EL PROYECTO DE NACIÓN ANTE TODO

Hoy en la conferencia mañanera, el presidente López Obrador fue especialmente franco, al señalar lo que verdaderamente debe importar al Movimiento de Cambio:

“Vienen elecciones. Y hay que tener presente que, en este proceso, se enfrentan dos distintos proyectos de nación. Uno de ellos definirá el futuro del país en los siguientes años. Está, por una parte, la transformación del país que en este momento se encuentra en proceso. Y está también la intención conservadora, para que regrese al poder el neoliberalismo corrupto. Será el pueblo de México quien decida en total libertad, cuál es la ruta correcta y para ello, deberá tener en cuenta algo importante. Aquí no se trata de ver cuál candidata o candidato gana. Lo verdaderamente importante, es el proyecto. La preferencia la tiene el proyecto y sobre eso debe emitirse el voto el día de la elección”.

Claudia Sheinbaum por su parte, convoca a una concentración en el zócalo de la Ciudad de México, para el próximo primero de marzo, fecha en que oficialmente dan inicio las campañas rumbo a la presidencia y otros importantes cargos de elección popular. El acto tiene también la finalidad de mostrar el amplio respaldo social que tienen las iniciativas para reformas constitucionales, presentadas por el presidente López Obrador.

En la conferencia donde Claudia invita a esta concentración masiva, se encuentra la plana mayor del Movimiento. Y esto es importante y significativo. Hay unidad. Hay fuerza y hay objetivo.

Solo manteniendo esa fortaleza que no ha menguado en cinco años de gobierno de cambio, se podrá acceder a la segunda etapa de la transformación en el país.

El Movimiento construirá el “segundo piso” del cambio, con un Congreso de la Unión donde la mayoría calificada necesaria, se convierta en realidad.

Por eso es importante en este momento, desoír las voces que generan división y debilitamiento, al poner por encima del proyecto, situaciones de segundo orden.

Hay quienes piden, precisamente en la antesala de una elección, la salida de Mario Delgado y de Citlalli Hernández, al considerar incorrecto que un pequeño número de candidaturas, sean otorgadas a políticos llegados de otras fuerzas políticas y quienes hasta hace poco, hablaban mal del partido, del presidente y del Movimiento.

Sin embargo, está a la vista de todos, la buena relación existente entre Claudia Sheinbaum y la dirigencia de Morena.

Por otra parte, el presidente López Obrador ha señalado en reiteradas ocasiones que este Movimiento es de “puertas abiertas”. Ha dicho también que para ganar elecciones, debe optarse por cuadros políticos conocidos por la sociedad a la que pretenden representar y no por figuras conocidas únicamente por la gente que vive en su calle, o su colonia.
Como no les gusta la llegada de estos políticos de reciente afiliación, que obtienen de inmediato una candidatura, este pequeño grupo está proponiendo un ridículo “voto diferenciado”. Lo chistoso de esto, es que quienes proponen esto, solo tienen actividad en redes sociales y en varios casos, ni siquiera conocen la realidad del estado o municipio, donde se presenta esta situación. Sencillamente exigen que sea gente originaria de Morena, con trayectoria de tiempo. Aunque no los conozcan a profundidad, o no tenga esta militancia presencia y posibilidad real de triunfo en la elección.

Otro absurdo en esto, es que piden la salida e Mario Delgado y Citlalli Hernández, justo antes de que inicie en forma la campaña electoral. Y exigen eso, sin presentar alternativa alguna. ¿Cómo se daría ese relevo en este momento? ¿A quién proponen para ocupar los dos cargos de mayor responsabilidad en el partido? ¿Hay posibilidad real de realizar ahora ese movimiento interno, o se trata más bien de una ocurrencia? ¿Tienen respuestas para esas preguntas y la seguridad de que las medidas que proponen no afectan negativamente al Movimiento en vísperas de la elección más grande que se haya dado en México?

Si las tienen, sería bueno conocerlas, para no estar hablando sobre la nada.

El “voto diferenciado” atenta contra el Proyecto de Nación que impulsan el presidente López Obrador y la candidata Claudia Sheinbaum. Permite el fortalecimiento de una oposición a la que en este momento tenemos en la lona. Abre la posibilidad para que los corruptos del pasado, logren el objetivo de impedir que el Movimiento cuente con un Congreso de mayoría calificada, en la siguiente Legislatura. Puede frenar las reformas constitucionales que acabarían con los últimos reductos que tiene en su poder el neoliberalismo.

El Proyecto de Transformación es la meta que hemos buscado, trabajado y defendido, desde hace más de cinco años. Es lo más importante para el Movimiento. Y así lo entienden el hoy presidente López Obrador y la futura presidenta Claudia Sheinbaum. Los candidatos, los personajes, los intereses políticos, las afinidades personales, son secundarios.
Estamos hablando del futuro del país para las siguientes décadas. Del futuro de la sociedad mexicana.

Mario Delgado y Citlalli Hernández concluyen su periodo al frente de Morena, después de estas elecciones. La dirigencia se renovará entonces y habrá nuevos responsables al frente del partido.

Los candidatos llegados de la oposición adquieren el compromiso de ajustar su actividad política al proyecto impulsado por Morena. Quizá alguno fallare, como han fallado algunos militantes de tiempo, en el momento importante.

Pero el Proyecto de Nación no se debilita por eso. Porque unos cuantos no tienen el peso suficiente para restar fortaleza a un Movimiento respaldado por millones de ciudadanos.
En una entrevista concedida el día de hoy a Azucena Uresti, Denise Dresser dice que el presidente López Obrador, con su propuesta de últimas reformas constitucionales, pretende “atar de manos” a Claudia Sheinbaum, para impedir que realice “virajes” que atenten contra el Proyecto de Nación que impulsa el actual presidente.
No entienden.

No entienden porque la oposición carece de proyecto que defender.

La ruta que abre López Obrador, es la ruta de millones de mexicanos. La meta que buscamos todos, es la misma.

El Proyecto de Nación está por encima de todo y ahí las diferencias secundarias se pierden.

Intentar crear un conflicto entre Andrés Manuel y Claudia, que se conocen de siempre, es tan ridículo como los saltitos que dio hace unos días Xóchitl Gálvez, al salir de una reunión. O tan risible como el “Yu Jab Tu Wok Da Tok” de la misma candidata.

Voto masivo por todos los candidatos de Morena en la siguiente elección.

Vamos por el “Plan C” y las reformas constitucionales.

El Proyecto de Nación es lo importante.

Lo secundario, lo arreglamos luego.

Demos toda la fortaleza posible al siguiente gobierno de Claudia Sheinbaum y el cierre de sexenio que se merece, el hoy presidente López Obrador.

Malthus Gamba