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Desapareciendo registros
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Desapareciendo registros

Por: Pablo Meléndez
@jpms1500

Uno de los primeros pasos que di en el mundo de la política fue en el 2008, cuando tenía 21 años, recién titulado y con poca experiencia, decidí ir a las oficinas del PRD para poder conocer el “santuario” de la izquierda y como cualquier joven inocente intentar encontrar una oportunidad laboral, creí que ir al partido de la ideología “obrera” sería un buen primer paso.

Entré a la recepción y la secretaria me preguntó en qué me podía ayudar, le dije que era recién egresado y que buscaba trabajo, pero que también buscaba conocer más al partido, la señora me preguntó que cuánta gente traía, a lo que no supe qué contestar, me dijo que tenía que traer gente para poder ser parte del partido.

No me dejó preguntar a qué se refería con “gente”, estaba muy ocupada, sólo pude agradecer y retirarme; con muy pocas opciones en ese entonces me dirigí al PRI, me sorprendí al haber sido recibido con mejor ánimo, si bien no me podían dar trabajo, me invitaron a participar en múltiples foros y así integrarme poco a poco en la vida política.

Es interesante como el partido autoritario te recibía de mejor manera que el partido que luchaba contra ese autoritarismo, el PRD pese a estar fundado con ideales de lucha y justicia social, en él sólo tenían cabida quienes tuvieran un parentesco con lo que ya hacían parte de él, en las bases sólo podía llegar gente que acarreara a más personas para aumentar su militancia.

Seguramente esa manera de hacer las cosas no cambió en los últimos 16 años y es la razón por la que hoy el partido del sol está desapareciendo y dejará las boletas federales. Para ser franco no lo extrañaré dado a que no lo conocí, no porque no quisiera haberme unido en un punto de mi vida, es por el hecho de que cometí el pecado de haber sido un recién titulado “sin gente”, al igual que muchos jóvenes que no teníamos cavidad ni con ellos y ni con nadie más; esa era la realidad y el PRD nunca hizo nada para cambiarla.

Ya pasó una semana de las elecciones federales y desde entonces las buenas noticias no se han detenido; la primera gran noticia fue la victoria de Claudia Sheinbaum, después llegó la victoria de Clara Brugada, seguida de la victoria de ambas cámaras con el plan C.

Esas tres noticias ya eran en sí mismas dignas de una gran celebración, México triunfó sobre las mafias del poder, la ignorancia y el poder económico que le permitió a Xochitl Gálvez gastar 24 mil millones más que la Dra. Claudia Sheinbaum; la falta de proyecto de oposición fue el elemento más importante para que Morena tuviera la victoria, además de la candidata impresentable de la oposición.

Las buenas noticias no se detuvieron, empresarios que ya han renunciado al PRIANISMO y ahora buscan dialogar con Sheinbaum, la relevancia de tener la primera presidenta mujer de norteamérica, superando a Hillary Clinton, además de las consecuencias positivas de que Sheinbaum esté formada en las ciencias, el feminismo y la ecología.

Sin embargo la desaparición de partidos que ya no tienen nada que hacer en las contiendas políticas, como el PRD, siempre es una buena noticia ya que el gasto público que nos podemos ahorrar de mantener este tipo de partidos son un alivio para las arcas del Estado.

Algunos piensan que el PAN tiene más posibilidades de seguir que el PRI lo que a mi parecer no es una buena noticia, pues preferible un partido ambicioso como es el PRI, donde desbordan las ideas imperialistas, pero que no deja de ser un partido histórico de la izquierda revolucionaria mexicana; que el PAN que es un partido cuyas filas están engrosadas por los Whitxicans que mantienen las ideas más retrógradas del país, el machismo, el racismo, el clasismo, el poder blanco y hasta la xenofobia (simpre que se trate de países latinos y no eurocéntricos) además que su enojo y descontento se manifiesta constantemente de las maneras más miserables; personas que no saben lidiar con la frustración y que pueden incluso despedir gente por sus ideales o preferencias políticas.

El que llegue a desaparecer un partido como el PRI que para bien o para mal es parte de la conclusión de una revolución obrera y campesina nos puede perjudicar, ya que el PAN desde su cúpula hasta sus bases están convencidos de ser la salvación del país e incluso pueden llegar a recurrir a ideas neonazis con tal de golpear a un Estado de izquierda, al contrario del PRI del que, aún tengo fe que las bases y los más idealistas del viejo partido tomen el control del mismo y terminen con los bloques opositores que van en contra de los ideales revolucionarios.

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