Giovanni López fue asesinado por no usar cubrebocas; esto no se puede olvidar
El criminal asesinato de Giovanni López ha sido debatido ampliamente en redes y medios durante el fin de semana, así como las protestas realizadas exigiendo justicia para Giovanni, sorprendiendo la fuerza de estas concentraciones y la cobardía del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro.
El asunto es claro y contundente. Los hechos evidenciados indican que Enrique Alfaro ordenó el uso obligatorio de cubre bocas en el estado e instruyó a policías a que utilizaran “mano dura” contra los infractores. Por lo que al haber desacatos en diversas partes de la entidad se produjeron múltiples privaciones a la libertad de los ciudadanos en flagrante violación a sus derechos constitucionales.
Pero el excesivo uso de la fuerza en Ixtlahuacán de los Membrillos llegó al extremo con el asesinato a manos de las fuerzas del orden de Giovanni López, albañil de oficio.
Es innegable que el discurso grandilocuente de Enrique Alfaro y su torpe implementación de las medidas sobre la obligatoriedad del uso del cubre bocas, sin ningún protocolo de aplicación, llevaron directamente a tan doloroso desenlace; no hay manera de evitar o desviar la atención de estos hechos.
Sin embargo, es sumamente preocupante la actitud que el gobernador de Jalisco ha tomado al respecto, quizá envalentonado por políticos y comentócratas oportunistas y carroñeros, que intentan obtener raja política de este crimen de estado.
Enrique Alfaro, desestimando el hecho de que su gobierno ocultó este crimen durante un mes a base de chantajes y amenazas a los familiares del difunto, ha difundido un mensaje donde se queja de “intervenciones ajenas” y “pagadas para viralizar el evento”, como si éste debiera permanecer oculto y no fuera del interés e indignación nacional.
De la misma forma, criminaliza la protesta con falsos argumentos como la supuesta injerencia del crimen organizado y lo que él llama “los oscuros sótanos del poder”, intentando así deslegitimar el auténtico hartazgo de la sociedad jalisciense hacia su torpe, corrupto y abusivo desempeño.
Cabe recordar que Enrique Alfaro representaba la cabeza presidenciable de un pequeño, pero muy escandaloso grupo de políticos, comunicadores y pseudo activistas que impulsan un golpe antidemocrático que busca arrebatar por la fuerza, lo que saben bien, que jamás obtendrían en las urnas.
Personalidades políticas de poca monta como Cabeza de Vaca, Silvano Aureoles, Jaime Rodríguez, Álvarez Máynez, junto a comunicadores de la baja talla y calaña como los Ferriz, padre e hijo, Ricardo Alemán y Pablo Hiriart, coludidos con eternos perdedores engañabobos como Gilberto Lozano, están alentando teorías conspiranoides de supuesta injerencia supra estatal para explicar (de alguna manera) la enorme protesta social.
Deberemos estar muy atentos con este intento de desviar la atención y sembrar una falsa percepción en el imaginario colectivo, pues estos facinerosos cuentan con capacidad económica y política para manipular la realidad.
Parece que hay una perversa intención de éste grupúsculo para manipular la verdad y crear una falsa imagen de Enrique Alfaro como un líder duro, pero justo llevando las culpas a etéreos Entes surgidos de “los oscuros sótanos del poder”.