Es indudable que la actual dirigencia del PRI busca alternativas para comenzar a diferenciarse de los demás partidos de oposición en vísperas de los procesos electorales que tendrán lugar el año que viene.
La oposición y especialmente este partido, han tenido resultados desastrosos en los proceso electorales que han enfrentado, unidos en una coalición impulsada por los líderes de la delincuencia organizada de cuello blanco con Claudio X a la cabeza, promoviendo a través de ella únicamente la ideología del saqueo, sin ninguna lógica política más que la de sumar los números de preferencia electoral positiva, en el más simplista de los cálculos aritméticos, que es hasta donde les dan su preparación y su capacidad de análisis.
Son varios los factores que pueden explicar este cambio de timón de la actual dirigencia del PRI, intentantdo presentar otra cara a la ciudadanía. El primero son las zarandeadas electorales que se han llevado perdiendo sus bastiones en Hidalgo y Oaxaca durante las elecciones de este año, sin haber ganado nada por ser parte de una alianza injustificable desde el punto de vista ideológico.
El segundo son las arrastradas que ha sufrido su presidente nacional a manos de la gobernadora de Campeche, con la revelación de los audios en los que se autoacusa como un patán corrupto, que han afectado profundamente la imagen y la capacidad de maniobra de la dirigencia actual del partido e incluso les generaron fracturas con otros grupos del PRI liderados por sus vacas sagradas, que amenazan con buscar la destitución de la dirigencia actual.
En este escenario, con dos procesos electorales importantísimos para su supervivencia en puerta, que se van a llevar a cabo el año que viene en Coahuila y el estado de México, la dirigencia del PRI parece haber decidido aplicar el principio lógico que establece la búsqueda de un resultado diferente al que han tenido hasta ahora, haciendo cosas distintas, distanciándose así del PAN en su estrategia permanente de darse de topes contra un muro de concreto, para ver si lo logran derribarlo antes de quedar más dañados.
Así en contra de los que plantean otros grupos al interior de su mismo partido, que siguen seducidos por la necedad contagiada del panismo, optaron por presentar una iniciativa de cambio constitucional en la Cámara de Diputados, para que las fuerzas armadas permanezcan apoyando a la Guardia Nacional en la calle hasta 2028, una vez que esta última esté ya completamente consolidada.
Siendo una propuesta lógica que contiene un planteamiento necesario, dicho sea de paso, la primera que se atreve a presentar toda la oposición en los últimos 4 años, la iniciativa recibió el respaldo de Morena y sus aliados, pasando a la Cámara de Senadores sin ningún contratiempo. Fue aquí donde un grupito de senadores priistas adhiriéndose al bloque McPANISTA, los borregos de los topes la tienen detenida, saboteando la estrategia de su propio partido en su intento de diferenciación estratégica de la dirigencia actual.
Para desgracia de Alito y su grupo, que buscó verse diferente a los saboteadores de la república, el espectáculo montado por sus senadores, más por razones de jaloneos internos partidistas que por alguna otra causa, está dando al traste con sus intenciones y con la imagen de dignidad residual que pretendían proyectar con miras a los procesos electorales, que difícilmente va a lograr un posicionamiento distinto al que ya tienen en los estados que van a estar en juego, como una banda de saqueadores corruptos y criminales representada por los Moreira en Coahuila y por el grupo Atlacomulco en el Estado de México. Así vemos otra vez al PRI haciendo un PAN. En el pecado llevarán la penitencia.
Como dijo el escritor argentino Adolfo Bioy Casares: “El mundo atribuye sus infortunios a las conspiraciones de grandes malvados y en realidad, así subestima la estupidez”.