¿DÓNDE QUEDÓ LA BOLITA EN LA 4T?
Hay un aforismo del emperador Marco Aurelio, que me parece aplicable a la democracia que nace y que a pesar de tener la mejor intención social posible, corre el diario peligro de colocarse, por falta de cultura y de información sólida, en manos del naciente grupo conservador que inevitablemente la acompaña desde su nacimiento.
El pensamiento de Marco Aurelio es el siguiente: “La opinión de 10,000 hombres no tiene ningún valor, si ninguno de ellos sabe nada sobre el tema que se discute”.
La democracia en el momento que nos toca vivir, se encuentra en pañales. Fueron décadas de manipulación informativa. De una educación de pésima calidad, que formaba tecnócratas y empleados calificados por una parte, y una masa obrera y campesina ignorante de las fuerzas que intervienen en su vida diaria, mismas que permiten al oligarca beneficiarse del esfuerzo diario de millones de pobres.
Por lo mismo, ese despertar democrático debe alcanzar su plenitud, llevando educación y cultura a una masa social que tiene la mejor de las intenciones, al manifestarse en favor de un cambio profundo, que borre la humillante desigualdad en el país y traiga beneficio social a todos.
En redes sociales vemos muchas opiniones en favor y en contra del modelo de cambio que impulsa el presidente López Obrador. Los opositores jamás estarán de acuerdo con la apertura de la puerta a la verdadera democracia en nuestro país. Son devotos de la oligarquía.
Sin embargo, dentro del grueso de la sociedad que nutre al Movimiento, se observan puntos de vista distintos sobre un mismo problema y es precisamente sobre esta situación, que escribo esta nota.
Voy a poner tres escenarios distintos sobre un mismo asunto reciente. Son tres también los casos que abordaré. En cada uno de ellos, los defensores del cambio han tomado posturas distintas. Sin embargo, todos son parte del Movimiento que impulsa la transformación en el país.
PRIMER CASO.- El proceso de selección de coordinador del Movimiento, rumbo a la contienda electoral del 2024, fue muy sucio. Hubo fuego amigo, uso de recursos públicos, uso de la burocracia adscrita al manejo de programas sociales. Las encuestas realizadas, sobre todo la del partido, dejaron mucho que desear. Está visión está a la vista de todos en redes sociales y aunque no es la más nutrida, pesa.
Otro escenario señala que la contienda fue limpia. Ganó quien obtuvo mejor calificación en las encuestas. Los inconformes son traidores al Movimiento y solo buscan beneficio personal. Algunos sostienen incluso que deben ser expulsados del partido. Esta visión es la más publicitada, en redes y en las plataformas informativas que dicen ser de izquierda.
El tercer escenario está formado por aquellos que dudan de una y otra visión y piensan que algo malo se dio en el proceso de selección, sin saber a ciencia cierta, que fue lo que realmente ocurrió.
SEGUNDO CASO.- El presidente respaldó desde el inicio a quien es hoy coordinadora del Movimiento. Todo fue una farsa mal armada, que por falta de cuidado, puso a la vista de todos, que había acuerdo previo y que los verdaderos traicionados, fueron aquellos que en verdad pensaron que los políticos de Morena eran distintos. Esta óptica tampoco es la más numerosa, pero forma el bloque dentro del Movimiento, que da visibilidad al núcleo de descontentos con las formas utilizadas, más no con el Proyecto de Cambio.
El segundo escenario lo forma una mayoría que opina que todo marchó sobre ruedas dentro de un proceso de selección claro y limpio, donde ninguna autoridad, incluyendo en esto al presidente, tuvo que ver con el resultado obtenido. Nuevamente este numeroso grupo, señala traición de quienes se muestran inconformes, e incluso de quienes opinan en redes sociales que las cosas no marcharon bien.
El tercer escenario, es también el de quienes tienen dudas, pero sienten que hace falta tiempo e información seria, para poder entender lo que en realidad sucedió.
TERCER CASO (muy concreto).- Quien ganó la coordinación del Movimiento, tiene toda la razón y el derecho. Los perdedores son ambiciosos vulgares y nada tienen que hacer ya, dentro de las filas del partido y del Movimiento.
El segundo escenario, señala lo contrario. Los inconformes son víctimas del resultado de un proceso viciado de origen y cualquier acuerdo firmado, o aceptado verbalmente, no puede ser respetado ante la evidencia de que se trató de un fraude preparado desde la dirigencia del partido, e incluso desde el gobierno federal, para beneficiar a quien salió ganadora. Está visión es la menos compartida. Sin embargo, es sostenida por gente que ha trabajado fuerte por la Transformación y por el Movimiento, durante los últimos cinco años de construcción y aún desde mucho antes. Tienen respaldo en redes sociales, aunque en menor número que la opción contraria.
El tercer escenario lo forman quienes tienen dudas reales sobre lo que sucede en este momento y piensan que la violencia y la descalificación, no son la vía para para recuperar la unidad que había, hace tan solo unos meses dentro del Movimiento.
Concluyo con esto.
Todo Movimiento tiende a descomponerse, cuando determinado grupo, o grupos, llegan al poder y se niegan a renunciar a los privilegios que otorga el cargo. Cuando los luchadores sociales del pasado, se convierten en autoridad, o en representantes populares. Ese nuevo grupo en el poder, se convierte con el tiempo en la nueva clase privilegiada que no desea que algo se mueva, porque si hay modificaciones, ellos pierden.
Las acusaciones de “ambiciosos de poder” se lanzan de uno a otro lado. La “burocracia de oro”, la nueva
“nomenklatura”, la “izquierda caviar”, son calificaciones que reviven y que no están nada lejos de hacerse realidad.
El secreto está en ubicar a tiempo el sitio exacto donde pretenden nacer el nuevo conservadurismo.
Cualquier Movimiento de vanguardia, debe respetar la “regla de oro” para alcanzar madurez y trascender históricamente. El Movimiento es PLURAL. No hay verdad única.
No hay pensamiento superior a cualquier otro. Hay visiones distintas que en ocasiones se contraponen y chocan. Pero para eso está la receta que ha guiado la actividad del presidente López Obrador: “Diálogo, diálogo y más diálogo”.
Cuando un grupo pretende tomar control absoluto del Movimiento, ya sea por la vía de la imposición, o la “purga” (expulsión de quien piensa distinto), la cosa marcha mal. Porque la izquierda siempre será crítica. Muy crítica. Y en eso radica su fortaleza y su poder de convocatoria.
¿Dónde terminará la bolita, después del proceso electoral del 2024?
No se sabe. Esperemos que no con una división interna, que por más que se diga, debilita al Proyecto.
Y no importa que los desinformados hagan propaganda diciendo que eso no va a suceder. Que la fuerza está con ellos. Ya señalamos lo que Marco Aurelio piensa al respecto.
La historia está repleta de casos en donde el cambio que se construía, quedó inconcluso, porque la democracia fue atacada a dos fuegos.
El que desata sin descanso el conservadurismo oligarca y el que se da al interior de un Movimiento que no pudo madurar, a causa de la guerra intestina desatada a la vista de cargos públicos.
Será interesante seguir con atención esta historia, que en realidad, hoy está en manos del PUEBLO.
El pueblo puede siempre dar el manotazo y decir ¡Basta!
Malthus Gamba