Después de una profunda reflexión, he llegado a la conclusión de que, aún con su deplorable nivel, es necesario este tipo de oposición. Y no es que lo merezcamos, pues nos hace falta una verdadera contra propuesta objetiva, propositiva, con proyecto y no la que tenemos, reducida a memes y paparruchas, sin liderazgo ni planteamientos serios.
Pero requerimos la presencia de esta oposición con este nivel, se necesita a Felipe Calderón con sus noticias falsas y su ejército de bots, a Fernando Belauzarán y sus absurdas opiniones, al vulgar y prosaico Javier Lozano insultando a propios y extraños o a Gilberto Lozano, el eterno perdedor irrelevante.
Son de utilidad porque la cuarta transformación debe mantenerse real y verdadera, siempre honesta, y por ello es imperativo tener un medio de contraste, recordarnos en todo momento de donde estamos saliendo, la razón por la cual se votó mayoritariamente por el cambio. Ellos son la viva imagen del antiguo régimen de privilegios y prebendas. El gran capital en contubernio con lo peor de la política nacional nos impuso a los personajes mas detestables y corruptos que pululan en el ámbito publico.
La sabiduría popular nos indica que el pueblo tiene corta memoria y por ello se hace necesario un constante, pero sobre todo contrastante recordatorio del infame trabajo que hicieron los gobiernos neoliberales.
Si, esta oposición de ínfimo nivel es necesaria, como también es muy necesario contestarles, confrontarlos, desmentirlos, evidenciarlos. Es nuestro deber hacerlo, no porque estos personajes junto a todos los de su calaña escuchen o podamos cambiar su parecer, sino por aquellos desorientados y desinformados, por aquellos manipulados que odian a Obrador sólo porque está de moda o porque les alienta sus aspiraciones de pertenecer a una clase social en la que nunca serán admitidos.
Entre esos seguidores orgánicos hay, sin duda, aquellos cuyos intereses han sido tocados y tienen una autentica animadversión a la transformación pues ya no pueden corromper ni corromperse, porque ya no reciben mal habidas prebendas o dejaron de hacer negocios al amparo del poder. Pero también están algunos ciudadanos que simplemente han sido víctimas del embate inmisericorde de manipulación desde los medios y las redes. A ellos nos debemos dirigir e intentar mostrarles una realidad que les es negada por el constante y permanente bombardeo de noticias falsas, mentiras, descontextualizaciones y un sinfín de perversidades mas. Ellos merecen la oportunidad de poder formarse una opinión propia, fundamentada y no manipulada.
Quizá así logremos impulsar lo que los actuales políticos, comentócratas y analistas contrarios a la cuarta transformación han demostrado ser incapaces de hacer: una verdadera oposición.