, tan desagradable, de sacarse el chicle de la boca en público, y pegarlo debajo de la silla. No lo dudo en lo absoluto.
Asistieron, amantes de expresidentes, ex aviadores del Estado, evasores de impuestos, empleados de la burocracia dorada, léase, del Poder Judicial. La ultraderecha católica, brazo extremista de la iglesia que, sigue peleando por su posición de privilegio perdida desde la Reforma del siglo XIX, y no se resigna a aceptar que, en México, existe una separación de iglesia y Estado. Que detestan lo mismo a judíos, a indígenas, homosexuales y protestantes, o a cualquier otra creencia religiosa. Que no saben establecer una diferencia ente fe y superstición, justo el tema de mi pasado artículo. En fin, la intolerancia materializada. El colmo, fue la presencia y declaraciones de Margarita Zavala, acusando al gobierno de mantener alianzas con el narco. La cúspide del cinismo.
En la marcha rosa, fue evidente la presencia de dos tipos de personas:
1) Los damnificados del México en donde reinaba la transa, y, por otro lado,
2) Los menos pensantes y, por tanto, más influenciables por el discurso de los medios convencionales de comunicación. Muchos de ellos, la clase social extraviada, la clase wannabe.
Es importante subrayar que, en las marchas de este tipo, sobresalen los estertores de un modelo comunicativo, ya en decadencia debido a la transformación de la tecnología, pero, otrora capaz de imponer formatos culturales y hasta presidentes. Los medios convencionales de comunicación quienes, teniendo la capacidad de transitar favorablemente de un modelo a otro, no lo han logrado por propia decisión o incapacidad. El tránsito realmente no era tan complejo. En esta marcha, reina la añoranza de los tiempos en los que, una sola televisora, era capaz de deformar percepción y mentalidades.
1) Los damnificados de los tiempos de la tranza: aquí, están los líderes, los creadores del discurso torcido sobre la realidad mexicana, molestos por haber perdido sus fueros. El asistente más relevante en la marcha, el vocero oficial, Lorenzo Córdova, el clasista, el racista, quien fingía apartidismo trabajando en el INE. Quien nunca se quiso bajar el sueldo y que, hoy, dice que, está en peligro la democracia mexicana. Sin embargo, es vocero en un acto que, no existiría, si no hubiera democracia en México. La incongruencia personificada. A este personaje, en realidad no le importa la democracia en tanto que, ni se ha percatado que, existen 68 lenguas tradicionales en el país. Por ello, cuando escuchó a alguien hablando incorrectamente el español, porque su lengua materna es una lengua original, dice él, estuvo a punto de enviarlo a consulta con un psiquiatra. El demócrata selectivo: la democracia es solo para los “como nosotros”. Comicidad involuntaria.
Pero ¿De dónde sacan que, la democracia mexicana está en riesgo y hay quienes lo creen?
La reforma al INE enviada por el Ejecutivo al Congreso consiste en:
* Reducir gastos a los partidos y campañas políticas.
* Disminuir el número de diputados y senadores. Reducir a 300 los 500 diputados, y a 64 los 128 senadores.
* Reducir el número de regidores municipales.
* Evitar el uso excesivo de estructuras burocráticas electorales.
* Eliminar candidaturas plurinominales. (Que no sirven para nada).
* Propone que, los consejeros de organismos electorales, sean elegidos por voto directo. Es el mismo caso para los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Esta reforma, ¿propone desaparecer el INE? No. Aunque lo repitieron en la marcha.
¿El INE es perfectible? Obviamente.
¿Desaparece el Poder Judicial? Por supuesto que no. El Poder Judicial, es un poder, no un organismo del Estado. Aunque ahí, se resguarde la corrupción más recalcitrante. Si no lo creen, intenten resolver desde un divorcio, un juicio civil o penal, y se darán cuenta la cantidad de casos que, suelen resolverse por medio de fraudes procesales, contactos o mordidas.
El INE, es un órgano muy costoso. Además, si realmente confiamos en nuestra democracia y la claridad del funcionamiento institucional electoral, ni siquiera necesitaríamos un organismo encargado especialmente, de vigilar nuestras elecciones. Es decir, ir adelgazando al INE, será síntoma de que, el funcionamiento institucional electoral de México se aleja de la opacidad: a un INE reducido, una fortaleza en los procesos electorales. El INE existe, por la cantidad de tracalerías que se organizaban alrededor de las elecciones.
Detrás de estas marchas pseudo ciudadanas, están en realidad, los partidos del Frente (no sé ya su nombre completo), está su candidata a Xóchitl Gálvez, sus pifias cotidianas y los ridículos que comete un día sí, y otro también, que la mantienen en la lona en las encuestas. Están, los propagandistas de los medios de comunicación, está Claudio X González y seguramente, Diego Fernández de Cevallos, quien, se ha mantenido en las sombras durante esta precampaña, quizá para no perjudicar a Xóchitl Gálvez, o para moverle los hilos a Xóchitl Gálvez; pero, Cevallos sí apareció acompañando a Gálvez, en un evento de la Casa del Actor de la ANDA. La ultraderecha apoyando a Gálvez, asunto que ya no sorprende, pero, sí sorprende que intenten ocultarlo.
