La frecuencia de los incidentes y accidentes que se han estado registrando en el metro de la Ciudad de México, además de la evidente sobre atención de los medios convencionales, opinólogos y conocidos troles en las redes sociales para dirigir la atención del público hacia cualquier detalle que sucediera en relación con el sistema de transporte, imputando cualquier detalle a falta de mantenimiento, estaban ya comenzando a disipar las sospechas de que la mayoría de estos acontecimientos fueran producto de actos deliberados de sabotaje, para crear condiciones de pánico colectivo con fines políticos, que perjudicaran la imagen de la jefa de gobierno de la ciudad.
Hoy los primeros resultados de las investigaciones de la fiscalía a este respecto, confirman que por lo menos 3 de los accidentes graves que tanto señalaron los medios y sus gusanos replicantes, fueron actos de sabotaje.
La Fiscalía identificó la existencia de un ataque sistemático al Metro tras el corte y quema deliberada de cables, manipulación de enganches de los vagones y daños al mecanismo de cambio de vías de trenes, con la intención de ocasionar accidentes graves en tres diferentes rutas, por lo que abrió siete carpetas para indagar estos hechos.
Al concluir los dictámenes para conocer cómo ocurrió el choque en la línea 3, donde por desgracia una joven murió y 106 personas más resultaron lesionadas, además de los hechos en la 7 y 12, la Fiscalía determinó que en los tres casos fueron daños dolosos que podrían derivar en el delito de sabotaje, por lo que se investiga para dar con los responsables, sean internos o externos a la institución.
El choque entre dos trenes del 7 de enero en la interestación Potrero-La Raza, se originó por la quema y cortes intencionales en los registros de conexión del cableado eléctrico, que afectó de forma grave el suministro de energía, comunicaciones, señalización y pilotajes automáticos. A eso se suma la negligencia del conductor del tren 24 que se impactó con el 23, al no respetar las medidas de pilotaje que se establecieron en modo seguridad, es decir, no rebasar 35 kilómetros por hora.
La caja negra del convoy 24, mostró que salió de Potrero a las 9:05 de la mañana de ese día en conducción manual restringida, rebasó el límite de velocidad y el sistema lo detuvo de inmediato, pero después registró un cambio a pilotaje automático, por lo que alcanzó 45 kilómetros por hora hasta el momento del impacto contra el tren 23. No existe evidencia de que el conductor frenara de emergencia o alguna otra maniobra para ser detenido. El conductor no ha sido el único bajo investigación, la Fiscalía solicitó que el juez de control cite para audiencia inicial a los responsables de retirar la caja negra del tren 24, la cual se encontró en una camioneta con logotipos del Metro afuera de la estación.
Un día después del accidente durante los trabajos de reparación para reanudar el servicio, se descubrió otro corte deliberado de cables de 48 metros lineales, que representaron más de mil 200 empalmes que afectaba la señalización, comunicaciones y pilotaje automático. De no haberse intervenido, se habrían enfrentado riesgos mayores a los del percance registrado.
El desacoplamiento de dos vagones en la estación Polanco de la línea 7, se originó por una manipulación dolosa de los elementos de sujeción del enganche semiautomático o acoplador, además de que se realizaron maniobras con la intención de provocar un incidente grave en la operación del Metro. En otro incidente, el daño a la caja de cambio de vías en una estación de la línea 12 ocurrido un día antes de que se reabriera el tramo subterráneo, se determinó que el golpe se realizó de manera intencionada con una herramienta de construcción, mecánica o similar con el objetivo de inutilizar su funcionamiento y poner en riesgo la operación del transporte y usuarios de esa ruta.
Por los daños la FGJ ha integrado en total siete carpetas de investigación por los hechos ya referidos en las líneas 3, 7 y 12, además de los incidentes en la estación Hidalgo-Guerrero, en el área de talleres de El Rosario, en la interestación Barranca del Muerto-Mixcoac y en Terminal Aérea-Hangares. Ahora vamos a ver cuántos de los terroristas que han participado en el escándalo, terminan también implicados en el delito.
Como dijo el Papa Juan Pablo II: “El terrorismo nace del odio, se basa en el desprecio de la vida del hombre y es un auténtico crimen contra la humanidad”.