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Cecilia Flores, madre buscadora
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Cecilia Flores, madre buscadora

Textos y Contextos

Por: Miguel Alejandro Rivera

@MiguelAleRivera

“No me faltaba nada, yo tenía todo. Justo una semana antes de que pasara lo de Alejandro en Los Mochis, yo pensaba que no había mujer más feliz que yo, porque tenía todo lo que en la vida yo había deseado. Dije: ‘¿Qué me falta para ser feliz?, no me falta nada, lo tengo todo’. Me casé con un rico, tenía viajes, tenía paseos, tenía una casa, un palacio —como le decía a mis hijos— para ellos, algo que construí para ellos, y era feliz con mis hijos. Tenía a mis padres, tenía a mis hijos, a mi familia, ¡no me faltaba nada!, era muy feliz.

“Pues no lo acababa de decir cuando estaba sufriendo la pérdida de Alejandro y lo perdí todo, se fue toda mi felicidad; mi vida se acabó, mi matrimonio se destruyó, porque yo me dediqué a la búsqueda y se me olvidó que yo era esposa, que era hija, porque me dediqué a ser mamá y a buscar esa parte de mi corazón que me habían arrancado, y que sin esa parte de mi corazón yo no podía vivir”.

Cecilia Flores no lo ha sufrido una, sino dos veces: Alejandro desapareció el 25 de octubre de 2015, Marco Antonio el 4 de mayo de 2019; la última imagen que tiene de ambos es fundiéndose, con cada uno, en un abrazo acompañado de un beso. Alejandro hasta la bajó del camión para abrazarla de nuevo, “yo creo él ya presentía que no nos íbamos a volver a ver”. Antonio “nomás me dijo: ‘amá, nos vemos mañana’, pero si hubiera yo sabido lo que iba a pasar, no lo hubiera soltado nunca”.

Cecilia Patricia Flores Armenta se convirtió, desde la desaparición de su primer hijo, en madre buscadora. Fundó un colectivo en Sonora y se dio cuenta de que la unión con otras mamás, víctimas y familiares podría quizás aminorar la indolencia, ignorancia e inhumanidad de muchas autoridades que nada más no ayudan.

Este domingo 16 de abril, Cecilia fue reportada como desaparecida. Andaba en una búsqueda, como casi toda su vida desde hace casi 10 años. En sus estados de WhatsApp tuvo actividad hasta las 3:52 de la tarde. El colectivo al que pertenece, Madres Buscadoras de Sonora A.C., asegura que se le vio, por última vez, a bordo de una patrulla en el estado de Sinaloa.

Claro que Cecilia es incómoda para las autoridades, pero no tanto como el dolor que carga desde que ya no pudo volver a ver a sus hijos. En su cuenta de Twitter no hay que buscar mucho para ver como se enfrenta a las autoridades y critica a personajes como Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, estado con mayor número de desaparecidos en el país, a la vez que en otras ocasiones ha pedido mayor apoyo a instancias como la Secretaría de Gobernación. Cecilia se pone de tú a tú ante cualquier situación no porque no conozca el miedo, más bien ya lo ha domado: cualquiera que vaya a fosas clandestinas, a morgues, quien haya visto lo que sus ojos han soportado, ya no sé asusta con nada.

Apenas en febrero, la misma Cecilia publicó que ella y un grupo de madres se perdieron en el monte en Sonora, donde no tenían agua y las temperaturas pueden ser muy altas… Ese es el pan de cada día para ellas, las que buscan incluso hasta después de encontrar.

Éste lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que se echó a andar un operativo para la búsqueda de Cecilia y momentos después anunció su aparición. Según la Fiscalía de Sonora la activista apareció “sana y a salvo, ya que su vehículo presentó falla mecánica y estuvo en una zona donde no había red celular”.

El primer caso tipificado como desaparición forzada en México fue el de Rosendo Radilla, un líder campesino de Guerrero qué desapareció en 1974, luego de que militares lo bajaran del camión donde viajaba con su hijo de 11 años y jamás se le volviera a ver. La lucha de su familia fue incansable. Su hija, Tita Radilla no ha parado en la búsqueda de sus derechos como víctima en un país con más de 110 mil personas desaparecidas.

Tita también ha sido retenida en varias ocasiones, así como muchos familiares y amigos de víctimas de desaparición forzada que se convierten en buscadores y ponen en foco en las innumerables carencias de los sistemas de justicia mexicanos, así como en los ministerios públicos, fiscalías y demás autoridades que no les han servido para nada.
Cecilia Flores contará su versión y todos deseamos que aparezca con vida, sana y salva, que la versión de la Fiscalía de Sonora sea totalmente cierta y que no pase de un recordatorio de lo mucho que como sociedad debemos apoyar a las buscadoras, a los defensores de derechos humanos y a cada persona que está en una lucha digna y necesaria para hacer de México un país mejor. Es triste que, de ser totalmente cierto, la descompostura de un auto prenda las alarmas de esta forma, para alguien que simplemente quiere a sus hijos de vuelta y eso la ha hecho vulnerable.

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