Intelectuales financiados por EPN, hoy son críticos de AMLO ¡PORQUE SE LES ACABÓ EL NEGOCIO!
Muchas de las fundaciones, organizaciones y asociaciones que vemos muy enojadas últimamente con el gobierno actual, encierran en sus entrañas oscuros propósitos, o por lo menos orígenes bastante alejados de promover la cultura, la educación, apoyar a los necesitados o atacar la corrupción, sino que más bien son fachadas para ocultar la sed de dinero, de sus fundadores.
Analicemos una de ellas que dice ser una asociación civil, supuestamente apartidista, por supuesto sin fines de lucro, formada por personas reconocidas, como dice en su propia página, de alto perfil, de esas que no se mezclan nunca con los pobres, ni recorren todos los municipios del país, ni comen en fondas, ni se transportan por tierra para no tener que involucararse en las necesidades de la gente común.
Esta asociación llamada Signos Vitales, que dentro de sus objetivos pretende recolectar información fidedigna e independiente sobre variables claves de la vida económica, política y socio cultural del país; hacer reportes de problemas inminentes y divulgarlos local e internacionalmente; también dice ser algo así como un faro que ilumine el rumbo de México en asuntos como viabilidad, armonía social, derechos humanos, democracia y libertad que pudieran correr peligro y que entre su destacado Comité de especialistas podemos encontrar a ex funcionarios de los gobiernos de Zedillo, Calderón, Fox y Peña, así como integrantes de otras organizaciones civiles.
Lo notable de esta asociación, es que la mayoría de sus integrantes se ha visto involucrado en tráfico de influencias y contratos multimillonarios.
Como muestra, de acuerdo a una investigación realizada por el periodista Alvaro Delgado, al menos 15 de los 44 integrantes de Signos Vitales, recibieron mediante consultorías y empresas de las que son integrantes, por lo menos 188 contratos públicos por más de 780 millones de pesos de dependencias del Gobierno del priista Peña Nieto y 95 de esos contratos los obtuvieron cinco de los fundadores de esta asociación, acumulando casi 732 millones de pesos, es decir, casi el 94% del total.
El grupo de los 44 integrantes de Signos vitales, están relacionados con una red de 90 empresas, de las cuales son accionistas en 75 de ellas, con posiciones que van desde accionistas, miembros de consejos de administración o consejos ejecutivos, presidentes o directores generales. Esta información se puede corroborar en la Plataforma Nacional de Transparencia y en el Portal de Obligaciones de Transparencia, aunque hay otras 15 empresas ligadas a esta asociación mediante lazos familiares directos.
De todo este complejo tejido de relaciones públicas y privadas entre miembros de gobiernos anteriores que dejaron de ser beneficiadas en el actual gobierno, se desprende este nuevo grupo de distinguidos miembros de la sociedad, que en la actualidad buscan desenfrenadamente arremeter contra el gobierno más legítimo de la historia de nuestro país y el proyecto de la Cuarta Transformación, que los ha dejado sin capacidad de maniobras fuera de la legalidad.
Se entiende su desesperación y su enojo.
Hoy los mexicanos vemos cómo esos reyes millonarios de otros tiempos, que fueron valientes, poderosos, pretender disfrazar su necesidad de permanencia en el poder, con un halo de bondad e interés común, mientras los ciudadanos consintientes de su fortaleza, votarán el próximo 6 de julio para continuar con la Transformación de la V
ida pública de México.
Como dijo Paulo Freire, pedagogo y filósofo brasileño: “Los opresores, falsamente generosos, tienen necesidad de que la situación de injusticia permanezca a fin de que su generosidad continúe”.