Las agresiones de la oposición

Por: Pablo Meléndez
@jpms1500

El pasado 19 de abril la oposición mostró un nuevo nivel de violencia y desprecio cuando las congresistas panistas Lilly Téllez, Xóchitl Gálvez y Kenia López Rabadán interrumpieron la ceremonia de entrega del premio Belisario Domínguez a Elena Poniatowska, convirtiendo el evento en una triste representación de rencor contra los asistentes del gobierno nacional.

Desde que inició el gobierno de la 4T, la oposición ha mantenido una postura agresiva hacia los grupos gobernantes, faltando al respeto a los símbolos patrios y a las investiduras de la presidencia y el congreso. Esta actitud ha alcanzado niveles alarmantes y afecta profundamente el sentido de ser mexicano.

Tanto es así que los representantes de estos grupos se han burlado del llamado a cerrar filas frente a las amenazas extranjeras, que ha solicitado AMLO; cosa que aplaudieron en el 2 de diciembre del 2012 cuando a petición de Peña Nieto, los tres partidos promovieron el “Pacto por México” que ayudó a privatizar la energía y la educación, así como crear el outsourcing.

Hemos presenciado como mexicanos han arriesgado su integridad física para evitar que la bandera nacional toque el suelo en el Zócalo (15 de noviembre de 2019), consideramos héroes a quienes defienden y protegen a las representaciones de la nación.

Pero no todos los mexicanos mantienen este respeto a las representaciones del pueblo mexicano como quienes han tomado la bandera y la han pisoteado; el pasado 14 de noviembre de 2019 un grupo de encapuchados tomó la bandera y la destruyó dentro de las instalaciones de Ciudad Universitaria.

Acciones que asemejan a la falta de respeto a la insignia nacional de Santiago Creel al impedir el paso de la bandera mexicana al congreso y mantenerla en el pasillo como si no tuviera importancia (1 de febrero de 2023), permitiendo meses después que un líder extranjero (Zelensky, presidente de Ucrania) diera un discurso de guerra en el congreso mexicano (20 de abril de 2023).

La práctica habitual es que solo los miembros de la Cámara de Diputados, los funcionarios nacionales y los invitados especiales, como jefes de estado o representantes de organismos internacionales invitados por el presidente de la república, pueden tener acceso al estrado de la Cámara de Diputados para hablar durante las sesiones legislativas. Sin embargo, los congresistas del PAN ya han violado esta norma en el pasado, firmando la llamada “Carta de Madrid” junto al partido ultraconservador BOX, un partido considerado de corte nazi por su racismo y clasismo (2021).

Todo lo anterior es sólo una pizca de la violencia que han mostrado la oposición y la rabia que sienten por no tener el control nacional del pasado, habría que sumar las múltiples ocasiones en las que los líderes de la facción han hecho representaciones y han instigado para fomentar la violencia para provocar una acción de magnicidio en contra del presidente de la república.

Del mismo tipo son las amenazas que diferentes miembros de la oposición han manifestado el deseo de crear una lista de cada miembro del partido MORENA, con la intención de tomar venganza contra ellos.

La postura de violencia de la oposición hacia los grupos gobernantes en México se ha convertido en una preocupación nacional y requiere atención inmediata. La falta de respeto hacia los símbolos patrios, la investidura presidencial y la práctica legislativa establecida es un reflejo del desprecio hacia la democracia y la libertad que tanto valora la sociedad mexicana.