Diálogo con la oposición no puede incluir impunidad; “No somos iguales”, asegura AMLO

El Presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que, aunque debe haber diálogo con la oposición, éste no debe incluir negociaciones oscuras, porque “no somos iguales”, pues quienes se quejan de la falta de discusión, como sucedió con Santiago Creel en el tema de la reforma electoral, piden negociación, pero “¿qué vamos a negociar?, ¿impunidad?, ¿el que se siga entregando el presupuesto a particulares, a una minoría, que se siga permitiendo el tráfico de influencia?”.

El mandatario dijo, durante la conferencia mañanera que continuará impulsando la transformación, pero que sigue existiendo un bloque conservador que sólo quiere un modelo que beneficie a algunos sectores minoritarios y que aún cuenta con influencia en el congreso y en el Poder Judicial.

“Sería muy fácil el que nombrara el presidente o la presidenta, desde Palacio Nacional, como se hacía antes, de la Corte. Sería fácil conseguir la aprobación de todas las iniciativas que enviara el Ejecutivo al Legislativo. A veces cuando dicen ‘queremos diálogo’, nosotros decimos: no. No es que no respetemos y que en la democracia debe de haber pluralidad, es que el diálogo que ellos quieren busca busca prebendas, es regresar a los moches”, dijo el mandatario.

Y como ejemplo, López Obrador recordó cuando Agustín Cartens era secretario de Hacienda en el gobierno de Felipe Calderón, el presupuesto se aprobaba por unanimidad, con diputados que, dijo, eran “levantamanos”, pero lo logró porque “repartían moches, maiceaban, pero todo ese dinero se quedaba arriba en beneficio de una minoría, por eso no había presupuesto para el pueblo, porque también, el gobierno no tenía como propósito beneficiar al pueblo; el gobierno, su función durante el periodo neoliberal, fue facilitar el saqueo”.

Y es que “la esencia del gobierno” en el periodo neoliberal era vender los bienes públicos a particulares, convirtiendose en una oficina para entregar contratos y concesiones, lo que legalizaron con reformas constitucionales para lograr el saqueo del país, pero ahora ya no es así y por eso “diálogo sí, pero sin corrupción.

Y llegaron al extremo de privatizar puertos, cárceles, guarderías, educación o la salud y por ello “se fue perdiendo la letra, el espíritu original de la constitución de 1917”, pero la Constitución no ha muerto, gracias a que la población decidió un cambio y se han enviado reformas para recuperar el origen de la Constitución de 1917.