Las alianzas ‘X’, están condenadas al fracaso
En la opinión de Elí González
@calacuayoMX
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se enfrenta al mayor descalabro de su historia. La crisis de credibilidad en ese instituto político es la peor en su historia, después de los sexenios de extrema corrupción, la dirección del partido no quiere abandonar sus viejas prácticas y como consecuencia, se está desmoronando.
Miles de militantes, líderes regionales y políticos con cargos, incluyendo legisladores en los estados, abandonan al partido, huyendo de la tormenta que ya tienen encima, para encontrar tierra firme donde resguardarse. Para muchos, el partido de toda su vida, como lo han descrito, se hundió y no hay manera de salvarlo.
La cortina está por bajar, y el único responsable, señalan los que huyen, es su dirigente nacional, Alejandro Alito Moreno. Quienes se han quedado han optado por bajar la mirada y apelar a la lealtad del jefe. Solo unos pocos aún entre sus filas se animan a calificar esta como la peor y más profunda crisis que haya tenido el partido en sus casi 100 años de historia.
Apenas otras 320 personas, lideradas por cuatro senadores, han también abandonado al PRI. Entre ellos, Miguel Ángel Osorio Chong, Con él se fueron otras figuras que jamás hubieran imaginado sus vidas fuera del PRI, pero que hoy tienen que abandonarlo, ante las alianzas de fracaso, y las corruptelas de su dirigente.
Se fueron también, Eruviel Ávila, el exgobernador del Estado de México, la entidad que le erigió dentro de la formación; o la senadora Claudia Ruiz Massieu, que dirigió el partido al igual que lo hizo su padre, José Francisco Ruiz Massieu antes de que el mismo partido lo matara; 150 militantes del Estado de Hidalgo también se fueron.
El PRI, ya venía enfermando desde el sexenio de Peña Nieto, pero el nombramiento de Alejandro Moreno vino a matarlo. Cuando Alito se hizo con la presidencia, empezó a operar la eutanasia. Francisco Labastida, ex candidato presidencial en 2000, dijo que Alito, acabaría con el PRI, y así fue.
En las elecciones de 2021 perdió representación en las dos Cámaras del Congreso y salió derrotado en las 15 elecciones a gubernaturas. El año siguiente, solo retuvo un Gobierno estatal, Durango, de los seis que se elegían. El pasado junio retuvo Coahuila, pero perdió su histórico bastión, el Estado de México.
El círculo de Moreno ha defendido la idea de que “se vayan los viejos” y que eso abre la puerta a una nueva generación supuestamente menos marcada por la corrupción. Algo totalmente irrisorio, pues el dirigente nacional florece de corrupción.
Cada vez son más las voces priistas que reconocen que la difícil situación tiene una explicación en la falta de una autocrítica. Labastida le llama “la crisis de los errores y los excesos”, que se gestó, creció y explotó por no haber hecho durante años lo que tenían que hacer: “Meter a la cárcel a quienes se robaron dinero”.
Y en definitiva, el PRI es un tumor cancerígeno que se expande en cuerpo de cualquier alianza, noticia que afortunadamente beneficia a morena, ya que la alianza de don Claudio X González, está condenada a morir por la expansión del cáncer que tiene dentro.
Las alianzas X, están condenadas al fracaso y no hay adulto dentro, que se pueda dar cuenta.