A la marcha iban, claro, los intelectuales como Krauze, Loaeza y seguramente Camín. En este apartado, aparece de nuevo la televisión, porque es gracias a la televisión que, personajes como Dresser, Camín, Aguayo, Curzio, Schettino, Bartra, Krauze, María Amparo Casar, el alfil de Claudio X, Zuckermann, y toda una pléyade de gente que, basta escucharlos hablar, para reconocer en ellos a un personaje normal. Algunos con grados académicos, pero, nada extraordinario o sobresaliente. Porque, seamos honestos, a Camín, le queda muy grande, el traje de Octavio Paz, de Juan José Arreola o de Carlos Monsiváis. Y es muy sencillo detectarlo. Simplemente, escuchando el hilvanado, estructura simple, y hasta vulgar en el lenguaje de Aguilar Camín, utilizando la palabra “provinciano” en sentido peyorativo. Él, nació en Chetumal, por cierto, no en una metrópoli como la ciudad de México, Londres o Nueva York (el intelectual wannabe). El nivel de Camín, contra el depurado e intrincado bordado del lenguaje de Paz, Monsiváis y Arreola, es como equiparar el preescolar, con un examen profesional de doctorado. Si no quieren leerlos, busquen videos de ellos en diversas conversaciones, y la diferencia salta a la vista. Nada, pero nada que ver con Aguilar Camín. Ya ni mencionar los textos burdos y frívolos, de Loaeza, comparados con la calidad de una Elena Garro. Eso sí, todos estos “grandes”, fueron impuestos por la televisión. Así como se nos hacía creer que Verónica Castro era una gran actriz o que López Dóriga era un gran periodista, o que Ana Martin era cantante, o que tal producto nos es indispensable, luego de una exposición reiterada, se convierten en una marca, en celebridades inalcanzables, en “los intelectuales”. De los intelectuales, se nos hizo creer que, ellos son los cerebros más relucientes de la nación. Como prueba, basta un botón: la bazofia pronunciada por Krauze papá, comparando su marcha, con el movimiento del 68. Más que genialidad, yo aquí, calificaría esta comparación con locura declarada.
¿Esta es la inteligencia mexicana? No creo. De ser así, el país ya estaría en la ruina cultural.
B) Los más influenciables: En este grupo están, aunque ellos lo nieguen, los cautivos de la televisión y la radio, de las telenovelas, de los programas de chismes. No importa si tienen título de la más inteligente del Carnaval de Veracruz. Fieles creyentes, como si se tratara de un dogma, de los periodistas patito (Desde Anabel Hernández, pasando por Aristegui hasta llegar a lo peor, Loret de Mola), por ello, no saben reconocer el fenómeno, “percepción vs evidencia”.
De entrada, un periodista genuino, difícilmente logra acumular dinero y colocarse al nivel de un millonario moderado. La mayoría de las veces, esto se logra creando miles de compromisos, endeudándose con alguien. Chayote pues. Ser amigo, deudor o fan de quien debes denunciar públicamente, anula tu ética, acribilla tu profesión. Esto, va más allá de la línea editorial. Los compromisos, los convierten en publicistas, en vulgares hacedores, replicadores de propaganda.
En los comentarios que lanzaba este grupo B que asistió a la marcha, están los que creen que, ser rubio, aunque sea producto del peróxido, los convierte en inteligentes. Por vivir en la Del Valle, se sienten superiores, como si vivieran en Las Lomas de Chapultepec. Por ganar un buen sueldo, creen que pertenecen a las familias más adineradas del país. Creen en la vida cliché del millonario, porque lo vieron en las telenovelas. Curiosamente, las historias que presentan las telenovelas, las escriben quienes no tienen ni idea cómo vive un millonario de verdad. Las telenovelas mexicanas nunca han sabido recrear la vida cotidiana de los adinerados, porque no ha sido necesario. Porque las telenovelas, no están hechas para gente que se cuestione. Por eso, crean clichés, arquetipos burdos de gente que, pasa los días tomando café, peleando por herencias o asesinando gente. Por eso, crean personajes ñoños, con psicologías muy pobres, pero con un sonsonete peculiar al hablar, como Mía Colucci, y después, ves a personas reales en estas marchas, hablando como Mía Colucci, en un vano intento por aparentar pertenecer al mundo del 1%.
