El COVID-19 y el nuevo pensamiento fiscal
Por: @AlejaandroRosas
La sociedad mexicana enfrenta grandes obstáculos en materia de salud y en materia económica, por un lado la economía global se estanca, los precios internacionales del petróleo caen abismalmente y el COVID-19 ataca sin precedentes, sin embargo, la situación es más compleja de lo que parece. No obstante, si el gobierno federal no actúa de manera rápida y contundente, se seguirán generando grandes pérdidas por el cierre de establecimientos y por la paralización de algunos sectores económicos obteniendo una caída en la recaudación fiscal y la perdida miles de empleos, perjudicando a cientos de hogares mexicanos, es por ello que las autoridades deben reforzar las estrategias para soldar los puntos de quiebre en la economía y repensar en un nueva reforma fiscal. Pero aún más importante sería diversificar las fuentes de ingresos públicos para reducir los efectos negativos cuando se presenten contracciones económicas. Esta es una oportunidad para que se genere un vínculo estrecho entre la Secretearía de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico) para lograr un mejor desempeño económico y atenuar los ciclos de la economía nacional.
El secretario de Hacienda, Arturo Herrera ha comentado que las finanzas públicas están blindadas, y que están listos para enfrentar una crisis económica, es importante señalar que Hacienda ha tenido un buen manejo de la deuda pública, y que ha hecho un buen trabajo, pero aún existen grandes debilidades que se deben atender urgentemente. Por ejemplo, los ingresos públicos nos dan poco margen de maniobra para enfrentar fenómenos como los que se presentan actualmente, sin embargo, no se plantea adquirir una deuda nueva. Por otro lado, la situación mundial hoy por hoy sí es preocupante, pues miles de personas mueren diario a causas del COVID-19, es por ello que las medidas que se han tomado algunos países y que México se ha sumado también es a un asilamiento gradual de la población para que el virus no se expanda. Estas acciones en pro de la salud traen consigo efectos económicos, pues el principal resultado es que una parte del aparato productivo se detenga, lo que significa que las empresas dejen de producir en ciertos sectores económicos y no solo en su país de origen sino en países donde se tenga participación en el proceso de producción, afectando las cadenas globales de valor.
Tanto sí, que el gobierno federal debe aprovechar la coyuntura e iniciar con una nueva visión y reformar la política fiscal, siendo ésta capaz de captar más ingresos para hacer frente a sus obligaciones sin tener que endeudarse constantemente y a su vez atenuar los ciclos económicos. Lo que se ha planteado hasta ahora la SHCP, para enfrentar la desaceleración económica y los efectos del COVID-19 ha sido acelerar el gasto en inversión pública, proporcionar créditos a las Pymes, reconfigurarla deuda pública y colocar subastas de depósitos para inyectar liquidez a la economía a través de las operaciones de mercado abierto que realiza Banxico. Pero también es muy importante es formalizar una política contracíclica que permita que el gasto sea eficiente para reducir la incertidumbre cuando se presentan baches en la economía, además de contar con estabilizadores automáticos como lo seguros de desempleo que brindan una cobertura monetaria a los trabajadores cuando el ciclo económico se encuentra en una fase recesiva, aunque el gobierno federal argumentó que darán apoyos económicos a las personas, no obstante, ésta es una gran área de oportunidad para sentar las bases y se reestructuré la política fiscal.
Dentro de las reconfiguraciones que se deben contemplar es el no priorizar los ingresos provenientes de las exportaciones de crudo, y diversificar los ingreso, el rescate a Pemex debe ir acompañado como una forma de impulsar el desarrollo nacional, aumentando su capacidad productiva sí y solo sí logra reducir los precios de las gasolinas y avasallar las importaciones, esto siempre y cuando sea más rentable que comprar en el extranjero. Pero no se debe volver a cometer el grave error de petrolizar la economía. En años atrás México obtuvo beneficios por la venta de crudo pero también sufrió crisis cuando el precio de los barriles cayó, cosa similar que esta sucediendo en las últimas semanas, el choque de oferta ha causado que el precio del barril caiga hasta en 10 dólares.
En mi opinión es sustancial reorganizar el gasto priorizando la inversión pública productiva para impulsar el crecimiento económico inclusivo, que potencialice el desarrollo del país. Estas medidas deben ir enfocadas en coordinación con la política monetaria pues es difícil pensar que una política por si sola tenga mejores resultados, por ello se debe replantear si es necesario que Banxico adopte una política no solo con metas inflacionarias sino también en generar crecimiento y con ello coordinación con SHCP para mejorar el entorno económico.