LA GRAN TRAGEDIA FACHA
De esto no hablan los medios masivos de manipulación, pero esta semana, el embajador norteamericano en México, Ken Salazar, declaró públicamente que al gobierno de Estados Unidos, le interesa que México cuente con un sistema de justicia confiable, que pueda respaldar el esfuerzo que mutuamente hacen los gobiernos mexicano y norteamericano, para reducir el tráfico de drogas y personas, que se da a lo largo de la frontera en común.
Y no solo eso. Agregó que el actual sistema de justicia en México, es deficiente, porque de manera continua, impide la extradición de delincuentes solicitados por autoridades norteamericanas, además de liberar a peligrosos traficantes y criminales, que causan mucho daño en ambos países.
La información al respecto no fue comentada en las dos principales cadenas televisivas del país. Tampoco en la radio y prensa impresa. Fue en las redes sociales donde más atención mereció estas expresiones del embajador Ken Salazar.
El apoyo extranjero, tan solicitado y esperado por la derrotada oposición mexicana, no llega. Y cuando aparece, sirve para poco o nada.
Durante la campaña por la presidencia del país, estuvo en tierras mexicanas la marquesa Cayetana Álvarez de Toledo, militante de la ultraderecha española. Esta representante de la realeza ibérica, habló pestes sobre el populismo. Descalificó al gobierno del presidente López Obrador y pidió a los mexicanos no votar en favor del “populismo”
Nadie atendió su llamado. La derrota del conservadurismo fue total.
Esa misma oposición, hoy en franco retroceso, solicitó la participación de personal de la OEA, para que diera testimonio de cualquier posible fraude en el proceso electoral que llegaba a su punto culminante el día de la elección- Y la OEA brindó el apoyo solicitado. Estuvo al pendiente de lo que ocurrió días antes de la elección, el día de la votación y el conteo de votos que dieron los triunfos mayoritarios a Morena y aliados. La OEA declaró oficialmente, que se trató de un proceso electoral limpio, libre de cualquier sospecha de fraude.
Observadores de gobiernos y organizaciones de distintos países, fueron testigos de esa limpieza electoral.
Felicitaron de inmediato a la virtual presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo y reconocieron el trabajo realizado por el Instituto Nacional Electoral.
El desastre que vivió la derecha mexicana, donde los triunfos electorales obtenidos fueron pocos, fue acompañado por otro de igual de igual naturaleza, al no obtener el respaldo internacional necesario para armar una campaña periodística nacional e internacional, acusando al gobierno de nuestro país y a la coalición de izquierda, de haber preparado un fraude electoral, visible para los observadores independientes que siguieron la jornada.
El gobierno que encabezará la próxima presidenta Claudia Sheinbaum, tiene una legitimidad incuestionable.
Por todo lo anterior, las declaraciones que hace Ken Salazar, afirmando que la Reforma al Poder Judicial que se prepara en México, es vista con simpatía por el gobierno norteamericano y que su país respetará la consulta y Parlamento Abierto donde se discutirá la misma, es la puntilla que recibe una oposición que aún mantiene la esperanza de salvar dentro del Poder Judicial, a la clase privilegiada que lo conforma y que juega con la Ley para favorecer los intereses de los dueños del capital mexicano.
La oposición se queda sola. Sin apoyo de la mayoría de los ciudadanos mexicanos. Sola con sus medios de manipulación a quienes, a estas alturas de la transformación, pocos atienden. Sola con intelectuales pertenecientes a un supuesto “círculo rojo” que solo en su imaginación mantiene control social. Sola sin el aparato de poder político, que ha ido perdiendo a lo largo de estos seis años de gobierno del cambio.
Para frenar la Reforma al Poder Judicial, la clase conservadora apuesta todo a su última carta. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Ese espacio de decisión final, va a validar inapelablemente, la calificación de cada elección aprobada inicialmente por el Instituto Nacional Electoral. Y es ahí donde se definirá si la mayoría calificada de Morena y sus aliados, es legítima o no.
En ese aspecto, no hay mucho que estudiar o interpretar, dado que la Constitución Mexicana habla de tope de legisladores en el Congreso, donde se limita el número máximo en cada partido político.
Eso está claro. No pueden rebasar el 8% de lo obtenido en la elección. Y eso se ha respetado en procesos anteriores. Cada partido político, se ajusta a lo que dice la Ley. Pero también queda claro que la Constitución no limita en manera alguna a las coaliciones. Es decir, que el tope máximo contempla exclusivamente a los partidos en lo individual. Y cada partido en lo individual, lleva su número de diputados obtenidos a la coalición y al Congreso. La figura de las coaliciones no está regulada en ese sentido y por lo mismo, elección tras elección, se respeta el criterio de un límite máximo para cada partido político. No para las coaliciones.
Hoy que la oposición es fuerza minoritaria en el Congreso de la Unión, quiere que se cambie la interpretación de la Ley, dando una lectura distinta a lo que ellos mismos han aceptado e incluso aprobado en el pasado.
Su obsesión en ese sentido, obedece al hecho de que, contando con esa mayoría calificada en favor de Morena y sus partidos aliados, la Reforma al Poder Judicial, es casi un hecho consumado. Los votos de Morena y demás integrantes de la coalición de izquierda, serán suficientes para aprobarla. La oposición ni las manos podrá meter.
La gente de Claudio X González y el PRIAN, cuentan en este momento con el respaldo de los medios de manipulación norteamericanos. Pero no con el apoyo del gobierno de Joe Biden. A los norteamericanos no les afecta un cambio en el sistema de justicia mexicano, porque han comprobado que las acciones del gobierno del presidente López Obrador, están creando un clima de seguridad empresarial y financiera que conviene a los grandes capitales. Por eso no apoyan a la derecha mexicana en esta defensa del último reducto de la corrupción institucional en nuestro país.
Lo que sí resulta evidente, es que este nuevo juego sucio conservador, ha permitido a grupos financieros en varios continentes, especular con la moneda mexicana para obtener ganancias fáciles, a costa del peso. Al resto de las naciones en el mundo, les vale un cacahuate si el Poder Judicial en nuestro país se depura o no. Lo único que han visto, es que nuestra oposición abre una ventana de oportunidad, para especular y hacer dinero fácil a costa de nuestra moneda.
Los únicos interesados en que no muera la corrupción dentro del sistema de justicia en México, son quienes han permitido por décadas, que la justicia se venda al mejor postor y nunca al ciudadano que legítimamente la solicita. Y para conservar las cosas tal y como están, vemos a una oposición como siempre, dispuesta a todo, con tal de mantener sus privilegios y negocios sucios.
Pero hoy afortunadamente, hay mucho Pueblo para enfrentarlos.
Malthus Gamba