Este grupo, no manifiesta el menor escrúpulo, la menor delicadeza, para lanzar cualquier cantidad de barbaridades. Decían que, estamos en camino al Comunismo. Muy cultos, pero, no conocen el concepto de Estado de Bienestar de John Maynard Keynes que, no tiene absolutamente nada que ver con Comunismo. Decían que, ya no hay millonarios en el país (¿En serio? Pues ¿no que ellos son los ricos McPato?). Con acento arrastradito y gutural, porque creen que así se es “nice”, decían que, sereeerrmos prontooooo como Venezuelaaaaaa, gooooooey. Títulos y grados académicos fallidos, por culpa de la arrogancia, el racismo y el clasismo. Por educarse viendo telenovelas o con programas de chismes. Por perder el tiempo con videojuegos y después, querer parecer intelectual. Piden que, se vaya Morena a Cuba. No entiendo la relación. Se perdieron el episodio donde México ya, es la economía número 12 del mundo, muy por encima de España. Claro, estaban viendo la biografía de Gloria Trevi o La Casa de los Famosos. Una de entre los montones de señoras católicas que se reunieron en la marcha, rezaban para que AMLO se vaya al infierno. Lo bueno que, son bien católicas. Una vez más, comedia involuntaria.
Los que, creen en un artículo que publican los periódicos mexicanos, con argumentos de Loret de Mola y de la digna sucesora de Paty Chapoy, Anabel Hernández, donde se señala que, el presidente tiene contactos con el narco, cuando no hay una sola evidencia en la investigación realizada por la DEA que lo demuestre. Bueno, este grupo tampoco se va a tomar el tiempo para leer un documento en inglés. Pero, eso sí, hacen la afirmación con vehemencia. Sin pruebas. Esta gente poseedora de una elevada estatura en sandeces que, además, tienen el valor de afirmarlo con una arrogancia insultante. Como algún asistente a la marcha quien, dijo, estamos viviendo el umbral del Comunismo. Tres Doritos después, dijo, aunque los de Morena son tan ignorantes que, no tienen ni idea qué es Comunismo porque nunca han leído a Marx. Qué bueno que, él tampoco lo ha leído, es evidente. Salta a la vista que, este grupo es el acarreado al evento, son manipulados y no se dan cuenta, poseen un nivel de analfabetismo severo, no importa su título del ITAM o del Tec de Monterrey. Las instituciones educativas, no hacen milagros. Cuando no hay madera, ni yendo a bailar a Chalma.
Agreguemos que, hay 2 vías para obtener conocimiento:
1) Empírico. Hay personas que no tienen oportunidad, por el motivo que sea, de tener instrucción académica. Sin embargo, eso no significa que estén muertos. Todos, debemos atravesar experiencias duras en la vida, y eso, nos regala aprendizaje y sabiduría. Señores pseudo intelectuales que tanto se burlan de la frase “el pueblo es sabio”, la gente de la base de la pirámide suele atravesar por problemáticas especialmente complicadas que, les regalan un nivel muy refinado de sabiduría, contrariamente de quienes viven en el privilegio, sobre protegidos desde la infancia. Si el conocimiento se obtuviera solamente en la educación formal, en la academia, personajes como El Chapo, ¿necesitaron un título del Tec o de la Ibero? Eso sí, durante años, este hombre trajo a varios grados académicos y a autoridades en jaque. Hay otros, que presumen ilustres grados académicos (no te sientas aludido, Leo Zuckermann), pero viven de repetir boberías. Es decir, un título no quita lo tarado.
B) Académico: Es el conocimiento obtenido por un instructor. Pero, un grado académico no siempre es garantía de ausencia de analfabetismo. Existe un grupo de personas que, pese a sus ilustres maestrías o doctorados en las universidades más prestigiadas del país o del extranjero, llegan a un punto en que, se creen tanto el rol de “soy la última Coca-Cola del desierto” que, se alejan de la realidad al grado de terminar grabados en un audio, hablando pestes de una persona perteneciente a un grupo originario, como hay millones en México, burlándose porque esa persona, posee un acento perteneciente a alguna de las lenguas originales del país, y a este personaje, el acento le pareció un insulto, le pareció carencia de inteligencia, así que, el tipo se burló y manifestó que, lo desquició. A este personaje, completamente analfabeta de la realidad, del país en el que vive, además, ocupando un cargo público. Me refiero, claro, a Lorenzo Córdova. Pero, le sucede lo mismo a Dresser, a Schettino, a Aguayo y a otros muchos, aunque no aparezcan en la televisión; es decir, si no confrontas tus grados académicos con la realidad, con tu realidad, tu título bien puede servir de tapete para el gato. Hay personas ansiosas por pertenecer a un grupo diferente al suyo, seducidos por pasar la vida, viendo más verde el jardín del vecino. Por eso, por no confrontarse con la realidad, no importa su paso por la academia, viven dentro de un analfabetismo tácito.
En esta marcha rosada, estuvieron aquellos que, realmente perdieron fueros, que se acostumbraron a vivir de la transa, los que mueven los hilos y, por otro lado, están los más influenciables, con mucha arrogancia y sueños de grandeza, pero, educados con la televisión. Bastante analfabetas y por ello, susceptibles de creer en habladurías y chismes, no en la evidencia, ni en la verdad jurídica. Eso sí, ambos, se creen lo que no son: ni son intelectuales, ni son fifís. Ambos grupos están tan ardidos, rosados de, “salva sea la parte” que, bien podrían ostentar un apellido de abolengo, como “De la Colina”. Los Rosados De la Colina.