Un político que desea alcanzar la presidencia de la república en 2024 y que hace campaña recorriendo el país, para captar la atención ciudadana y conseguir el respaldo que necesario para obtener la candidatura del bloque partidista que encabeza Morena, acompañado del Partido del Trabajo y el Verde Ecologista.
Gerardo Fernández Noroña sabe que su momento es éste y no otro. En ese aspecto, se encuentra en una situación parecida a la de Ricardo Monreal. El primero tiene en este momento 61 años de edad, mientras que Noroña está en los 62 años cumplidos.
Monreal ha manifestado que por esa situación, no ve posibilidades futuras para competir nuevamente por el cargo presidencial, si no pudiera alcanzar la candidatura por Morena en la encuesta que definirá al representante del Partido en 2024. Noroña, con un año más de vida, tendría el mismo problema.
Por eso vemos a estos dos aspirantes a la presidencia, echando toda la carne al asador en esta ocasión. Es la oportunidad esperada y saben que el camino es complicado.
Marcelo Ebrard tiene actualmente 62 años y Claudia Sheinbaum 60. Pero las circunstancias políticas en este momento, al parecer juegan a su favor. Son los mejor posicionados en cuanto a preferencia ciudadana. Las encuestas serias, los dan como favoritos, para alcanzar la presidencia del país.
Adán Augusto López sería el aspirante más joven de todos, con 58 años de edad. No está en los primeros lugares actualmente, pero su porcentaje de aceptación, se incrementa día a día. Llega como el “caballo negro” del que puede esperarse una sorpresa nada improbable.
Ricardo Monreal está intentando una misión casi imposible. Equivocó la estrategia de campaña desde el inicio. Quiso aparecer a la vista de los ciudadanos, como la opción para una reconciliación nacional, que a poca gente de izquierda interesa. Vivimos un momento de cambio donde el enfrentamientos con los grupos representativos de la corrupción, se está dando de manera sostenida. Pocos quieren extender la mano a los viejos traficantes de influencias y a los políticos opositores, que causaron el desastre nacional que hoy intentamos remediar. Dijo que esperaría los tiempos legales para hacer campaña y ya está metido en la promoción de su imagen, con miras al 2024.
La gente desconfía de Monreal y es difícil que alcance su sueño, pues su apuesta política requería de un proceso de selección de candidatos en Morena, donde la Elección Primaria fuera la vía aceptada por todos. Monreal es un operador político de primera y le hubiera sido fácil controlar un proceso de este tipo. Pero va la encuesta como método aprobado y ahí son pocas las oportunidades que tiene para ganar.
Dentro de todo, hay una constante compartida en todos los aspirantes de Morena para la candidatura presidencial. Su experiencia.
Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard han sido Jefes de Gobierno en la Ciudad de México y Secretarios de Estado, aparte de haber desempeñado cargos importantes en el gobierno del entonces Distrito Federal, cuando López Obrador estuvo a cargo del mismo.
Adán Augusto López ha sido gobernador y hoy Secretario de Gobernación. Ricardo Monreal, gobernador, diputado y senador.
Con Fernández Noroña, la situación es distinta, ha sido diputado en dos ocasiones, dentro de las legislaturas LXI y LXIV.
Su trabajo político ha estado enfocado principalmente al activismo social, donde ha defendido causas relacionadas con asuntos de interés, para distintos grupos de la sociedad del país.
Ha padecido persecución por parte de la autoridad conservadora y en alguna ocasión, estuvo detenido por varios días, hasta que una intervención personal del hoy presidente López Obrador, consiguió que fuera puesto en libertad.
Los puntos fuertes de Fernández Noroña están en su discurso político en tribuna, donde destaca su manejo ágil, fuerte y directo del lenguaje, para hacer de sus intervenciones algo que atrae la atención de simpatizantes y críticos. Noroña es buen orador y esa característica personal, le ha hecho ganar adeptos dentro del espectro de la izquierda.
Probablemente sea ahí donde radique la solidez del respaldo que tiene entre el grupo de simpatizantes que lo apoyan. Sus ataques y respuestas a los parlamentarios opositores, son contundentes y generalmente exhiben las fallas y carencias discursivas de la clase política conservadora.
Pero Noroña también tiene sus debilidades. Es de carácter irascible y se violenta con facilidad. Por otra parte no tiene experiencia alguna en el manejo de cualquier aparato de gobierno, por pequeño que éste sea y esto no es algo menor.
Ser funcionario público requiere forzosamente de formación. Dentro de cualquier gobierno, se manejan recursos financieros, materiales y humanos. Acciones políticas y jurídicas. Estrategias de gobierno y seguridad. Acciones de atención y prevención. Contacto permanente con los ciudadanos.
Al no haber tenido cargo alguno de gobierno en el pasado, se hace difícil pensar en un presidente que tiene en sus manos la conducción de un país, sin el más mínimo conocimiento del terreno que está pisando.
Ese punto en contra va a pesar bastante en el momento en que se defina la candidatura a la presidencia, por parte del movimiento de izquierda.
Con todo, Noroña está en campaña. Señala que va a ganar el proceso selectivo y pide al presidente López Obrador “sacar las manos de la contienda por la candidatura”. Algo que en lugar de beneficiarlo, lo perjudica.
Si algo respalda al presidente López Obrador, es su honestidad a toda prueba. El presidente ha mencionado a sus posibles sucesores en la presidencia, una vez que concluya su mandato. Pero también ha dicho que todos tienen derecho a participar por ese cargo.
Lo que pasa es que López Obrador se ha referido siempre a personajes que son parte de su equipo de trabajo, o bien son militantes de Morena. Noroña no encaja en ninguna de las dos opciones. Por eso no se le menciona.
Para un sector de la izquierda, Noroña es la mejor opción, rumbo al 2024.
Para otros, no tiene el perfil ni el conocimiento suficiente, para desempeñar ese cargo.
Noroña no figura entre los punteros con mayores opciones para alcanzar la presidencia. Sin embargo, hace su esfuerzo y trata de colocarse favorablemente.
Falta bastante camino de aquí al 2024.
Algo tendrá que inventar Noroña para convencer a más gente, de que su opción puede dar continuidad al proceso de cambio, iniciado por el presidente López Obrador.
Si algunos lo ven como el aspirante que habla fuerte a la oposición y sienten que eso es lo más importante, otros señalan que a final de cuentas, ése es su único mérito. Hablar.
Es bueno que haya riqueza de opciones dentro del panorama de la izquierda nacional.
Entre ellas, el pueblo elegirá finalmente al candidato correcto y seguramente al futuro presidente.
Veremos como avanzan las campañas iniciadas desde ahora y los ajustes que hacen los aspirantes para ubicarse correctamente, para enfrentar la encuesta que lo decide todo.
Noroña está en ese grupo.
Malthus Gamba