La guerra de Israel contra Palestina
Textos y Contextos
Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera
Lo dice Amnistía Internacional: “Desde 2007, Israel ha impuesto a la Franja de Gaza un bloqueo aéreo, terrestre y marítimo que castiga colectivamente a toda su población”.
En junio, la misma ONG publicó su investigación sobre la ofensiva de mayo de este año contra la Franja de Gaza, en la que concluía que Israel había destruido ilegalmente viviendas palestinas, a menudo sin necesidad militar, en lo que equivale a una forma de castigo colectivo contra la población civil.
“En su informe de febrero de 2022, Amnistía Internacional expuso cómo las fuerzas israelíes habían cometido en Gaza (así como en Cisjordania e Israel) actos prohibidos por el Estatuto de Roma y la Convención sobre el Apartheid, como parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil con el objetivo de mantener un sistema de opresión y dominación sobre los palestinos, constituyendo así el crimen de lesa humanidad de apartheid”, sentencia Amnistía.
Hay que dar un contexto grande porque así, grande, es la hipocresía de la comunidad internacional que, como siempre, magnifica lo que le conviene e ignora lo que le molesta. Si bien es cierto que cualquier ataque contra civiles es ruin, como el que ejecutó Hamás desde Gaza y dejó unos 300 fallecidos israelíes, además gente secuestrada, es un hecho atroz que para los palestinos es cuento de nunca acabar.
El analista de Oriente Medio Avi Issacharoff dijo al Times of Israel que el ataque sin precedentes contra Israel por tierra, mar y aire es un punto de referencia involuntario para las relaciones entre Israel y Hamas, tan significativo como los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos; sin embrago, los palestinos, desde 1948 que se instauró el Estado de Israel, todos los días enfrentan el terror psicológico de la incertidumbre ante si habrá o no ataques en su contra; desde aquel año, han perdido ya más del 90 por ciento de su territorio, según la organización Palestina Libre.
Lo dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar: Israel “es el único responsable de la actual escalada debido a sus continuas violaciones de los derechos del pueblo palestino, incluidas las recientes y reiteradas incursiones en la Mezquita de Al Aqsa bajo la protección de la Policía israelí”.
Asimismo, pidió a la comunidad internacional el “presionar a Israel para que cese en sus flagrantes violaciones del Derecho Internacional, que cumpla las resoluciones internacionales y respete los derechos históricos del pueblo palestino” y exhortó a Israel a que “estos hechos no sean un pretexto para comenzar una guerra desproporcionada contra los civiles palestinos de Gaza”.
Pero Israel no necesitó pretextos nunca, porque en el mundo hay, para el sistema, ciudadanos de segunda o hasta de tercera. En 2008, Israel emprendió la operación Plomo Fundido, un ataque meses después de que Hámas se hiciera con la Franja de Gaza; el saldo de muertes fue 13 israelíes y mil 400 palestinos, entre los cuales, claro, había civiles: niños, ancianos, mujeres.
En 2012, Israel aplica la operación Pilar Defensivo: 170 palestinos muertos contra seis israelíes fallecidos. En 2014 se lanza la estrategia Margen Protector: 2 mil 251 palestinos muertos versus 74 de Israel, y en este último cerca de 55 mil casas en Palestina fueron alcanzadas por los bombardeos israelíes y unas 17 mil 200 quedaron destruidas, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Es desproporcionado el asedio israelí contra Palestina y se magnifica la defensa de la misma, sin entender que en esta guerra que declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ya hay un ganador desde hace muchos años, porque está jugando con la ventaja enorme de ser aliado de las potencias militares más grandes del planeta.
Por cierto, Israel, que vivía un clima de protestas contra su primer ministro, al cual se le acusa de dictador por querer quitar facultades al poder Judicial para adjudicárselas al Ejecutivo, transformará seguro su situación actual y Netanyahu terminará como un héroe que podría gobernar otros varios años… ¿es coincidencia? Al final, eso de fabricar situaciones para justificar ataques a los aliados de dicho Estado se les da perfecto…
La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, aseguró ante las recientes agresiones que “Israel tiene nuestra completa solidaridad y el derecho a defenderse contra el terror”: las potencias arengando la guerra, una industria millonaria con creces, como si el conflicto hubiese empezado ayer e Israel no hubiera provocado ya reacciones violentas. ¿Palestina no tiene, según esa lógica, derecho a defenderse? ¿Hamás es un grupo terrorista, pero, lo que hace Israel no es terrorismo de Estado? ¿No sería mejor llamar a la paz?
El mismo Nobel de Literatura, José Saramago, afirmó alguna vez que lo que el Estado de Israel le está haciendo al pueblo palestino es muy similar a lo que sus antepasados judíos sufrieron en el holocausto. El ataque que Hamás perpetró contra Israel no puede legitimarse o apoyarse de ninguna forma, pero será el pretexto perfecto para que el gobierno de Netanyahu, que ya prometió cobrar un “precio enorme”, realice las mismas acciones, potenciadas a exponenciales inimaginables: morirán, otra vez, niñas, niños, ancianos, mujeres, hombres inocentes y habrá, todavía más, refugiados que, como no son ucranianos, ningún país recibirá con gusto.