Desde la seguridad que brinda un edificio amurallado, Azucena Uresti, lectora de noticias en Milenio, arremetía contra el gobierno del presidente López Obrador, por la colocación de vallas metálicas en torno a edificios y monumentos públicos.
Que Palacio Nacional y calles principales del centro histórico de la Capital, fueran resguardados por elementos femeniles provenientes de la policía de la Ciudad de México, la Guardia Nacional, Marina y Ejército, le pareció un exceso.
Horas antes había colocado un mensaje en Twitter, donde manifestaba su reprobación a esta medida, argumentado que no debía haber militares cuidando el orden, en una manifestación feminista pacífica.
Resultó muy cómodo para la lectora de noticias (porque trabajo periodístico en realidad no hace, delegando esa función a lo que ella llama “su equipo”), hablar de excesos en el resguardo de otros edificios, mientras el personal de Milenio disfrutaba de la seguridad que brindaban las vallas metálicas que el diario solicitó al gobierno de la Ciudad de México, para proteger sus instalaciones.
Hoy el presidente López Obrador, en la conferencia mañanera, hace referencia a este episodio, como una clara muestra de la contradicción que existe dentro del periodismo nacional, entre lo que se dice y lo que se hace.
Criticar en otros, lo que en tu caso vez como algo natural, o como un derecho especial que te corresponde.
Las oficinas de Milenio no fueron blanco de los ataques del “bloque negro”, infaltable en toda manifestación feminista. Las vallas colocadas alrededor del edificio, estaban por demás, pues la violencia de este grupo está dirigida con especial atención a los edificios, estructuras y monumentos públicos.
Ahí sí se presentaron actos de vandalismo, que justificaron la presencia de las vallas metálicas.
Palacio Nacional fue objeto de un ataque que tenía por finalidad ingresar al interior del edificio, o por lo menos, realizar el mayor destrozo posible en su fachada. Las estructuras de protección colocadas frente a las puertas principales, evitaron que las integrantes del denominado “bloque negro”, pudieran alcanzar su propósito.
El presidente López Obrador habló hoy sobre las manifestaciones realizadas en el país, en conmemoración al Día Internacional de la Mujer. Se dijo satisfecho con el saldo blanco que arrojan los eventos realizados.
También señaló que la violencia que se dio en las afueras de Palacio Nacional, fue generada por un contingente a apenas unas 500 personas. Las decenas de miles de mujeres que asistieron a la marcha, participaron de manera pacífica, resguardadas por las integrantes de los cuerpos femeniles de seguridad.
Y dice algo más el presidente.
Los grupos violentos tenían una consigna que no pudieron cumplir.
“A los opositores les hubiera gustado mucho ver en llamas el edificio de la Catedral Metropolitana y el de Palacio Nacional. Que las imágenes de violencia extrema aparecieran en las primeras planas de los principales diarios nacionales y extranjeros. Afortunadamente, las vallas metálicas y el excelente trabajo de los cuerpos de seguridad femeniles, impidieron que esto sucediera”.
La protesta de Azucena Uresti, descalificando la participación de mujeres pertenecientes a la Guardia Nacional, Ejército y Marina, carecía de base sólida. No correspondía a la experiencia vivida por los ciudadanos de la capital, en marchas anteriores, donde se registraron hechos violentos que no solo dañaron propiedad pública y privada. En esas ocasiones se dieron casos de personas agredidas físicamente por las integrantes del “bloque negro”.
Las “murallas” que Milenio pidió para protección de sus instalaciones, fueron de nula utilidad. No hubo asalto al edificio. Pero aquellas colocadas en torno a Catedral y Palacio Nacional, sí cumplieron con una función de disuasión evidente.
Azucena Uresti ha sido señalada en repetidas ocasiones en la conferencia mañanera, por su proclividad a la difusión de noticias falsas.
En varias ocasiones se ha mencionado su nombre y su trabajo en el “Quién es quién en las Mentiras”.
En una de las notas que se le critican, da
por cierto que la policía de un municipio en Veracruz, “tortura” a una persona, dándole de tablazos en las nalgas desnudas. Es desmentida poco después por las autoridades del Estado.
En otra mañanera es señalada por difundir información sobre la presunta desaparición de dos jóvenes en Michoacán, a manos de la Guardia Nacional. Elizabeth Vilchis deja en claro que no hubo tal detención o secuestro, de acuerdo al reporte de las autoridades y tampoco se presentaron denuncias por la desaparición de dos jóvenes. Ninguna familia se presentó ante la autoridad, para reportar la desaparición de algún familiar.
Azucena Uresti fue parte del coro periodístico que dio amplia difusión al montaje preparado por Claudio X González, vía su organización “Mexicanos en Favor de la Corrupción”, después de que esta “investigación” fuera publicada por Carlos Loret de Mola y Carmen Aristegui.
Hoy, Azucena Uresti se inconforma en redes sociales, porque el presidente dice en su conferencia mañanera que ella es parte integrante del grupo de periodistas que atacan en forma permanente al gobierno.
Ayer estaba protegida detrás de una valla, mientras se quejaba de las “murallas” que daban protección a otros edificios.
Protestaba por la “militarización” de una marcha pacífica, donde al final, esos cuerpos de seguridad consiguieron que el evento arrojara un saldo blanco, a pesar del pequeño grupo violento que intentó dañar e ingresar a Palacio Nacional.
En Twitter, postea un mensaje en donde pide al presidente López Obrador, que presente pruebas sobre su sometimiento a intereses de grupos de poder que le dan línea periodística. De inmediato, las granjas de bots opositoras replican el mensaje. Cuentas de reciente creación y con muy pocos seguidores, son el respaldo a su queja.
No faltan las “amiguis” de siempre, como Dolia Estévez y demás, que hace poco se decían parte fundamental del “Todos Somos Loret” y que hoy se suman a su causa.
¿Azucena Uresti quiere pruebas de su evidente inclinación conservadora y del periodismo golpeador que practica a diario en contra del gobierno de la Cuarta Transformación?
Es fácil que las obtenga y para eso, no necesita la intervención del presidente.
Que se eche un clavado a sus notas escritas y a los videos del pasado reciente. Que cuente la proporción de notas a favor y en contra del gobierno, que ha publicado.
Y que ella misma compruebe que es parte del periodismo de corte conservador, que miente a diario, para cumplir con la agenda desinformativa que impulsan los grupos opositores.
La noticia es la noticia. Pero la verdad es la verdad.
Aunque duela.
Malthus Gamba